Una noche de Otoño (IV)
Segunda Parte
In Crescendo
In Crescendo
(Una película y una canción)
Hola marinera:
¿Cómo estas? ¿Cómo van esas reuniones de Thermomix? ¿Te manejas bien con los patés, zumos, batidos y salsas? Imagino que tu especialidad son las variedades de chocolate, ¿me equivoco? Me alegra que “A song for you” se haya convertido actualmente en tu canción preferida de Michael Bublé, porque forma parte de la banda sonora de mi vida y esta nueva carta es como una canción, una melodía compuesta para ti: “My song for you”.
Intro
(Suena el rasgueo de cuerdas de una guitarra acústica)
Hace unos días volví a disfrutar de una deliciosa película, Notting Hill. Algunas de las escenas y frases son deliciosas como cuando una actriz de Hollywood, que gana 15 millones de dólares por cada película, reconoce que eso de la fama está bien, para a continuación hacerle ver al librero que solo soy una chica delante de un chico pidiendo que le quiera… O ese momento en el que “el flojeras” es provocado para saltar la valla de un jardín y tras hacerlo patosamente le pregunta ¿Qué hay en este jardín que merece este esfuerzo? y ella le responde con un beso; o cuando él va paseando por las calles de Londres tras sentirse defraudado y suena “How can you mend a broken Heart”, o cuando le confiesa a su compañero de piso sentirse como si se hubiera Inyectado una droga de amor y no puede encontrar mas dosis…
Me encanta cuando ella se fija en la litografía de Marc Chagall y le pregunta qué es lo que le gusta de la pintura a lo que ella responde “La felicidad no es completa sin una cabra tocando el violín.
La melodía
A veces pienso en la distancia que hay entre nosotros; kilómetros, mar, años… y me siento como Anna Scott ante William Thacker en la librería. No se si es Surrealista, pero bonito, -otra frase de la peli- que alguien se manifieste así, pero no se me ocurre otra forma de hacerlo ahora y desde aquí. Me gustaría estar allí, a tu lado, pasear, ver juntos tu mar, hablar, callar, sentir como pasa el tiempo, pero no llega el “cuando”, y no parece que los hados jueguen a favor. Me asusta la sola idea de agobiarte y no te puedes imaginar como respeto tu libertad y tu intimidad. Me siento libre para tomar cualquier tipo de decisión, pero mi libertad limita con la tuya y tu independencia.
Se supone que esto iba a ser un saludo a la Marinera chocolatera de la Thermomix para dar paso a una nueva carta dirigida a Joaquín, pero doy tantas vueltas a la cabeza... La vida es riesgo -pero soy un “flojeras”- y también se que si no te arriesgas no ganas, aunque tampoco se puede perder lo que no se tiene. Tengo sueños maravillosos. Nunca me he sentido así y por eso siempre te estaré agradecido por haber podido conocerte y seré feliz recordándote. Me estoy repitiendo. En cualquier caso no quiero ser torpe.
* * *
Seis meses después del encuentro…
La letra
Querido Joaquín:
Verías que la fecha de la celebración de la fiesta del 40 aniversario de Los 40 iba a coincidir con el primer aniversario de tu marcha y tras recordárselo a Luis se decidió aplazar al 18 de abril y que tuvieras en ella un homenaje. Disculpa que empiece así esta carta pero era lo primero que quería contarte, aunque tú sabes que ese no es el motivo; Me gusta seguir contándole a Ella a través de ti cómo son, mis emociones y recuerdos. Gracias por tu comprensión y apoyo, amigo.
![]() |
Tu Olivetti |
No te puedes imaginar lo nervioso que estaba. La conversación duró apenas unos minutos y quedamos en seguir hablando y escribirnos por e-mail. Quedé “colgado” unos instantes y sentí de nuevo ese calambre familiar. Estaba abstraído mirando desde la terraza los tejados de Madrid y la Sierra del Guadarrama. Mas tarde me llegó un correo de la oficina de Neil Diamond anunciando la publicación de su nuevo disco el 8 de noviembre en USA; llamé a Jorge a Nueva York y le pedí que me enviara dos ejemplares de “12 songs”. Precisamente ese mismo día él y Mercedes venían a Madrid.
El día 12 fui a jugar al golf a Salamanca. Su imagen me daba vueltas en la cabeza, y me trajo suerte porque jugué maravillosamente. Jorge dejó el sobre en la radio y yo lo recogí al regresar. Me temblaban las manos de emoción cuando rasgué el precinto y por fin pude introducir el CD en el reproductor del coche. No se cómo explicarte la mezcla de sensaciones que experimenté al oír los primeros acordes de “Oh Mary”. Eran las diez de la noche, estaba en Príncipe Pío; llovía en Madrid.
El día 12 fui a jugar al golf a Salamanca. Su imagen me daba vueltas en la cabeza, y me trajo suerte porque jugué maravillosamente. Jorge dejó el sobre en la radio y yo lo recogí al regresar. Me temblaban las manos de emoción cuando rasgué el precinto y por fin pude introducir el CD en el reproductor del coche. No se cómo explicarte la mezcla de sensaciones que experimenté al oír los primeros acordes de “Oh Mary”. Eran las diez de la noche, estaba en Príncipe Pío; llovía en Madrid.
No quería llegar a casa, me invadía su música. No te voy a relatar aquí las vibraciones que cada una de las notas y canciones me provocaron porque se que estabas sintiéndolas conmigo. ¡Que gran disco, Joaquín, que gran disco ha hecho “el monstruo” después de tantos años! Como habríamos disfrutando poniéndolo juntos en ese programa que estábamos ideando. Fue un momento mágico que me hubiera gustado compartir con ella.
Recuerdo una frase de Inma Shera, la directora de orquesta; “La música es el lenguaje del alma”. No hay mejor sensación que saberte dominado, invadido, derrotado o exaltado por esa melodía que nos traslada a otros mundos. Lo llamábamos “quedar en trance, ¿recuerdas?”.
El lunes se lo envié. El martes me llamó y hablamos sobre el disco, le advertí sobre la dificultad de entender un trabajo como ese para alguien que no conociera su trayectoria y el por qué de ese tipo de canciones tan intimistas y acústicas. A partir de ese momento estuvimos en contacto por email y llamadas de forma permanente: Me contaba aspectos de su trabajo, actos y homenajes al tiempo que yo empezaba a escribir esos instantes como fotografías. Ha conseguido que haga lo que menos me gustaba, escribir porque tu sabes que no me gusta como lo hago.
La melodía crece y crece hasta envolverte
Y llegó el 28 de noviembre. Hacía un mes que nos conocimos y quise celebrarlo enviándole una rosa en un estuche. Disfrutamos de la conversación, me encantó su alegría abierta y contagiosa… Me encanta obsequiarle porque para mi es un placer imaginar su cara de sorpresa. Seguimos hablando e intercambiando innumerables correos, contándonos las pequeñas cosas de cada día y las horas que faltaban para ver a Bublé en Barcelona y Madrid. La semana anterior a los conciertos nos emplazamos a contarnos el concierto de cada ciudad al día siguiente. Recuerdo con emoción su llamada del día 14 preguntándome por el concierto de Madrid.
El 12 de diciembre es su cumpleaños y quise sorprenderla. Ella estaba en Barcelona para asistir al concierto. Llamé al hotel y me dijeron que había salido, dejé un mensaje para que me llamara antes de las 7 de la tarde. Media hora después devolvió la llamada y le anuncié:
- Michael Bublé te espera a las 8 de la tarde en su camerino. Feliz cumpleaños.
(Continuará)
Comentarios
Publicar un comentario