Vestir el traje blanco


Cuando a principios de los 90 el Albacete Balompié llamaba la atención por su juego denominado "queso mecánico" de toque,  presión y marcaje por zona de la mano de Benito Floro, y en el que destacaban jugadores como Conejo, Coco, Chesa, Menéndez, Zalazar, Geli, Aquino, etc., la prensa se deshacía en elogios sobre el entrenador valenciano afincado en La Mancha. En un par de temporadas realizó una meteórica carrera que llevó a su equipo de la segunda B a primera división logrando en su primera temporada en la máxima categoría la séptima posición, el puesto mas alto logrado nunca por un equipo debutante en primera división, quedándose a las puertas de competiciones europeas. 

Su presidente, Rafael Candel supo conjugar las necesidades del entrenador con la situación financiera del club y el resultado fue el conocido. No era extraño ver cada fin de semana a periodistas de Barcelona o Madrid acudir a los encuentros del “Alba” como “observadores” de lo que en La Mancha estaba sucediendo.

Una vez en Primera División, y con motivo de un encuentro ante el Atlético de Madrid, Luis Escribano y José Antonio Plaza, los redactores deportivos que tenía en Radio Albacete, organizaron una cena con el entrenador de moda a la que acudimos Alfredo Relaño, Julio César Iglesias, Manolo Lama y yo mismo, en la que Floro nos desveló las interioridades de su fútbol. Nos sedujo su forma de vivir el fútbol, pero había algo en lo que insistía permanentemente y era el compromiso con el sistema y estado anímico personal y profesional del jugador, algo que Jorge Valdano, el hombre de fútbol mas odiado por los ultras mas radicales y los aficionados mas conservadores del Real Madrid, había acuñado como “el fútbol es un estado de ánimo”.

Floro lo tenía claro; Nos resaltó la forma en que tocando y tocando el balón desde la defensa hasta el ataque, y el constante movimiento de los jugadores que se encontraban por delante del balón finalmente aparecían los huecos para crear las ocasiones. Cuando se perdía la pelota había que volver a la presión “como posesos” para volver a conseguir el esférico.

El resto de la historia es mas o menos conocida. Finalmente Ramón Mendoza le fichó para el Madrid con el que consiguió una Copa del Rey, una Supercopa y un subcampeonato de liga, tras perder por segundo año consecutivo ante el Tenerife en la última jornada de liga lo que daría el título al F. C. Barcelona por segunda vez en la ya conocida maldición de “las ligas de Tenerife”. Precisamente esos ultras madridistas que se llenaban la boca al hablar de injusticias arbitrales -que existieron, y de qué manera- a continuación critican a Valdano por hacer “lo que tenía que hacer” como profesional, intentar que su equipo venciera, o ¿tenía que dejarse ganar? Es decir Valdano tendría que haber actuado como los árbitros de aquellos dos partidos, de forma injusta y desleal con el deporte.

El último mas grande delantero español
Eso es lo que no le perdonan a Valdano, a pesar de fichar al año siguiente por el Real y darle la ansiada liga que añoraba el madridismo y lanzar la carrera del último mas grande delantero del fútbol español, Raúl González Blanco, y traer al mejor centrocampista del momento precisamente del Tenerife, Fernando Redondo.

Todo este preámbulo viene a resaltar dos aspectos de la actual gestión deportiva del Real Madrid. No se trata de comparar pero, como ya he dicho en otros ámbitos, José Mourinho ha demostrado que "no sabe llevar el traje" del Real Madrid, "le viene grande y no da la talla", a pesar de los tres títulos obtenidos (Copa, Liga y Supercopa) porque, aunque le apoyé en un principio, finalmente ha quemado la imagen del club como ha hecho con sus propios futbolistas exigiéndoles una presencia mental y física insoportable que les obliga a perseguir a los contrarios y al balón agotándoles en ambos aspectos. No es de extrañar que haya entrenadores que no les preocupa que el Madrid tenga el balón porque no saben que hacer con él ante una defensa presionante, a pesar de tener grandes peloteros como Özil y Kaká, entre otros, a los que también ha maltratado futbolísticamente. Mourinho es la mejor versión enriquecida del “patapúm pa’rriba” de Clemente.

He saltado deliberadamente a entrenadores como Hiddink (Intercontinental), Heycnkes (Champions) y Del Bosque (2 Champions), a los que por una causa o por otras no se les permitió terminar su trabajo. Mientras en Can Barça alternaban éxitos con fracasos a veces, mala gestión con impaciencia, pero finalmente recogiendo con suerte dispar la herencia de Cruyff, hasta que llegó Guardiola y supo dar sentido a dicha herencia para ofrecer un trabajo de mas de veinte años.

Ahora en el Real Madrid se viven las urgencias históricas que siempre tuvo el Barça, y para colmo ha encontrado su “Di Stefano” en Messi y está constuyendo con el jugador argentino lo que Bernabeu realizó con la Saeta Rubia, una institución con futuro. Solo espero que las urgencias de la faraónica gestión de Florentino Pérez, que ha entendido mal el mensaje de Don Santiago, no sabiendo combinar fichajes estelares con cantera de la mano del entrenador portugués, no nos lleven a continuar con años de frustración alternados con alguna pequeña alegría como vivieron los rivales en su momento.

En definitiva, el fútbol es “un estado de ánimo”, y ya hace demasiados años que ese ánimo, desgraciadamente, emigró de Chamartín, y parece que seguiremos sin la persona adecuada que de la talla para “vestir el traje”. Un traje que no lo tiene que llevar un entrenador concreto sino un concepto, una gestión y una filosofía por la que se apueste y se mantenga para toda la “fábrica”, como Don Alfredo llamaba a la cantera del Real que sigue sembrando -por cierto- el fútbol mundial de grandes jugadores que no encuentran acomodo en “su casa”.  

Definitivamente no todo el mundo puede vestir de blanco, llevar ese traje o sentarse en un banquillo sagrado que honra a quien lo ocupa. Algunos pueden resultar ridículos y patéticos cuando no ofenden a la elegancia.
No todo el mundo puede sentarse en un banquillo sagrado


Comentarios

  1. No se puede ser más sincero ni estar más acertado.
    Ya lo dije y hasta lo escribí en algún SMS que no llegaron a publicar en "Punto pelota" de "Intereconomía": "La peste del Real Madrid C.F. se llama Florentino Pérez" y lo vuelvo a repetir. Mientras ese señor, que sabra mucho de empresas pero nada de futbol, siga de presidente, la hemos cagado.
    Se fue como se fue, dejo al Real Madrid con un president que quebró a su empresa y despues volvió por la puerta grande. ¡Qué podemos esperar con este presidente, con este entrenador, con el interesado de Ronaldo y con estos socios!

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