Nunca... (156) El origen de la tele privada y la "espantá de Ferreras

¡Oiga! Ya verá!

Con motivo de la llegada de las televisiones privadas recuerdo el nacimiento de una empresa dentro del Grupo de la SER que quería ser el embrión de la televisión de la radio a comienzos de los 80. En aquella época, y antes de la entrada de Prisa en la Ser, la familia Garrigues sondeó al gobierno, de Suárez primero y de Calvo Sotelo después, sobre la posibilidad de realizar un concurso de adjudicaciones de televisión que finalmente quedó aparcado. La Administración de UCD priorizó las concesiones de emisoras de FM según los sucesivos acuerdos de Ginebra. Incluso el departamento de Marketing que entonces dirigía Pablo Caballero encargó una campaña de publicidad en prensa bajo el eslogan “¡Oiga! Ya verá” que obtuvo un notable éxito creando una cierta expectativa que se vería frustrada.

Joaquín Peláez en su etapa de 
director de la Operación Plus Ultra
Fontán le encargó a Joaquín Peláez, el histórico Diego Valor, en su momento director de la Operación Plus Ultra y entonces responsable de las relaciones externas e internacionales de la Ser, que preparara un departamento con todo el equipo necesario. Entre los primeros fichajes incorporó como director comercial a un joven de futuro prometedor que venía del campo del marketing, Arturo Moreno, posteriormente llegará a presidente de Telemadrid. Antes de incorporarme a la dirección de emisoras tuve un par de reuniones con Peláez y otra mas con Moreno para mi posible incorporación al proyecto, pero al no ver su inminente viabilidad surgió la oferta de la dirección de emisoras. Así nació SERTEL, la compañía que iba a ser encargada de la gestión de la explotación de la televisión de la Ser.

El 4 de Julio de 1981 El Periódico de Cataluña en su página 16 recogía una encuesta entre 45 personalidades de la política, la cultura y la comunicación. Joaquín Peláez señalaba en el diario que: «Se nos plantea una tarea apasionante a los emisores privados: la SER desea llegar a tener una televisión con el 30 ó 40 por ciento de producción propia.»

Arturo Moreno recientemente
Las televisiones tardarían mas de diez años en llegar a nuestro país, pero la compañía recientemente creada se puso a trabajar como empresa productora de vídeos y películas obteniendo una importante posición en el mercado que solo la crisis de la radio haría olvidar. Moreno dejó la productora para entrar en el PP donde hizo carrera hasta llegar a la Vicesecretaria General y posteriormente verse imputado en el caso Naseiro y tuvo que dimitir. Cuando finalmente llegaron las televisiones, la Ser, Prisa y por tanto SERTEL, tenían un largo camino recorrido acumulando experiencia que finalmente sería útil para el Grupo cuando se obtuvo la concesión de Canal+.

La “espantá” de Ferreras

El 30 de septiembre de 1989 finalizaba el contrato de prácticas de García Ferreras, pero a todos nos convencía su forma de trabajar y su plena integración en la emisora. Hablé con Silvio para prorrogar un mes mas su beca, el nuevo gerente la aprobó decidiendo aumentar la plantilla para el año siguiente con un nuevo redactor, ofreciéndole un contrato fijo que incluimos en los presupuestos de 1990 a partir de Enero. Pero debido a la urgencia que mostró Antonio por aclarar su futuro me comprometí con él a no esperar al nuevo año y le propuse adelantarlo al 1 de Diciembre quedando libre Noviembre. Me confesó que le venia bien para tomarse un descanso y someterse a una ligera intervención quirúrgica. Quedamos en vernos a finales de mes para que se incorporara el primer día de diciembre.

Al regreso de la Asamblea Anual de Directores que se celebró ese año en Bayona (Pontevedra) escuché en un boletín de la cadena que daban paso a Antonio García Ferreras desde Radio Sevilla. Nos sorprendió a todos porque se había despedido del equipo hasta el 1 de diciembre. Llamé a Carlos Vergara, director de la emisora de la capital andaluza y me dijo que hacía tiempo había pedido un redactor a Madrid y le habían enviado a “uno muy bueno que ha terminado las prácticas en Valladolid. Pedí hablar con él pero fue imposible: “nunca estaba”… A continuación hablé con Silvio y me dijo que era una forma de hacerle progresar a alguien muy valioso y que ya “veríamos” la ampliación de esa plaza a cubrir para el año siguiente porque se suponía que era para Ferreras. Empezaba a conocer al nuevo gerente y su palabra.

Tardé dos años en poder hablar con Antonio. Lo conseguí desayunando en el Hotel Londres de San Sebastián el último día de la Asamblea de 1992, dónde intentó explicarme lo que le llevó a su “espantá” y, principalmente no haber querido darme ninguna explicación en todo ese tiempo. Me reconoció su error y su falta de honestidad; le hice ver que desconocía cómo se relacionaba con las personas pero que yo era un hombre de palabra y no entendía la traición ni el silencio. En esos momentos ya era director de informativos en Andalucía y se había convertido en hombre de confianza de Delkáder realizando –todo hay que decirlo- un excepcional trabajo durante la Expo 92 para la Ser en particular y el Grupo Prisa en general.

Aquello me afectó personal y profesionalmente porque nunca pude entender la falta de palabra y la deslealtad. A partir de aquél momento intentamos recomponer la relación que él había roto, la retomaríamos en nuestro reencuentro profesional en 1998 y se mantendría con cierta complicidad posteriormente.

¿Director de deportes?

El día que bajé a Madrid para presentar a Juan Casal los presupuestos de 1990 me llamó Alfredo Relaño. Quería quedar conmigo en la Cafetería Nebraska. Nos vimos a las cinco de la tarde y me dijo que el Grupo le había encargado montar la redacción de deportes de Canal+, por lo que iba a dejar la Ser. Galdón le había pedido una terna de nombres y me confesó que incluso antes de consultarlo conmigo le había dado el mío a él y a Delkáder. Me explicó el trabajo realizado, cómo había organizado la redacción y que todo estaba bien engrasado para que me resultara fácil entrar en la redacción, porque además conocía todos sus miembros y era amigo de muchos de ellos si la dirección lo aprobaba. Carrusel iba muy bien y la apuesta de El Larguero había sido extraordinariamente bien recibida por centrales de compras y anunciantes; el binomio De la Morena/Robinson funcionaba y habría una colaboración muy estrecha entre la radio y la televisión, en la que iba a contar con Nacho Lewin y Jorge Valdano.

Le dije que agradecía su confianza pero que me temía que Augusto o Eugenio no terminaría de apoyarlo. Sabía lo que Delkáder había pensado para mi un año antes y que debido a mi relación con Planas, Galdón no me iba a proponer. Le agradecí enormemente que contara conmigo, pero le hice ver que “me temía” que la propuesta no saldría adelante, como así fue.

Fin de año cinematográfico, electoral y un absurdo aéreo
 
El final de 1989 trajo la última semana de Octubre la Seminci que se celebró del 20 al 28 de Octubre bajo la dirección de Fernando Lara, en cuya edición resultó ganadora de la “Espiga de Oro” la película Israelí de Eli Coen, El verano de Aviya y celebramos las tertulias y debates en el Centro Comercial de la calle Duque de la Victopria con Carlos Blanco. 

La Semana Internacional de Cine de Valladolid coincidió con el cierre de la campaña electoral de las legislativas del 89 que volvería a ganar el PSOE de Felipe González a pesar de que el PP, bajo el mando de Aznar impugnara los resultados de Melilla, ofreciéndose Felipe González en la sesión de investidura a una moción de confianza cuando la junta electoral se pronunciara sobre los comicios, algo que sucedería el 5 de Abril del año siguiente.

En la investidura González consiguió el voto de 167 diputados del PSOE el de los canarios de AIC, con las 6 abstenciones de PNV (5) y PAR (1), mientras que en la Cuestión de Confianza superó los resultados con 176 del PSOE y 1 de AIC, 37 abstenciones de CiU (18), CDS (14) y PNV (5) y la oposición de 130 diputados de PP (105), IU (16), EE (2), EA (2), PA (2), UV (2) y PAR (1). Nacía la “pinza “Aznar-Anguita”.

En una de las primeras entrevistas que concedió Felipe González tras las primeras semanas como presidente del Gobierno en 1982 se refirió a la necesidad de mejorar las comunicaciones terrestres en nuestro país; carreteras y ferrocarril. Comentaba que habría que reconducir las comunicaciones aéreas. Lo comprobé con motivo de la Asamblea de Bayona. Cuando estaba organizando el viaje Mari Carmen Losada, secretaria de dirección, me dijo que tenía un vuelo directo de Valladolid a Vigo porque en la capital de Castilla y León hacía escala un vuelo diario procedente de Barcelona. Así era, en el vuelo de ida a Vigo nos subimos algunos directores de la región y coincidimos con todos los que venían de Cataluña, pero en el de regreso que realice un día antes que el resto el avión hacía el mismo recorrido, pero me bajé únicamente yo. Pregunté en la terminal si lo había hecho por mi billete y me dijeron en Villanubla que esa escala la hacía hubiera pasajeros o no… Un auténtico despropósito.

Comentarios

Entradas populares