“Soy, dije”, sentir la música de Neil Diamond


Dentro de las muchas posibilidades que ofrecen los correos electrónicos e Internet estoy suscrito a un servicio de alertas sobre todo lo que se publica en “esta medio de comunicación” -aunque haya jueces que no crean que lo es- sobre Neil Diamond. Los que me conocen ya saben lo que significa para mi la música del “Monstruo de Brooklyn” o el Mahler del pop como llegaron a definirle a comienzo de los ’70 con motivo de la publicación de álbumes como “Tap root manuscript”, la banda sonora original de la película de Hal Bartlet, basada en el libro de Richard Bach, Jonathan Livingstone Seagull, o la creación de una de las mas grandes canciones sobre la soledad, “I am, I said”, y esta mañana me he encontrado en una de esas alertas, el comentario de un joven músico español que no conocía, David Carretero.

Me he adentrado en su blog, en su página web y en su “myspace”, y he leído el artículo que escribió ayer sobre Neil Diamond a raíz de un comentario que le hizo una fan sobre su música y la del artista americano. En él se declara admirador del compositor de Brooklyn y admite su influencia a la hora de componer y escribir canciones. Alaba su trayectoria y se queja de lo poco conocido que es en nuestro país aunque reconoce que muchas de sus grandes canciones son reconocidas en sus innumerables versiones.

Cuando comencé a escribir este blog me hice el firme propósito de tardar en escribir sobre Neil Diamond, o esperar a un momento de notoriedad suficiente para derramar sobre estas páginas mi amor por su música y todo lo que ha significado su trabajo en mi vida, la suerte que he tenido de conocerle, de estar con él en dos ocasiones, en Madrid y en París donde tras uno de sus conciertos cené con él en Maxim’s, o de tantos amigos y personas que he conocido y que se han hecho muy importantes en mi vida.

Es difícil, prácticamente imposible, destacar aquí todas esas sensaciones, pero si quiero resaltar un momento especial de su último trabajo –“Hot August Night/NYC”- realizado en directo durante cuatro días en Agosto de 2008 en los que se encerró en el Madison Square Garden de Nueva York para declarar su amor por la ciudad que le vio nacer hace 69 años, recordando por otro lado aquél otro agosto de 1972 en el Teatro Griego de Los Angeles que dio lugar a uno de los mejores y mas grandes álbumes grabados en directo en la historia de la música actual, “Hot August Night”.

En ese concierto hay muchos momentos grandes, íntimos, sensacionales todos, de una comunión perfecta entre el artista y su audiencia, un publico heterogéneo de razas, culturas, religiones y edades, pero  si tengo que destacar uno de ellos me quedo con  la interpretación que hace de “I am I said”; un tema íntimo, de gran trascendencia, dureza y sensibilidad que ha tenido diferentes arreglos en las diferentes interpretaciones que ha hecho de él a lo largo de su carrera, unas veces grandilocuente, otras mas acústico, otras envolvente, pero siempre emocionante. Esta vez ha desnudado la canción de tal manera que la deja abierta y descarnada hasta tal punto que un tema que siempre ha terminado arriba con toda la fuerza del acompañamiento musical termina desnuda, con solo su voz, en un silencio que deja a la audiencia impresionada. Yo nunca había visto acabar una canción en directo de esa forma en la que el artista se ha desnudado plenamente y se muestra mudo para que sea el público, quien ante el éxtasis producido por el momento, explote en una ovación que emociona y estremece a la vez.

Y no hablaré del momento que se produce cuando es el auditorio quien le acompaña hasta ¡tres veces! cantándole “Sweet Caroline”, pero para todo ello es mejor ver el concierto completo en la película que ha realizado Hamish Hamilton que solo tiene un adjetivo: Soberbia.


No sé quien es tu fan, no se quien eres David Carretero, pero ese gusto musical demuestra una forma de crear y de sentir que merece ser reconocida, y no te preocupes si en España ha vuelto a ser olvidado, porque en los años 70 fue muy alabado y reconocido, e incluso nos hizo una visita de varios días para promocionar “Serenade”, el siguiente álbum a Jonathan Livingstone Seagull, en el que hacía un homenaje a Picasso y a Don Quijote y unos años mas tarde llegó al número 1 con “Beautiful Noise” un LP en el que homenajeaba la desaparecida época del Tin Pan Alley, el lugar donde gentes como él, Carole King, Gerry Goffin, Paul Simon, Jeff Barry y Ellie Greewich, entre otros, componían canciones para los artistas de la época y que se convirtió en semillero de lo que hoy son  las grandes editoriales musicales de la industria del disco.

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