Nunca... (34) "Un Serrat extremeño", la posguerra y la lucha por el nº 1
Llach, el máximo vendedor de LP's de 1976 |
VI Festival de la Paz
1976 terminaba y Rafa Revert me pidió que asistiera en su lugar al VI Festival de la Paz que se celebraba en Valladolid los días 3 y 4 de diciembre. Se trataba de un evento que organizaba La Voz de Valladolid, emisora perteneciente a la Red de Emisoras del Movimiento (REM), y se celebraba en el Teatro Calderón de la Barca de la capital castellana. Tras una criba sobre las mas de quinientas canciones que se habían presentado llegaban a la final diez temas que defendían, entre otros, Vicky (hija de Manuel de la Calva), Elder Barber, Cristina –la antigua componentes de los Stop-, el grupo local Thau, Claudio Fabri con Betty Misiego y Julio Ramos. José Luis Perales y Jarcha se repartieron las actuaciones estelares del fin de fiesta de ambos días. Finalmente Julio Ramos resultó ganador tras intentarlo en las pasadas dos ediciones, de esa manera se cumplía el refrán castellano de “a la tercera fue la vencida”.
Fue un festival que no podía durar –y así fue- debido a una pésima organización con demasiados intereses entre compañías y artistas en la que los medios invitados para cubrir el acto eran maltratados cuando no ignorados.
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El Serrat extremeño
En el mundo de los cantautores 1976 había alumbrado a un cacereño con un estilo muy peculiar, autor de letras hermosas y música bien construida, pero con un problema a la hora de interpretar: su voz y estilos eran muy parecidos a Serrat. Paco Martín iba a tener un camino tortuoso, y así fue efectivamente. No pudo evitar comparaciones y aunque intentó diferentes fórmulas para escapar de su tendencia serratiana, y así se lo manifestamos en diferentes entrevistas, finalmente la situación le superó.
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Zafiro-Novola, su compañía discográfica pretendió lanzar un nuevo Serrat tras perder al cantautor barcelonés, y Paco fue la víctima propiciatoria. Era una lástima que un cantautor como él se perdiera por unas similitudes que no se supieron encauzar y en cualquier otro país no hubieran significado nada mas que una mera coincidencia o el seguimiento de una escuela a cuidar.
No sobrevivió a las “comparaciones” y se alejó, aunque no totalmente, del mundo de la música. En la actualidad Paco Martín dirige una empresa de representación y asesoramiento artístico en su Cáceres natal. Sus aportaciones mas importantes a la música española fueron Condesa de Cristal y el LP Añoranzas, con arreglos de Juan Carlos Calderón, que incluía temas interesantes como Fernando o Nenas.
El caso de Paco Martín fue similar al de Carlos Luengo, dos cantautores interesantes que quizás llegaron al mundo de la música en un momento poco propicio para ellos principalmente en una época social y cultural demasiado convulsa para prestar la atención que se merecían estos y otros muchos cantautores como Paco Revuelta o Ana María Drack. Pero aún así un cantautor valenciano con fuerte personalidad y elegancia supo hacerse un hueco con letras apasionantes e intensas; de esa manera fue como cuajó unos años brillantes Juan Bautista Humet.
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Las canciones tras la guerra
La Banda Sonora de la película de Basilio Martín Patino se convirtió en un auténtico fenómeno musical en el último trimestre del año y, Joaquín Luqui y yo, nos repartimos el trabajo para hablar con algunos de los protagonistas musicales del disco y el director. Debido a su apasionado amor por el cine Joaquín entrevistó a Martín Patino, y yo me encargué de hacerlo con Pepe Blanco y Lolita Garrido. A lo largo de una conversación entrañable le pude confesar al intérprete de Cocidito madrileño, Madrid tiene seis letras o El farolero, que sus discos, solo o en compañía de Carmen Morell, me habían acompañado desde niño. La canción que él interpretaba y se había incorporado a la banda sonora de la película era el tema de Perelló, La Chunga. Blanco me confesó que en aquellos años la única forma de dar a conocer las canciones era a través de los espectáculos musicales con los que recorría España, de hecho fue actuando en el Teatro de la Comedia de Madrid cuando Genaro Monreal le llevó la canción. Me confesó que había grabado un par de discos últimamente y que seguía actuando allí donde le llamaban porque se sentía, con sus 62 años como un muchacho, “mucho mas joven que Sinatra”.
Lolita Garrido estaba actuando en un cabaret de la calle Desengaño, justo detrás de la radio, y allí me presenté la noche que nos había citado para hablar de sus dos interpretaciones en el film, Viajera, de Morcillo y Del Val y La televisión, de Tony Fargo. Reconoció que gracias a la primera fue conocida en toda España y que con la segunda, aunque ese medio aún no había llegado a nuestro país cuando la grabó, se hizo inmensamente popular. Gracias a la canción fue una de las primeras intérpretes en salir por la pequeña pantalla y aseguró que no estaba dispuesta a seguir haciendo galas, porque se sentía mas cómoda y segura en lo que siempre le había gustado, el cabaret.
Martín Patino se desahogó con Joaquín porque “tras los 40 años que nos habían robado la película tenía que ser una crítica destructiva porque la constructiva, no existe, es un camelo”. Le confesó a Joaquín que utilizar esas canciones fue para él la forma de hacer frente a los fantasmas que nos habían perseguido durante ese tiempo. Para el director, la película se había convertido “en una liberación, en una manifestación de cabreo, en un exorcismo,…” Terminó asegurando que esa película no era cine político porque “Mientras no se democraticen las reglas del juego hablar de cine político es una utopía. El llamado cine político ha sido una componenda del fascismo en tiempos fascistas y capitalistas en tiempos capitalistas… Cuando el proletariado y la izquierda puedan hacer cine, entonces hablaremos de cine político integral. Y en cualquier caso yo solo haría cine político en el sentido de ir contra la retórica y el dogmatismo. Que digan que “Canciones para después de una guerra” es cine político no me importa demasiado”, concluía.
Inolvidable ‘76
Estaba terminando un año que iba a ser inolvidable; comenzaba como locutor de Los 40 y terminaba como presentador, comentarista y responsable de Superventas LP’s, redactor de El Gran Musical y viajando como enviado especial a conciertos y ruedas de prensa. Había conocido, debatido de fútbol y echo juegos de mesa con Rick Wakeman, viajado a Londres, para mi, desde entonces, capital del mundo y había compartido mesa, mantel, paseo y flores con Patti Smith; inimaginable diez meses antes.
Una de las muchas dedicatorias de A. Carney |
En lo personal fue un año de relaciones ilusionantes que acabaron frustradas, como también lo fue la que había comenzado en septiembre y que, entre sus viajes y mis vértigos pasionales, trunqué con Myriam, pero eso no fue óbice para mantener con ella siempre una relación especial de amistad y cariño que continua en la actualidad. Finalmente –además- se había cruzado en el camino una norteamericana fotógrafa, creativa, artista y “mujer límite” –como bautizó Joaquín a Angeles Carney- que a la vez que el propio Luqui empezaron a sembrar en mi la semilla del deseo neoyorkino. Cualquier objeto, incluso las fundas de los discos le servían para mostrar su amor y emoción por mi como lo demostró con la del sencillo de Perales Y te vas.
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Las luchas por el nº 1 de los LP’s
Aunque finalmente Lluis Llach se había convertido en el máximo vendedor de LP’s del año con Viatge a Itaca, primero y posteriormente con el legendario Barcelona, Gener de 1976, a mediados de noviembre la lucha por desbancar a Donna Summer y su A love Trilogy del primer puesto de los LP’s mas vendidos en España la disputaban Amigos de Santana que, tras 14 semanas no conseguía derribar a la reina de la música disco a la que también acechaban The Beatles con una excepcional recopilación de sus mejores interpretaciones del Rock and roll music, el Come’s alive de Peter Frampton, Hermoso Ruido, de Neil Diamond, el homenaje del mundo del cantautor a través de la música a los personajes de Forges con Forgesound, Canciones para después de una guerra, Trespass de Génesis, Libertad sin ira de Jarcha y Hard Rain de Bob Dylan, que mantenía aún en los primeros puestos Desire.
Los mas destacados para desbancar a la reina de la música disco |
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Pero lo mejor estaba aún por llegar, y sería en 1977.
Continuará
Próximo capítulo: Como nació “Los Beatles que amo”
Estimado amigo: sigo tu magnifico blog desde hace poco que lo descubri por casualidad. Me emociona leer las aventuras y desventuras de mis admirados locutores de mi epoca. Lo que daria por conseguir las listas de Superventas, sobre todo de finales de los 70 y comienzos de los 80. Es imposible. He buscado por rastrillos y mi busqueda ha sido nefasta el conseguir El Gran Musical en formato periodico, en fin que se le va a hacer... Si hicieras el favor de publicar de vez en cuando alguna te lo agradecere, sigue asi y un abrazo muy fuerte de un fiel seguidor y por supuesto que pases un Feliz verano.
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