Nunca... (44) Una noche con Neil Diamond en París (y 2)

El concierto

En la oscuridad se escucharon los acordes acústicos de la guitarra de Richard Bennet con el típico ritmo acompasado propio de Diamond de forma suave y cadenciosa mientras un cañón iluminaba al protagonista que aparecía por un lateral agradeciendo la atronadora ovación de un auditorio fiel y entregado a la emoción desde el primer momento. Vestía una camisa amarilla, pantalón de cuero marrón con cinturón ancho del mismo color y zapatos abotinados a juego.

Algunas notas sobre el concierto
apuntadas en el vuelo de regreso
La suave y medieval melodía que abría el concierto tomó inmediatamente la contundencia del rock y la banda atacó la primera versión que escuchamos de “Dance of the sabres” para a continuación enlazar con el tema de Joni Mitchell “Free man in Paris” como homenaje a la ciudad del concierto siguiendo con “Soolaimon” y “Play me”. Desde el primer momento nos había agarrado el corazón y la mente… nadábamos en las ondas de su música.

“Open your hearts” nos pidió, pero ya lo habíamos hecho para acompañarle en “Solitary man” y “Cherry cherry”… Parecía imposible que una banda de ocho músicos sonara como un solo instrumento; Linda Press en las voces, su marido, Reinie Press al bajo, Richard Bennet y Doug Rhone, guitarras, Alan Lindgren y Tom Hensley, teclados, King Errison en la percusión y Dennis St. John a la batería era la Neil Diamond’s band

Era mágico como nos llevaba del mundo místico de “Morningside” y el epitafio del anciano “Para mis niños” al “Sweet Caroline” o “Song sung blue”. Con este tema nos dividió para que las “ladys” cantaran una parte y a continuación los “gentleman”… Todas las canciones eran coreadas por un auditorio invadido por la fuerza del músico de Brooklyn.

Tras ese recorrido por el pasado nos trasladó a las composiciones mas recientes dando un repaso a los temas de “Serenade” con “Reggae Strutt” y “The last Picasso” en las que hizo que varias “ladies” subieran al escenario a bailar con él. El frenesí seguía y seguía, y el lo extendía y extendía… Nos invadió con el “Hermoso ruido” del Tin Pan Alley llevándonos al mundo de “Stargazer”, “Lady Oh” e “If you know what I mean”, y aquí fue cuando explicó lo que para él había significado aquella época, las experiencias, músicos y compositores que conoció y con los que compartió vivencias entre los finales de los ’50 y primeros ’60, hasta que Jeff Barry y Ellie Greenwich le lanzaron a interpretar sus propias canciones.

“Crackln’ Rosie” nos enardeció, y con solo tres rasgueos de guitarra, tres, supimos que nos trasladaba a “Holly Holy”. El silencio fue total y sin darnos opción al desahogo emocional nos llevó al mundo de aquella rana que quiso ser rey, y lo fue, la historia del hombre perdido entre dos playas; Los Angeles –que no es la suya- y Coney Island- que ya no le pertenece-, “I am, I said” es una de las mas grandes joyas de la música pop sobre la soledad junto a Eleanor Rigby y Space Oddity.

Tras el vibrante final, Diamond se marchó del escenario en el que había dejado un ambiente teatral de un magnetismo insuperable. El auditorio entregado no podía aplaudir, gritaba enfervorecido entre “bravos”, en español, y “other more… other more… other more…” Y regresó. Ese no era el final, era la separación de dos momentos grandiosos, intensos y llenos de emoción…

La cortina del fondo proyectaba la imagen de una gaviota blanca sobre un fondo azul. Visto de frente, cuando Diamond abría los brazos su imagen cubría perfectamente la silueta de la gaviota y con esa imagen de momento íntimo y espiritual se desarrollaban los temas centrales de Jonathan Livingston Seagull, “Be”, “Dear fahther”, “Lonely looking sky”, “Skybird”, y finalmente “Be”, de nuevo. 10.000 cerillas y mecheros alumbraron el espíritu de la gaviota que revoleaba sobre nuestras cabezas inundando el Palais des Sports.

Un nuevo mutis, se repetía la reacción del público exigiendo “more and more” y regresó para finalmente atacar el tema con el que cierra todos los conciertos “Brother love’s travelling Salvation Show” y su grito de solidaridad e igualdad, pero a pesar de marcharse él y los músicos tras interpretar el “Encore” final le obligamos a salir reconociendo públicamente que era la primera vez en cinco años que le sucedía algo así, y esta vez, si, esta vez interpretó “I’ve been this way before”.

No volvió a salir… Había sido un concierto de 140 minutos; algo no visto hasta el momento. Jesús y yo quedamos mudos, en silencio de pié durante varios minutos intentando recordar y guardar en nuestra mente cada uno de los momentos vividos para siempre. Fue el concierto perfecto y gigantesco.

No volvimos a hablar hasta que llegamos a Maxim’s. Ambos éramos conscientes de lo que habíamos vivido.

La cena

Llegamos al restaurante casi al mismo tiempo, de hecho entramos a la vez Dennis St. John, Richard Bennet, Jesús López y el matrimonio Press, Reinie y Linda, a los que dejamos pasar delante, tras un breve saludo. Según íbamos entrando nos ofrecían una copa de champán, nos acompañaban a unos reservados en los que había diez mesas para seis comensales en cada una de ellas. Nos colocaron según el protocolo establecido y tuvimos la suerte de estar situados frente a la del músico y separados por otra ocupada por algunos de sus músicos.

Al terminar la cena un alto directivo de CBS-Francia se dirigió a Jesús, él me presentó y nos invitó a sentarnos con Diamond en su mesa. Primero saludó a Jesús que le transmitió un mensaje de Tomás Muñoz y me presentó. Sorprendentemente se acordaba del encuentro en el Hotel Villamagna. La emoción era tal que tardé unos segundos en sobreponerme y apareció un ligero tartamudeo, que desapareció cuando el músico puso la mano sobre mi hombro y recordó el encuentro en Madrid, diciéndome que había sido la primera y única vez que se había hecho una foto con un militar español,… eso me relajó e hizo desaparecer la tensión.

Recordaba la visita de 1974 y la cena en Segovia. Le pregunté por la cancelación de su anunciado concierto en España. “Yo mismo lo anuncié en diferentes entrevistas, pero finalmente no pudimos llegar a un acuerdo de fechas porque hacía varios años que no venía a Europa, y había que cumplir demasiados compromisos promocionales”.

Realmente se había quedado tan sorprendido de la acogida que había tenido fuera de las islas británicas que se había propuesto volver al año siguiente en una gira de mayor duración por el resto del continente.

Mostró su emoción por lo que había sucedido en el concierto de Paris y reconoció que nunca hacen mas de un bis con dos o tres temas, dentro del que incluyen “I’ve been this way before”, pero que el ver el entusiasmo del auditorio decidió sobre la marcha aplazar a una nueva aparición la interpretación del cierre del concierto, y fue un acierto.

Nos despedimos emplazándonos a un nuevo encuentro en España en un próximo futuro. Permanecimos una hora mas en Maxim’s departiendo Jesús con algunos invitados y yo de forma mas torpe. Fue un honor conocer a Richard Bennett y a Denis St. John. Antes de irnos volvimos a despedirnos de Diamond que personalmente lo hizo con llevándose la palma de la mano a la cabeza imitando un saludo militar…

El epílogo

Al día siguiente dedique la primera hora del programa en una entrevista que me hizo Joaquín a narrar cada momento del concierto aprovechando diferentes cortes de “Love at the Greek”. Al llegar a la radio nada mas verme Joaquín exclamó “¡Estás transfigurado!”.

El mes de Julio llevaba como “póster supergigante a todo color” a The Eagles, la portada del número incluía una foto de Diamond en una entrevista con el titular “Neil Diamond: amor y gigantesco triunfo en París”, en páginas interiores se destacaban “Gigantesco Diamond”“el diamante es para siempre” y “10.000 cerillas alumbraron el espíritu de la Gaviota”. La frase de la campaña del número extra de verano de El Gran Musical que grabó Joaquín Luqui era “Juan de Dios pasó una noche con Neil Diamond en París”.

Aún no habían pasado apenas cuatro años desde que aquél muchacho que ,sentado en las escaleras del Instituto de Radio y TV, provisional sede de la Facultad de Ciencias de la Información, soñaba con la radio había entrado a formar parte de la radio musical mas importante del país y estaba acariciando sueños inimaginables con sus manos.

Pero la realidad obligaba a seguir creciendo atendiendo todos los frentes de la actualidad musical. Con motivo de las primeras elecciones democráticas la Ser montó la elección de la canción del verano, y además esperaban entrevistas a Albert Hammond, Paolo Salvatore, la Polaca y mi gran amor español, Mari Trini iba a sacar nuevo disco en otoño, “El tiempo y yo”.




Próximamente: (45) Las "elecciones" de la Ser

Comentarios

  1. Muchísimas gracias. Han sido unos relatos fascinantes.

    Permítame sugerirle el siguiente grupo de apasionados por la música de Neil Diamond. Confío en que nos honre con su participación.

    http://es.groups.yahoo.com/group/AmigosdeNeilDiamond/

    Carlos J. Ordás
    (Santander)

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  2. Gracias y enhorabuena por los relatos. La verdad es que son extraordinarios.

    Para los que somos acérrimos seguidores de la obra de Neil Diamond, cada detalle descrito nos apasiona, y el haber podido compartir con él varias reuniones como lo has hecho, no hace sino conseguir que te envidiemos con todo nuestro ser.

    ¡Enhorabuena!

    Saludos,

    Nacho Altés.
    Valladolid.

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  3. Siempre sera un placer, leer,ver y oir algo sobre Neil Diamond, nosotros que seguimos su carrera de exitos,estamos encantados que alguien el España le recuerde, son muchos años, llenando conciertos.
    Enhorabuena.
    Isabel GdelaFuente.

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