Los señores Hernández y Serrat

Es costumbre habitual fuera de nuestras fronteras otorgar el titulo de “Don” o el de “Señor” a los mas grandes de la cultura, y es una buena costumbre, porque eso indica un respeto y una admiración hacía el personaje y su obra. En España tenemos gente que se merece ese trato y reconocimiento. Concretamente desde hace muchos años se lo tiene ganado el Señor Serrat como en vida ya lo tenía el Señor Don Miguel Hernández.

En mis 37 años de profesión no conocí a Serrat, pero siempre degusté y paladeé su trabajo intensamente. Disfrutaba poniendo sus discos y era un placer intentar compartir con la audiencia las complicidades de sus canciones, pero debo reconocer que desde El gusto es nuestro con Víctor, Ana y Miguel Ríos, no me entusiasmó demasiado lo que veía o escuchaba, incluso las compañías de las que se rodeaba. Ha sido cuando ha realizado su último trabajo sobre Miguel Hernández cuando he vuelto a disfrutar de su forma de entender la poesía y la compenetración y entendimiento con la música. He vuelto a disfrutar como entonces, o mas.

No pretendo en este blog hacer un comentario sobre Hijo de la luz y de la sombra, pero si quiero resaltar la distancia, el abismo que existe entre él y “el mundo de los demás”, y el placer que he vuelto a sentir al escuchar al “Noi de Poble Sec” en su salsa. Esta vez mejor y mas crecido mas reivindicativo, directo y marcando distancias y un camino a seguir que no se me ocurre, ni veo, quien lo pueda recorrer.

Realmente no lo tenía fácil porque inmediatamente iban a surgir las comparaciones con los trabajos anteriores sobre el mismo Miguel Hernández y el Cantares de Antonio Machado, pero lo ha superado con una categoría, nivel, arreglos y producción realmente insuperables.

Debo reconocer que cuando escribo estas líneas únicamente he escuchado Hijo de la luz y de la sombra una vez, y estoy conmocionado por la belleza del resultado. No sé cuantas veces lo disfrutaré pero se va a convertir en la banda sonora de mi vida en los próximos días porque además me voy “pa’ Alicante” y estoy seguro que los poemas y la música mediterránea de Joan Manuel cobrarán aún mas sentido a la sombra de esas palmeras.

Me emociona pensar que si tras Cantares de Machado vino Mi niñez y Mediterráneo, tras Miguel Hernández llegó Per el meu amic, Canción infantil y Piel de Manzana, por ejemplo, ¿con qué nos sorprenderá la próxima vez? Es admirable comprobar como sigue creciendo la sensibilidad y madurez del Señor Serrat y lo afortunados que somos de seguir contando con él en los escenarios de gira una vez recuperado.