Nunca... (63) Víctor Manuel


Bajaba indignado las escaleras de mármol que separaban la segunda planta de la radio de la calle. Al salir a Gran Vía tomó aire e intentó relajarse, pero ni las palabras de Nieves ni mi silencio consiguieron serenarle hasta pasados unos minutos ante una San Miguel en Nebraska.

Había seguido la carrera de Víctor Manuel desde sus inicios. Me había llevado por los campos y minas de sus tierras asturianas. No siempre me había emocionado pero cuando lo lograba me dejaba llevar por su lirismo. No nos conocíamos, teníamos amigos comunes, incluso en ocasiones coincidíamos en el ascensor de casa cuando él y Ana iban a visitar a Mercedes Sosa, nuestra vecina, pero fuera del trabajo mi timidez me hacía ser mas prudente y nunca me presenté. Escribí para El Gran Musical la crítica de su vuelta a los estudios de grabación de la mano de CBS, e intenté poner distancia entre mis recuerdos, su música y mis sensaciones para intentar ser lo mas independiente posible; quería ser lo mas imparcial posible cuando Aurelio González me presentó el nuevo material.

Repasando el comentario de aquél momento, y volviendo a escuchar Un corazón tendido al sol, he vuelto a sentir el torbellino de emociones que en aquél momento me envolvieron para concentrarme en las historias, retratos de cada momento, desde Solo pienso en ti a Canción de la esperanza, pasando por Cuelebre, Pablo y Juana, El niño que volaba, Balada para Cabiria, el tema que titulaba el álbum, Eran dos niños, Digo amor y digo libertad, hasta Hace tres años que he vuelto a nacer. Cada tema estaba muy elaborado pero no por ello exento de la frescura que producían los arreglos y producción de Danilo Vaona. Reconocí que nunca me había entregado como fan a su trabajo pero admiraba su trayectoria y honestidad, reconociendo que “cuando un artista, al cabo de mas de diez años de carrera, compone algo así es que ha nacido para estar en la cúspide porque su realidad convence emocionalmente y es en ese momento cuando no se puede pedir mas”.

La provocación de Wenceslao

La temporada radiofónica había arrancado con una mayor apuesta por El Gran Musical del Sábado en el que, además de presentar sus canciones, los artistas españoles eran entrevistados por Pepe Domingo y un invitado de otro medio cada semana. A continuación Pepe Fernández, Joaquín Luqui y yo hacíamos un programa de una hora cada uno sobre las novedades de la semana y las listas de superventas hasta el tramo de las 8 en que llegaban las votaciones regionales de Los 40 Principales.

Aquella semana Víctor Manuel iba a ser el invitado para presentar su primer trabajo tras dos años y medio de silencio discográfico, tiempo en el que únicamente nos había llegado la noticia de su fichaje, y el de su mujer, Ana Belén, por CBS. El lanzamiento del LP Un corazón tendido al sol y el sencillo Solo pienso en ti se iban a convertir en todo un acontecimiento, pero una parte de la profesión conservadora criticaba al cantautor asturiano “porque había dejado a una compañía española para fichar por una multinacional”. Era esa misma prensa que desde su ideología echaban en cara a “un rojo” que ganara dinero e hicieran fortuna con su actividad. Desde su posición “era un contrasentido ser de izquierdas y ganar dinero”.

En esas estábamos cuando a Pepe Domingo y a Revert decidieron invitar a la entrevista con Víctor Manuel a Wenceslao Pérez Gómez, un profesional de buen criterio musical pero ultraconservador y fiel seguidor del franquismo. Quizás Revert no evaluó adecuadamente la invitación de esa semana teniendo en cuenta que la entrevista era a Víctor Manuel, ¿o si?. El caso es que la entrevista transcurrió por los senderos musicales explicando el cantautor lo que le había inspirado cada tema del LP, el motivo de su silencio durante esos dos años y medio, y el deseo de presentarse con un álbum de alto nivel literario y musical con una producción a la altura de lo esperado hasta que Wenceslao sacó el tema político. Le echaba en cara al cantautor que fichara por una multinacional, que se enriqueciera y que era una incongruencia ser de izquierdas y ganar mucho dinero… 

Víctor le contestó del modo mas educado posible haciéndole ver que él era un profesional que se ganaba honestamente la vida con su trabajo como cualquiera, y que como cualquier hijo de vecino tenía una ideología desde la cual, y por su notoriedad, podía hacer mas que desde el anonimato. Wenceslao continuo subiendo el tono de su crítica mientras que Pepe Domingo intentaba apaciguar al invitado, pero Víctor tomo la inteligente decisión de hablar de su música, y la esperanza que tenía en el tiempo nuevo que se había abierto para nuestro país, pero se marchó mucho mas que molesto, se fue indignado.

Cuando entramos en Nebraska para realizar la entrevista terminó de desahogarse y pudimos entablar la conversación. Fue en ese momento cuando por fin Nieves pudo presentarnos. Para romper la crispación le dije que habíamos coincidido en varias ocasiones en el ascensor de casa. Reímos y me preguntó por qué no me había presentado en esos momentos. Finalmente pudimos hablar tranquilamente sobre el disco, su carrera y las diferentes fases; la primera mas pegada a su tierra pero siempre social, la segunda mas política y la presente. En cualquier caso Víctor tenía mucho interés  por dejar claro que él era un profesional de la música que como cualquier “hijo de vecino, tenía una ideología”.

Finalmente nos desglosó el LP en el que resaltó Solo pienso en ti, y su historia, Soy un corazón tendido al sol, Cuélebre y Digo amor y digo libertad que en principio iba a ser una balada, pero que en el trabajo del estudio pasó a ser un tema mas fuerte y reivindicativo.

El invierno de 1978 Víctor Manuel se presentaba mas sereno, tranquilo, enamorado, feliz y centrado. No estaba dispuesto a que nada ni nadie le sacara de la línea  de independencia, honestidad y compromiso con la libertad que se había marcado desde la adolescencia por muchos ataques que recibiera desde las filas mas conservadoras y reaccionarias en un país que como él miraba adelante con “ilusión y sentido de futuro”.

Sin empatía radiofónica

Apenas un año antes Paloma y yo no nos conocíamos, y esa Nochevieja Tomás Martín Blanco quiso probarnos como pareja radiofónica encargándonos la realización del programa especial de fin de año de la Cadena SER, y el resultado, sin ser malo no nos gustó a ninguno de los dos, aunque levantó expectativas que inmediatamente anulamos. No nos encontrábamos cómodos; éramos una pareja feliz y enamorada en la vida personal, pero profesionalmente nos dábamos cuenta de que no funcionaríamos. No había ese punto de complicidad profesional. 

Así pues decidimos no volver a trabajar juntos. Su “pareja profesional” en el futuro sería José Luis Arriaza. Con él y su mujer, Rocío, formamos un grupo que no solo nos entendíamos a la perfección si no que durante cinco años incluso fuimos vecinos, y ella madrina de una de mis hijas, pero ya llegaremos a esos momentos.


Próximamente: Llegan Superman y Pecos

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