El gobierno, ETA y Telemadrid

Llevo varios dias mordiéndome la lengua y con nauseas tras ver lo que Telemadrid ha hecho con el anagrama de ETA y las imágenes del Presidente del Gobierno y del Vicepresidente Primero. No es de recibo, no es moral, no es ético y muestra que en este país no existe la rivalidad política, existe el odio al que no piensa igual. Ni mas ni menos. No se puede ser mas indigno y me quedo ahí porque las nauseas me impiden escribir y decir lo que siento. Si han pretendido hurgar en las bajas pasiones, al menos yo, no caeré en la tentación porque aún el cerebro y el corazón dominan mi sentir y no las tripas.

No podía imaginar que una televisión que pagamos todos los madrileños se utilice tan descaradamente como arma política marcando a los dos máximos responsables del gobierno del Reino de España con el anagrama de la banda terrorista. No vale todo en política, pero en los medios aún menos, nunca… en ningún lado y la responsabilidad de un medio público es infinitamente mayor aún.

Cada día que pasa los medios privados de la caverna mas ultra que se presentan como valedores de la libertad y la democracia, no hacen mas en ensuciarlo todo confundiendo la crítica con el insulto, la mentira con el sentido mas torticero de la realidad. Es tan escandaloso que ya no vale decir “hace gracia”, “los veo o escucho y es un alivio salir a la calle y ver que no hay tanques” y frases similares.

Es triste –es un escándalo- que esas personas que habitan en esos medios y en la política no tengan un mínimo de higiene intelectual, moral y cultural para vivir en un país que demanda cordura y sensatez en todos los ámbitos, pero que en clases dirigentes es fundamental porque ¿si en personas que se supone una preparación y un cierto nivel actúan de esa manera que se puede esperar de quienes no han tenido medios o posibilidades de acceder a esos niveles de educación?

No quiero, no puedo seguir escribiendo. Simplemente diré que esa forma de interpretar la información y la política no se la merecen los ciudadanos y en este caso es aún mas grave porque atenta contra la honorabilidad, la inteligencia y el bolsillo de los ciudadanos que mantenemos ese medio.

Nunca, en ninguna actividad, vale todo, y menos en un medio público.