Nunca... (61) La lluvia de Perales y Purón a la OTI

El verano lo habíamos dedicado a los preparativos de la casa y a evitar que nuestra boda se convirtiera en un fenómeno musical. En cuanto vimos Paloma y yo que el ambiente en el negocio de la música se “caldeaba” decidimos cortar por lo sano y evitar que nuestra decisión se convirtiera en un fenómeno mediático-radiofónico. Miembros de las compañías, músicos, amigos, cantantes y compañeros de la profesión, con la mejor de las intenciones, nos transmitieron el deseo de venir a acompañarnos y, agradeciéndoselo, comunicamos a todos que no iba a haber celebración gastronómica; simplemente el acto eclesiástico en la Parroquia de Cristo Rey de la calle Martín de los Heros 91, y los invitados iban a ser simplemente los familiares mas allegados de ambos. Aún así algunos amigos quisieron acompañarnos aquél 30 de septiembre de 1978 a las 12 del mediodía.

Realmente nuestra relación había surgido como un flechazo; en apenas tres meses decidimos compartir la vida juntos, e inmediatamente nos planteamos la boda. Desde las primeras semanas no encontrábamos el momento de separarnos, excepto con motivo de algún viaje de El Gran Musical para ver conciertos, estábamos siempre juntos pero intentando que nuestra vida profesional no se viera afectada en lo posible. Fue duro para ambos los 15 días de vacaciones que me pude tomar tras dos años sin descanso en el mes de Agosto.

Paloma Varela en un turno 
de 40 Principales

Alrededor de las 5 de la tarde nos fuimos al apartamento. Estábamos realmente cansados pero aún así cumplí el rito de coger a Paloma en brazos y entrar en nuestra primera casa como recién casados. La tensión, los nervios y la presión de los últimos días nos derrumbaron en cuanto entramos en el dormitorio y sin apenas cambiarnos caímos en la cama rotos. A las 9 de la noche salimos a dar un paseo pero enfrente de casa había un pub al que entramos para tomar una caña y un café irlandés. Comentamos lo vivido y empezamos a intentar organizarnos. El día siguiente amaneció lloviendo y a primera hora cogimos el tren que nos llevaría de "luna de miel" a El Campello (Alicante), donde mis padres tenían un apartamento frente al mar, el dinero no daba para mas, y había que regresar pronto a la radio. Fue nuestro refugio para entregarnos durante siete días a vivir intensa y apasionadamente nuestro amor sin apenas tener tiempo para bajar a la playa que teníamos debajo de casa.

La lluvia fresca

Antes de la boda había que dejar preparado el material de El Gran Musical de octubre que llevaría a Bob Dylan y su Street Legal como poster y reportaje central con entrevistas de Luqui a Umberto Tozzi, el anuncio de la llegada de La guerra de los mundos, la desaparición por no menos esperada muerte de Jacques Brel y escuchar atentamente el nuevo trabajo de José Luis Perales. El cantautor conquense lanzaba un álbum importante que estaba llamado a revalidar el éxito de  su último trabajo, Y te vas, con Me llamas como single adelantado de su nuevo trabajo Como la lluvia fresca. Perales se disponía a reaalizar una gira por teatros presentando su LP. 

Se trataba del primer trabajo que dirigía José Luis Gil como subdirector general de Hispavox y puso toda la atención en los arreglos y producción que por penúltima vez realizaría Trabuchelli. La portada estaba diseñada, como en el álbum de Marti Trini, Solo para ti, por los hermanos Eguiguren, unos fotógrafos navarros bastante autodidactas. El disco reflejaba personajes y situaciones que habían impactado al cantautor como Me llamas, Me duelen, Me iré, Compraré, Dices que soy hombre triste, Canción para un pequeño marinero, Pequeño gorrión, La casada, Así te quiero yo, Soledades y Pequeño marinero.

Ana Oxa, una cantante italiana a medio camino entre Rita Pavone y Liza Minelli, que había salido con fuerza en nuestro país, vendía por miles su single Fatelo con me, un seco y antipático John Paul Young intentaba convencernos de las excelencias de la melodía de Love is in the air, mientras la admirada por Salvador Dalí, Amanda Lear, era entrevistada por Antonio Bravo porque estaba haciendo bailar a media Europa, primero con Trouble, y en ese momento con Sweet revenge. El genio de Cadaqués resaltaba la belleza de la calavera de Amanda y ella supo utilizar esa promoción adecuadamente.

Cerré las entrevistas con Vicky Leandros, Michael Zager, The Crusaders, que habían vuelto a España de gira y Oliver Onions, los hermanos Guido y Mauricio de Angelis, estaban promocionando sus trabajos sobre las series de televisión Sandokan y Orzowei. Unos meses después tendría la fortuna de trabajar con ellos en la grabación de un cuento sobre los Reyes Magos que llevaron a un LP delicioso en el que intervinieron varios miembros del cuadro de actores de la Ser.

Purón a la OTI

Intervenciones en TVE; programa Gente Joven
y selección de representante para la OTI

Recién llegado de la “luna de miel” me llamaron de TVE para invitarme a ser miembro del jurado que iba a seleccionar la canción que iba a representar a España en el Festival de la OTI que se celebraría en Chile en el mes de Diciembre. La mañana de la reunión tuve la fortuna de conocer a Julio Mengod, uno de los músicos mas brillantes y autor de una gran mayoría de las sintonías de RNE y de TVE.

La selección de canciones se había establecido por la organización de modo que a los miembros del jurado, músicos y comentaristas nos pasaron una veintena de canciones para, en sucesivas votaciones ir eliminando las menos adecuadas o las peores hasta llegar a una troika entre la que había que seleccionar la elegida. Inmediatamente Mengod y yo reconocimos la voz de Purón en una de ellas y apostamos por su tema que, finalmente resultó elegido. El riojano representaría a España con Mi sitio, un tema al mas puro estilo de cantautor que reivindica su tierra. La canción consagraría a Purón como una de las mas firmes realidades de la música en nuestro país.

Si, había realmente mucho trabajo, pero vivía en una nube, no, mas allá, en un  paraíso de emociones y nuevas sensaciones. ¡Como puede cambiar la vida en apenas unos meses!

Proximamente: Los Serrano, Ian Dury y La Guerra de los Mundos