Nunca... (123) Cela, Vidrié y la Asamblea de Mallorca
El tiempo transcurría vertiginosamente. La velocidad de
crucero alcanzada era muy alta y apenas si nos dábamos cuenta de todo lo que
íbamos realizando. De nuevo estábamos reunidos para decidir los Premios Ser
Guadalajara de 1986. Como siempre invité al cuadro directivo de la radio para
que asistiera a la entrega. Habitualmente asistían el director de Expansión,
Sergio González y el subdirector Técnico, Domingo Pasarón. Jorge Planas aceptó
la invitación porque además de conocer ya a todos los directores de las
emisoras propias y participadas tras la reunión del “presupuesto cero”, estaba
recorriendo el país para conocer “in situ” cada realidad y problemática local.
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El rejoneador Manolo Vidrié recoge el Premio Ser Guadalajara 1985 |
Entre
los premiados del año destacaron el rejoneador Manuel Vidríe que al margen de
ser el triunfador de la Feria de San Isidro en Madrid y ejercer de
guadalajareño vivía en su finca alcarreña. El otro homenajeado fue Camilo José
Cela que delegó en su amigo Francisco García Marquina el honor de recoger la estatuilla
de Agustín de la Herran. Cuando llamé al académico para comunicarle la
obtención del Premios se mostró inmensamente agradecido comunicándome que en
las fechas de la entrega estaría fuera de España, pero me anunció que
próximamente iba a trasladar su residencia de Mallorca a Guadalajara.
Planas
aprovechó la tarde para ir conociendo los entresijos de la emisora y al
personal para mas tarde, tras el acto de entrega de los Premios departir con
los representantes de los ciudadanos, anunciantes y clientes trasladando a
todos ellos el nuevo mensaje de la Ser basado en el crecimiento del liderazgo
resaltando la fortaleza de la radio como medio y la cadena y sus productos como
referentes en la comunicación en nuestro país.
La Asamblea que cambió el rumbo
Una
de las novedades que trajo Polanco y su cuadro directivo fue la de celebrar un
par de reuniones al año con los directores de las las emisoras. La primera se celebraba habitualmente
en el Hotel Monte Real de Madrid con una nutrida representación de los
directores de emisoras propias y participadas antes del verano para hacer un
balance de la gestión, analizar la marcha global del ejercicio de las emisoras y la cadena en
varios frentes, al tiempo que se daban a conocer los parámetros y novedades
programáticas en las que trabajaba el equipo que todavía dirigía Tomás Martín
Blanco, en el que se mantenía Mariano de la Banda y al que se habían incorporado Ramón
Gabilondo y Paco Vela, procedente de
Radio España de Madrid. La segunda reunión se celebraba en otoño y en ella se
convocaba a todos los directores de emisoras de la Cadena, tanto propias como
participadas y asociadas.
Programación de la Cadena Ser de Lunes a Viernes en otoño de 1985
6,00
a 7,00
|
Onda
Pesquera
|
Jesús
Ferreriro
|
7,00
a 8,30
|
Matinal
Ser
(8,30 a 9,00 Local)
|
Pepe
Fernández
|
9,00
a 10,00
|
Pido
la palabra
(10,00 a 12,,00 Local)
|
Iñaki
Gabilondo, Joaquín Prat y Pepe Domingo Castaño
|
12,00
a 13,30
|
Onda
Media: Aquí la Ser
(13,30 a 14,00 Local)
|
Andrés
Caparrós
|
14,30
a 15,00
|
Informativo
de las 14,30
15,00 a 17,00 Local/facultativa
|
Fernando
González
|
17,00
a 18,00
|
Cita
a las cinco
18,00 a 20,00 Local/facultativa
(Club de la tarde)
|
Basilio
Rogado
|
20,00
a 20,30
|
Informativo
de las 8
|
|
20,30
a 21,00
|
Club
Deportivo
21,00 a 23,00
Local/facultativa)
|
|
23,00
a 0,15
|
Hora
25
|
Fermín
Bocos
|
0,15
a 2,30
|
El
loco de la Colina
|
Jesús
Quintero
|
2,30
a 6,00
|
De
la noche a la mañana
|
Cholo
Hurtado
|
La
primera Asamblea de la nueva época se celebró en Palma de Mallorca. El hotel,
del que no quiero acordarme pero que viene a mi memoria siempre que veo una
cucaracha o una grieta en una pared, no estaba “mal del todo”, con sus
jardines, estanques y piscinas, estaba situado en Calviá. Lo habían dejado abierto una semana mas al
terminar la temporada la última semana de Octubre para atender a los mas de 500
miembros entre directores y acompañantes. El anfitrión fue Cayetano Fuster, director
de Radio Mallorca, apoyado por el equipo de Relaciones Públicas que coordinaba
Conchita Migoya Calvo-Sotelo, una eficiente profesional que Galdón había traído
de la Moncloa.
Por
un lado se organizaban las sesiones de trabajo para los días que permanecíamos
encerrados en el hotel, y excursiones de ocio para los acompañantes, entonces
casi en su totalidad mujeres, a las que llevaron a la fábrica de vidrio, Manacor,
Inca y Alcudia. Paloma no me acompañó por el avanzado estado de su embarazo. La
noche mas famosa, que aún recordamos la mayoría, fue la que nos llevaron a ver
un espectáculo de “justas medievales” en las que tras “saludar al Conde” que
nos recibía a la entrada de “su castillo”, nos ofrecían un caldo, pollo, que
había que comer con las manos, por supuesto, y resto de viandas acordes con la época
y el escenario.
Las
reuniones se establecieron de forma que los temas comunes para emisoras propias
y asociadas se trataban conjuntamente, pero cuando se trataban aspectos de la
gestión de las emisoras propias y participadas de la Sociedad se establecía una
sesión independiente. Cada departamento de la central exponía el trabajo que
estaba desarrollando, las novedades que se iban a incorporar y se daba paso al
turno de interpelaciones de cada emisora. Galdón y Planas consiguieron la
inmediata participación de todos los asistentes.
Los paneles de gestión; La lista
La
novedad mas rotunda, y lo que definió a partir de ese momento durante muchos
años las asambleas de la Ser, fue la sesión de la gestión de las emisoras
propias. Planas se encerraba con los directores y exponía el cuadro de la
marcha de cada emisora en sus aspectos mas relevantes como eran las ventas,
gastos y resultado de la cuenta de explotación (EBIT) individual de cada
emisora. Para aquella Asamblea, la primera intervención de Planas ante el
auditorio hizo un examen exhaustivo e individualizado de cada una cubriendo de
grandes paneles las paredes del salón de reuniones con la posición de todas las emisoras en función de sus ventas,
gastos, resultados y finalmente estableciendo el porcentaje de rentabilidad
según las audiencias. Ser Guadalajara estaba en el Top-Ten en todas las categorías.
Nos
dejó boquiabiertos. Asistimos a un ejercicio de análisis y conocimiento
empresarial nunca vistos hasta ese momento en la gestión de la radio
pormenorizado por emisoras. Entre la demostración de Galdón en el Hotel Palace
en el mes de Junio y la de Planas en Mallorca fuimos conscientes de dónde
estábamos, de dónde veníamos y a dónde nos dirigíamos.
Aquella
asamblea significaría la despedida de modos de gestión y la marcha de gentes y
equipos obsoletos. Había llegado la nueva época. La Ser se había refundado
partiendo de la fortaleza de sus raíces. Se mantenía la inspiración, el genio,
la entrega y el espíritu de siempre con el soplo de la vitalidad de los nuevos
tiempos. La transición había acabado en la SER.
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