Una noche de otoño (VI)

Un día en Sa Roqueta

Febrero en Campello
El fin de semana fui a Alicante para ver a Benja y contarle la decisión que iba a tomar. Necesitaba tener otra perspectiva. La conversación en La Peña, el antiguo restaurante de Marisa Abad, fue de gran ayuda por su apoyo y comprensión que me sirvieron para relajarme esos días. Hélène y Benja son un regalo de los dioses. Me gustaría hablarte sobre ellos, pero ahora no tengo tiempo porque me extiendo demasiado; lo haré en la próxima carta porque también quiero que los conozca ella a través de ti.

El día de su regreso le envié “Hello again” del remake que hizo Diamond de The Jazz Singer, con Sir Laurence Olivier y Daisy Arnaz bajo la dirección de Richard Fleischer, y creo que le gustó, aunque durante varios días le noté trastornada y extraña, pero cálida. Me envió una selección de fotos de su estancia en Cancún, me contó detalles del viaje y comprendí su éxtasis por haber disfrutado de aquél paraíso.


Y llegó el día del reencuentro. La semana anterior le había comunicado mi viaje a Palma y me avisó que debido a un almuerzo de trabajo nos veríamos después de comer.

Sa Roqueta


8 de marzo; 8,30 de la mañana, Terminal T4 de Barajas, sala de espera, suena el móvil: La tarde anterior se había producido un incidente en una propiedad familiar y me avisaba que tendríamos poco tiempo para vernos. A las 9,15 despegó el avión.

Hacía 20 años de la última vez que había estado en su isla, Sa Roqueta, como llaman familiarmente los mallorquines a la mayor de las Baleares. La primera vez fue en un viaje de fin de curso con los compañeros del colegio Montserrat y la siguiente con motivo de otras sesiones de trabajo poco después de la llegada de Prisa a la Ser y siempre que he ido ha sucedido algo especial.

Al llegar a Palma hablé con Miguel Ángel antes de que se marchara a Berlín. Tras la reunión nos fuimos a comer y después me dedique a callejear hablando con ella constantemente por teléfono e intercambiando mensajes para encontrar el mejor momento del encuentro. Era todo muy precipitado y agitado. Así que tras varios intentos fallidos a las ocho de la tarde, cuando me dirigía al aeropuerto, volvió a llamarme para confesar lo mal que lo estaba pasando e iba a hacer un último intento de llegar al aeropuerto para al menos compartir unos minutos. Le persuadí para que no lo hiciera y nos emplazamos a intentarlo de nuevo en Madrid.

Últimos acordes

A esa cite le llevaba la carta anterior –la primera que te envié, es decir, los tres primeros capítulos de esta versión- ya convertida en capítulo del relato que estas leyendo y unos regalos. Al comprobar que no podía entregársela en mano decidí enviarla por correo convencional desde allí mismo. El resto se lo haría llegar días después. Eran un par de cd's,  un dvd, que podía ser mi la banda sonora de mi vida hasta conocerla, otro de diferentes vídeos de Bublé, "Escuela de seducción", la película de Javier Balaguer –uno de los mejores directores del cine español con trabajos como Solo Mía- protagonizada por Victoria Abril y Javier Veiga, en la que la colaboré para que la Ser fuera parte del escenario de la producción, hice un cameo, grabé varias voces y le ayudé en conseguir las colaboraciones de los profesionales de la radio que aparecen en la película, es decir, la bombardeé.


Últimamente también yo había estado muy ocupado con diferentes actos de Los 40 Principales y el Concierto del 40 Aniversario en el Vicente Calderón a celebrar en Junio. Aproveche el largo fin de semana de las Fallas para ir a Valencia. Me vino bien para distraerme y decidí tomar una cierta distancia tras el abordaje de regalos.

El primer miércoles de primavera me escribió extrañada por mi silencio, realmente llevaba varios días sin escribir emails, enviar mensajes, ni hacer llamadas. Me decía que no sabía a que se debía mi silencio y, entre otras cosas, que le hubiera dejado de enviar canciones con mis comentarios; me echaba de menos. 


Ese día ETA declaró un “Alto el fuego permanente” –otro más- así que imagínate el trabajo. La tarde del jueves le contesté que estaba desbordado, pero que lo había pasado bien en Valencia y que sus mensajes y correos me habían hecho todo mas llevadero. El viernes por la mañana me encontré un correo muy cariñoso en el que agradeció mi respuesta y en el que decía que la canción que había escogido para mi álbum, "A song for you" de Leon Russell, se había convertido en su canción favorita de Michael Bublé. Esos comentarios hicieron que mi mente volara y mi corazón se agitará. ¿Realmente empezaría a sentir lo mismo que yo? ¿Tendría que empezar a hacerle sitio en la nube?

Amigo mío, el 28 de marzo te eché mucho de menos. Imagino que allá donde te encuentres estarías de celebraciones –ahora estoy escuchando a tu Paul McCartney cantando “Hey Jude” con Elton John, Sting y Eric Clapton- y no quiero distraerte.

En Semana Santa los hados seguían en contra de nuestro encuentro porque tuve que cancelar un viaje previsto el 6 de Abril, por la expulsión de la Cope del EGM. José Antonio Abellán, con el ánimo de demostrar que los datos de las audiencias de la radio en España podían ser manipulados, había infiltrado a colaboradores suyos en la AIMC, empresa que realiza el trabajo de campo, lo que significaba un ataque frontal al único medio serio que tiene la radio en España para medir las audiencias. A todo ello había que añadir los preparativos para la presentación de los actos del Año 40 y el concierto del Vicente Calderón.

La razón de mi viaje en esta ocasión era la presentación de un torneo de tenis que organizaba el Consell Balear y en el que el responsable del área de comunicación era mi amigo Manu. En varias ocasiones hemos hablado sobre una posible asociación de ambos y esa podía ser una buena ocasión para ver su trabajo. Quedamos en intentarlo cuando se celebre el torneo a finales de Mayo.

Esta segunda carta ha sido muy larga. Recibe un abrazo de tu amigo;

Johnny
* * *

Marinera; disculpa lo que me he enrollado. He intentado hacerla mas llevadera con las imágenes. La verdad es que entre el texto, invitarte a ver la película y escuchar los discos te va a llevar al menos una semana acabar este capítulo, jajajaja…

Escribiendo esta carta mi mente se ha fugado a Londres. Al ver de nuevo Notting Hill he recorrido sus calles y he paseado por sus parques. Amo esa ciudad y hace tanto tiempo que no voy... Me encantan Portobello, Notting Hill, Baker Street, Oxford St, Hyde Park, Piccadilly, Trafalgar Square, Carnaby St... ¡Como hecho de menos Londres! Tengo que volver.

Gracias por leerme, por escucharme y por dedicarme tu tiempo. Eres un sol maravilloso al que como un maya, yo también adoro.

Un beso,

PD: Quédate con el mensaje de este último regalo. De mi para ti…:


Fin de la Segunda Parte

Próximo capítulo, Martes 22 de Noviembre: “El homenaje” (Tercera Parte, tercera carta)

(Continuará)

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