Vinilos… (XXXI) “Year of the cat”, Al Stewart

A pesar de seguir en activo y haber publicado mas de una veintena de álbumes desde aquél “Bedsitter Images” en 1967 la carrera de Alastair Ian "Al" Stewart (Glasgow, Escocia, 1945) tuvo su máximo esplendor en los años ’70. El cantante, compositor y músico que partía del denominado folk-rock británico y desarrolló su carrera contando historias a través de imágenes de cuentos, personajes reales, históricos o inventados, parece ahora un “gato dormido” en otros “pasajes de un tiempo” anclado en los “que ya no son modernos” (Permítaseme ese juego de expresiones con sus tres mas grandes discos). Huérfano de padre, fallecido en un accidente aéreo antes de que él naciera, el pequeño Al creció con su madre, Joan Underwood en su pueblo natal, Bournemouth, Dorset) en el sur de Inglaterra, muy lejos de Escocia. Y de la casa de su madre a la metrópoli londinense en la que compartiría un apartamento con un jovencísimo Paul Simon. Su pasión por la música fue creciendo desde aquél primer disco, pero tardaría siete años en consolidarse hasta la realización de “Past, Present and Future” en 1974. No le fue fácil la evolución. Quería saltar de los “placidos días de su adolescencia tardía a tocar la guitarra eléctrica en un grupo beat”. Sus ejemplos estaban claros; Dylan y Donovan.

El trabajo hasta la consolidación fue evolucionando a través de sus primeras cinco grabaciones: “Love Chronicles” (1967), “Zero She Files” y “The First Album” (1970), “Orange” (1972) y “Past, Present and Future” (1973). En 1978 se publicó un interesante álbum doble titulado “The Early Years” con algunas de sus primeras grabaciones. Son discos que no terminan de dar con la tecla del reconocimiento del éxito en el Reino Unido aunque sí de la crítica. No es hasta que cae en manos de Alan Parsons –“Abbey Road”, “Let it be”, “Dark Side Of The Moon”-, su principal mentor y productor, cuando da el salto definitivo de calidad. Parsons sabe dar el ambiente que rezuman sus canciones, creando una atmósfera a sus discos de extremada belleza y elegancia, resaltando el sabor y aires acústicos. Ahí están “Modern Times” con esa joya llamada “Carol”. A continuación llegaría el supermillonario “Year of the cat” (1976) y “Time Passages” (1978). En “Year of the Cat” –grabado en Abbey Road Studios-, Parsons combina con maestría toda la poesía y música que lleva dentro Stewart con temas como el que titula el disco, la maravilla de “On The border”, “Lord Grenville”, “Sand in your shoes”, “If it doesn’ t come naturally, leave it” –casi su planteamiento ante el éxito- o “Broadway Hotel”. Y de ahí el trascendental salto a Estados Unidos dónde se había valorado mas rápidamente su música. Allí conseguirá dos platinos con “Year of the cat” (Top-5 en Billboard) y "Time Passages" (Top-10), su siguiente álbum de 1978.    

A España vino en varias ocasiones, pero siempre de promoción, entrevistas en radio y televisión, o a recibir los premios obtenidos por la repercusión o ventas de sus álbumes, a pesar de tener proporcionalmente aquí mas reconocimiento que en su país natal. Personalmente tuve el placer de entregarle en el Hotel Melía Castilla de Madrid en Enero de 1978, el Premio de El Gran Musical como Artista Internacional mas importante de 1977. Sus actuaciones sonaban como sus discos y tardaba en hacer entrar a la audiencia pero cuando lo conseguía ésta se entregaba a la magia de sus historias contaba JL en una de las ocasiones que le vio en el Hammersmith Odeon londinense. Un tipo normal que aparecía en escena tal cual, incluso sin ningún tipo de efecto audiovisual, como uno mas de su propia banda.

El autor del blog con Al Stewart
 en la entrega de el premio de El Gran Musical
 como artista mas importante de 1977
Lo mejor de Al Sewart quedó en aquellos años de la mano de Parsons. A pesar de haber seguido publicando sus trabajos de forma un tanto espaciada sigue ofreciendo conciertos mas acústicos en recintos mas pequeños pero con la misma intensidad de las sencillas puestas en escena de aquellos años en Estados Unidos y Europa. Quizás su evolución no ha sido la misma que la de los gustos de la sociedad, pero como se ha dicho de él es probable que termine dos pasos detrás de donde comenzó para terminar dando un salto hacia delante. En su web se cuenta que en ocasiones “se le puede ver en la biblioteca donde la difunta historiadora Sra. Tuchman buscó material”. Quien sabe; es posible aún que nos vuelva a sorprender algún día con alguna joya de ese folk-rock británico con el que nos sedujo en la segunda mitad de los 70, pero me temo que será necesario que tenga que volver a presentarse en los estudios el Señor Alan Parsons.

A pesar de los éxitos de aquellos tres álbumes, su carrera abarca cuatro décadas como figura clave en la música británica. El papel que jugó en el primer Festival de Glastonbury en 1970, haber trabajado con Yoko Ono, antes de Lennon, los días con Paul Simon en Londres y la experiencia acumulada tienen que hacer albergar esperanzas de que “aquel gato” dormido vuelva a despertar. Mientras tanto sigamos disfrutando de aquellos vinilos, auténticas joyas. Esperemos que sus “pasajes” vuelvan a “tiempos modernos”.


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