Iñaki sigue en el frente, la profesión respira mas limpio

Iñaki Gabilondo en La Ventana de la Cadena Ser (Foto: David Martos)
Hasta hace no muchos años el periodista no se significaba en sus colores, simpatías, filias y fobias, aunque se sospechase de las debilidades de cada profesional según el campo en el que se moviese. Era común encontrar una marca clara en el mundo del espectáculo, principalmente en el fútbol y en los toros, pero aunque era un secreto a voces se mantenía una cierta imagen de imparcialidad. Solo en casos o situaciones muy concretas se desenmascaraba el propio periodista al excederse en el elogio o la crítica, incluso en la forma de celebrar éxitos, derrotas o grandes faenas.

Me parece bien que los profesionales se hayan alineado ideológicamente, futbolísticamente, incluso en lo artístico y hasta en lo gastronómico. Está bien que sea así porque sabes a que atenerte cuando lees una columna o sigues una información en según que medio. Si siempre ha existido la prensa de derechas, moderada y de izquierda, es lógico que también lo sean los periodistas porque a fin de cuentas son personas corrientes, e incluso esa “militancia” sirve para valorar desde su óptica los acontecimientos, pero resulta nauseabundo cuando la profesión se ejerce de la mano del político de turno, presumiendo de su amistad en unos casos, ocultándola en otros o dejándose ver en público mezclando ocio y negocio.

Una de las lecciones que aprendí de Iñaki Gabilondo es la de no hacerte amigo de ningún político; se le debe tratar, pero a distancia, independientemente de que te resulte mas o menos próximo por tu propia ideología. Un planteamiento que podría llevarse también a otras áreas, pero que en el ambiente político –y mas actualmente- es mas que sano, recomendable y necesario.

No es sustancial llevar ese aspecto a la practica en el mundo de la cultura porque tener inclinaciones hacía la obra de un creador, de un artista es mas comprensible y, además, él no tiene mas interés que su propia obra, no así el político porque tiene la opción, y la ambición, de llegar a ejercer el poder y ante eso el profesional debe mantener la distancia, dentro de la propia ideología.

Y dentro de ese panorama el regreso al primer plano de la actividad profesional de Iñaki Gabilondo, a través del videoblog de El País y la Cadena Ser, es un alivio para quienes, al margen de marcas ideológicas, queremos respirar un aire limpio y sano para seguir creyendo en una profesión en la que cada día hay mas sujetos dispuestos a manchar, denigrar y prostituir en todas las áreas. 

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