200/ El futuro en la mano, regreso a Gran Vía

Una mañana del nuevo año cuando estaba desayunando en el bar de Pablo se me acercó una gitana y sin apenas darme cuenta me había cogido de la mano y se disponía a leerme la “buenaventura”. Mi primer gesto fue retirar inmediatamente la mano pero la sostuvo con fuerza y no me resistí a la tentación de escuchar lo que tenía que decirme. Fue breve y directa, me anunció cambios importantes e inminentes en mi vida profesional, a largo plazo también en lo personal, “descubrió” mis recurrentes cefaleas, me aconsejó de que no me fiara de un colaborador, me alertó sobre alguien muy próximo, me habló de mis dos hijas -que ni le había mentado-, me entregó unas semillas para que las dejara en la mesilla de noche, y me pidió la voluntad. Pablo se rió por el tiempo que la había concedido y dijo conocerla; “tiene fama por aquí de acertar mucho…” y volvimos a nuestra conversación futbolera madridista habitual de cada mañana.
Gran Vía 32 (Foto: cincodias.com)
Desde mis años con Antonio José Alés en las madrugadas de la radio, y principalmente tras la experiencia esotérica de Albacete, le había cogido mucho respeto a quienes tienes ciertas “facilidades, habilidades o facultades” para presumir o predecir acontecimientos o situaciones. Quizás por ello durante dos temporadas tuvimos como colaboradora en la radio a una mujer con esas facultades. María Rosa Cobo se estaba labrando una buena fama y popularidad en el suroeste de Madrid. Su trabajo estaba en la línea del que había venido realizando Leonor Alazraki en el Hoy por hoy de Iñaki Gabilondo. No podía imaginar lo cercanas que estaban algunas de sus previsiones, y menos por la poca importancia que le di. Tras el desayuno subí a la radio para terminar la idea en la que estaba trabajando con el fin de presentársela a Claudio Martínez.

El juego de la SER

El arranque del año de Ser Móstoles estaba siendo espectacular. Antes de llegar al día 15 de Enero ya habíamos cumplido el presupuesto del mes y cerrado contrataciones para febrero y marzo que superaban lo realizado el año anterior. Por fin la siembra daba buena cosecha, pero la fama de la emisora para la escasez de ventas de los últimos tiempos hacía que nos mantuviéramos cautos. Los cambios de agentes y redistribución de funciones realizadas al comienzo de la temporada habían resultado efectivos a pesar de las campañas que desde la central nos habían cancelado por su escasa “rentabilidad”.

Por fin no solo veía la tierra prometida de las rentabilidad sino que además fluían todo tipo de ideas, así que me animé a llevarle al nuestro director de marketing la campaña que había estado diseñando en los últimos meses del año y que le había avanzado en Badajoz. Lo denominaba “El Juego de la SER”. Básicamente consistía en trocear el logo de la radio en varias casillas y realizar un juego basado en preguntas similar al de la escalera de los legendarios “Juegos Reunidos”, la Oca y el Trivial con diferentes temas y motivos de la programación de la cadena acompañados de logos de diferentes anunciantes. Podían participar varios concursantes por teléfono o en la emisora. Finalmente desechó la idea para la cadena pero Ser Móstoles lo adoptó produciéndole buenas ventas. 

La llamada de Juan Casal

Juan Casal en su etapa de
Sogecable (Foto: El País)
Por delante se presentaba un año que iba a traernos todo por lo que habíamos trabajado. De hecho aunque al año anterior había sido flojo estaba tranquilo, incluso cuando se produjo la llamada de Juan Casal el lunes 23 de Febrero. Mari Carmen, su secretaria, una mujer de fuerte carácter y personalidad que intentaba ocultar un enorme corazón, me llamó porque el subdirector general quería verme a lo largo del día. Le contesté que podía ir al final de la mañana y quedamos a la una en su despacho.

Al llegar estaba en una reunión y le dije a Mari Carmen que iba a ver a Luqui. Le encontré en la cafetería y tras darnos su clásico saludo con la correspondiente inclinación de cabeza y su señal de la cruz en mi pecho me invitó a celebrar su 50 cumpleaños que había sido el día anterior. Apenas pudimos empezar a hablar cuando Mari Carmen vino a buscarme. Joaquín no dejó que me despidiera y me pidió que cuando terminara le avisara para irnos a comer.

Casal me expuso la situación y tras realizar un  rápido análisis por mi recorrido profesional, principalmente de los últimos años me ofreció dejar la dirección de emisoras para pasar a ejercer como Director de Comunicación de la SER (Cadena Convencional y las musicales) con categoría de Jefe de Prensa. Realmente me sorprendió porque no podía esperar algo así. Le dije que en varias ocasiones había confesado a Javier Agustí que el traje de director de emisora empezaba a quedarme muy apretado y deseaba realizar una carrera mas amplia dentro del grupo. “Esta es la ocasión” me dijo Casal. La reunión duró alrededor de media hora. Al finalizar me comunicó que Augusto quería verme y pasamos a su despacho. Mari Carmen llamó a Javier Agustí y Augusto Delkáder elaboró el plan de la comunicación de mi nuevo cargo. Se haría una nota interna para la red de emisoras al día siguiente y a primeros de Marzo se enviaría una mas extensa a los medios.

El ofrecimiento se producía porque, la hasta ese momento Jefa de Prensa de la Ser, Teresa P. Alfageme, había aceptado una oferta del presidente de RTVE, Fernando López-Amor para ocuparse de la Dirección de Comunicación del ente público. En mi lugar se nombró a Vicente Navarro director de Ser Móstoles, cargo que compatibilizaría con el de Ser Parla, entonces denominada Ser Madrid Sur. Los nombramientos se haría con efecto de 1 de Marzo.
 
Cena Asamblea de Badajoz; de izquierda a derecha Javier Hernando (director R. Mallorca), el autor, Benjamín Llorens (Radio Murcia) la esposa de J. Hernando, Teresa P. Alfageme (jefa de prensa) y Matilde Barrios (gerente de marketing)
La despedida

Al día siguiente regresé a la emisora para comunicar a todos los cambios que se iban a producir. Se estableció el cómo y cuando se haría el relevo en Móstoles y unos días después me fui a cenar con ellos para agradecerles el duro trabajo realizado que por fin había dado sus frutos. En cualquier caso la despedida de alguno de ellos era relativa porque a Manu y a Susana los seguiría viendo en Madrid. Javier se incorporarías unos meses después a la redacción central. Las palabras que me escribió Ayuso para cerrar los recuerdos de aquellos años que compartimos bien podían servir para todos porque a todos Móstoles nos caló hondo y de alguna manera a cada uno nos hizo echar raíces.

La profecía se había cumplido. Quince años después regresaba a la Gran Vía. Ante mi se abría una época tan intensa, trepidante, dolorosa y hermosa que era imposible de imaginar.

Fin de la Segunda Parte, la Gestión

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