Una noche de otoño (VII)

Homenaje y pérdida

Tercera parte

Adorada Rateta-Marinera:

Los Moody Blues son los pioneros y creadores del llamado del rock sinfónico que nació en Gran Bretaña a finales de los 60. Sus primeros siete álbumes marcaron un hito en la historia de la música. Están al mismo nivel musical y creativo de los mismísimos Beatles o Stones. Seguro que conoces una de sus mayores creaciones, “Nights in white satin” de su álbum “Días del futuro pasado”, aunque hoy cuando llegues al trabajo quiero que conozcas una canción que tiene mucho sentido con lo que está pasando.



“Isn’t life strange” es una canción impresionante, una gozada –como diría Joaquín-, y cada vez que la escucho -o veo- en esta versión que interpretaron “los Moodies” en el Royal Alberto Hall de Londres en 2001 cuando entraron en el Salón de la Fama Británico, me vuelvo a emocionar por el calor que imprimen a los sentidos. Me sucede algo parecido cuando escucho esas estrofas de “Canta Libre” de Neil Diamond:

I got music running in my head

Makes me feel like a young bird flying
'Cross my mind and layin' in my bed
Keeps me away from the thought of dyin'…


I got music runnin' in my brain

Ev'ry song with it's own kind of meaning
Cleanse the soul and wash away the pain
Baptized by the song that you're singing.


Me transportan a mundos de infinitas sensaciones… Disculpa que divague,.. Voy a escribir a Joaquín. 
* * *
Querido amigo:

Aquí me tienes de nuevo para seguir contándote como transcurren las pasiones y las emociones “marineras”. Te dejé entre la rueda de prensa, la fiesta del aniversario de Los 40 Principales en el Museo Reina Sofía y con la marcha de las conversaciones, correos y los fallidos encuentros con la “rateta-marinera”, protagonista de nuestra historia que, sin quererlo, se apoderó de mi sentidos.

En cuanto a los festejos, nos tomamos un descanso los cuatro días de Semana Santa porque el trabajo previo fue duro; de hecho estuvimos con preparativos hasta el miércoles por la noche. El Lunes de Pascua a primera hora empezamos a dar los últimos retoques. Y llegó el gran dia; Para redondearlo ese a primera hora de la mañana tuvimos al presidente del Gobierno en la misma radio, así que imagínate; no hubo un momento de respiro, controles, seguridad, lo servicios de la Moncloa, medios, televisiones, etc. es decir, una locura.

Tu homenaje
Todo fue bien; tanto lo de la mañana como la asistencia a la fiesta de la noche en la que pudimos darte el mini homenaje que te merecías. En los ensayos le dije a Tony Aguilar que te presentara diciendo falta alguien que no ha podido venir, pero que se encuentra entre nosotros. Fue emocionante "cuando" se apagaron las luces, y con las primeras, solemnes y contundentes notas de “Hey Jude” se proyectó un vídeo en el que se alternaba tus imagen con las de tus ídolos. Verte de nuevo, y escuchar a Paul, John, George y Ringo cantarte, produjo un silencio impresionante, lleno de emoción que nos puso un nudo en la garganta. Al finalizar la proyección el silencio era espeso y unos tímidos aplausos que empezamos Marina, Luis y yo fueron seguidos por los demás durante varios minutos hasta tronar en el Reina Sofía. Fue muy emocionante y recordarlo ahora me produce la misma sensación, y es que como dice la marinera “siempre os vais los mejores”.

Al acabar salimos a la terraza donde nos reencontramos con los amigos perdidos, pero no olvidados: allí estaban Pablo, Carlos, Javier, Toño, José Luis, Rafa, María Jesús, Mariví, Julián, Maruchi y tantos y tantos con los que recordamos los maravillosos momentos, y nos emplazamos a volver a vernos en los diferentes actos que se vayan produciendo a lo largo del año.

También fue larga la lista de cantantes y artistas que acudieron a la presentación y todos te recordaron; por allí estaban Alex Ubago, Luz Casal, La Oreja de Van Gogh, Merche, Pereza, Estopa, Dover, Coti, Chenoa, Carlos Goñi, Alaska y Tam Tam Go, entre otros; gente del mundo de la música y directivos de la industria. A quien eché de menos fue a “nuestro” José Luis Gil. Me hubiera gustado volver a verle para agradecerle de nuevo los elogios que me hace en su libro Requiem por la música, los artistas y la industria.

Seis rosas y el adiós a mi padre

La última semana de abril fue muy especial: ella estaba permanentemente en mi cabeza. Estábamos empezando a retomar el pulso de nuestros correos y eso me animaba porque iban a cumplirse los primeros seis meses de nuestro encuentro y quería recordarlo con algo especial…

Quise homenajear esa fecha como lo hice al cumplirse el primer mes de conocernos. En esta ocasión le envié seis rosas –una por mes- de color rosa con un tarjeta en la que le decía “cada mirada, gesto, correo y mensaje que he recibido en estos meses me ha colgado en una nube”, y lo acompañé con un e-mail en el que le adjuntaba una flor.

El viernes me fui a comer con Hélène y al entrar en el restaurante recibí su llamada en la que, a pesar de su exceso de trabajo, me agradecía el obsequio emocionada y efusiva, a la vez que se mostraba extraordinariamente cariñosa. El fin de semana del primer puente de mayo estaba muy ocupada entre actos, “saraos y butiflés”, como llama ella a los eventos de diferente tipo, pero disfruté ese delicioso momento de su llamada.

Para mi esos días estaban siendo muy duros: Hacía una semana que a mi padre le habíamos ingresado en el Gregorio Marañón por unos cálculos en la vesícula y todo me hacía estar muy sensible, pero agradecía sus muestras de cariño y apoyo por correo interesándose por su estado.

Pasé ese puente en el hospital viendo como su salud se iba deteriorando, como la vida se le iba escapando sin que pudiéramos hacer nada. No se me olvidará nunca la última frase que me dijo “Cuanto cuesta morir, hijo”. Le atendíamos con todo nuestro cariño y apoyo e intentaba distraerme con la lectura. En esos días me dejé llevar poe “El verano del inglés” de Carme Riera, “Abril Rojo” de Santiago Roncangliolo, Premio Alfaguara de este año y me adentré aún mas en la vida de Ana de Mendoza, que ha novelado Almudena de Arteaga. La Princesa de Éboli es una de las mujeres mas importantes de nuestra historia y de la que se conoce muy poco para ser una adelantada a su tiempo, y comencé “La máscara de hierro” de Roger MacDonald, una maravilla sobre la biografía de D’Artagnan y los mosqueteros en la sociedad francesa del siglo XVII. El sábado nos comunicaron que papá estaba peor y le bajaban a la UCI. El 10 de mayo a las 16,15 se marchó contigo.

Han sido unas duras semanas, pero lo hemos llevado con la fuerza que nos daba ver el ánimo de mamá. Regresé a trabajar el martes después de San Isidro, pero su vacío lo llenaba todo. Gracias a los amigos y compañeros no me he dado cuenta del paso de los días. 
* * *
El 23 de mayo Bublé actuaba en París. Ella pensaba ir, pero al final por unos cambios de horarios suyos y de Jaime –ya te contaré quien es- no han podido ir a verle, y por otro lado Manu me había pedido que le acompañara al torneo de tenis que se desarrollaba en Mallorca esos mismo días, pero debido a los preparativos del concierto del 40 Aniversario de Los 40 también lo tuve que cancelar. Ya ves, en las dos últimas ocasiones el destino ha jugado en contra. Hace poco me habló de uno de los paraísos perdidos que aún quedan en nuestro país, Formentera y me dio para ir este verano u otoño, cuando se vacie de italianos y alemanes. 
* * *
Un hermoso contrasentido


Vivo en un contrasentido, ella tiene toda su vida hecha a su aire y sale con un chico del que me ha hablado varias veces. Yo no pinto nada en su vida, aunque me gustaría que no fuera así. No creo posible que la situación cambie y a veces pienso que soy masoquista y que debo alejarme prudentemente, pero el dolor de su ausencia es mayor que pensar que nuestro amor no será posible. La siento muy dentro de mí y pase lo que pase, me gusta; hace que me sienta buena persona y mejor ser humano; conocerla me hace feliz.  


¡Que hermoso es esto Joaquín, que hermoso y que duro a la vez! He vuelto a sentir algo nuevo y maravilloso. Hago cosas que no podía imaginar; me he vuelto a emocionar viendo una flor, leyendo un libro, viendo una película, con el abrazo de un amigo,… tantas cosas… A veces me pregunto si esto es sano, hacerme ilusiones o intentar contagiarlas a una mujer maravillosa. Necesito de toda la ayuda que pueda reunir para tener fuerzas, para dejar de soñar, pero sin perderla porque adoro su presencia, sus llamadas, sus correos, etc. Saber que está ahí, conocer su existencia alegra las horas de mi vida. Me siento renacido a los sentidos, y lo que es mas importante ha hecho que descubra en mi nuevas facetas que muy pronto te contaré.

El 24 de mayo le envié un correo en el que le decía Penélope esta sentada en el muelle de la bahía viendo navegar a Ulises esperando su regreso. A esa frase la acompañé con Otis Redding cantando su inmortal “Sentado en el muelle de la bahía”. Al cabo de unos minutos me contestó con un escueto “la canción es un 10”. No se si entendió el mensaje y si lo hizo fue muy discreta, pero ya sabes como es la mente, mi mente. Entonces me comprendí, sentí la historia en mi: Yo era Penélope.


Nace una canción

Recientemente le dije que estaba pensando en escribir una canción; me preguntó para quien –creo que refiriéndose a algún artista- y le conteste que no se lo podía decir todavía pero que era algo que sentía -sabía- que se iba a producir.

Esa misma tarde de mayo, de regreso a casa, en el autobús, al pasar por delante del Madrid Arena –donde actúo Bublé en diciembre- sentí algo dentro de mí. Inconscientemente saqué la libreta que siempre me acompaña y un fuerza extraña, sorprendente y deliciosa empujó el bolígrafo en mi mano sobre las hojas y empecé a escribir todo aquello que iba saliendo del corazón e inundaba mi cerebro. En apenas el tiempo que dura el trayecto surgió una canción. Al llegar a casa y pasar las notas a limpio me emocionó el resultado.

Unos días después hablando con Chema Purón de Lucía Pérez, una chica a la que esta produciendo y de la que me dejó su segundo disco para conocer mi opinión, y que llegará a ser "3, 2 ó 1" -como tu decías- le conté lo que estaba viviendo desde el 28 de octubre, le conté lo de la canción y se ofreció a ponerle música, se lo agradecí pero rechacé su ofrecimiento porque, de momento, eso es algo que queda en mi y solo para mí, pero no lo descarté.

(Continuará)

Próximo capítulo: Por fin ante ella

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