197/ Alteración de prioridades, el gobierno inicia una guerra

Se palpaba una extraña sensación que había empezado tras la reunión pre-verano de 1996 pero se había agudizado por las decisiones, decretos y legislación que el gobierno había empezado a tomar sobre los medios de comunicación, mejor dicho contra el Grupo Prisa y sus empresas con la colaboración inestimable de los medios afines que habían participado en la “conspiración anti-González” en 1993 creando un frentismo mediático que había nacido con el “antenicidio”.

El País recoge en primera la querella
El detonante definitivo de la guerra que abrió el gobierno de Aznar se debió al denominado “Pacto de Nochebuena”, por el que  se unían PRISA (Polanco), Grupo Zeta (Antonio Asensio) y la Corporación Catalana de Radio y Televisión (CCRTV) para la explotación de los derechos audiovisuales de la Liga Española de Fútbol (LFP) el 23 de diciembre de 1996. Aquél pacto se realizó después de una dura batalla por la compra de los derechos de audiovisuales de los clubes de fútbol que mantuvieron PRISA y el Grupo Zeta. Se creó Audiovisual Sport, una empresa formada para la gestión de dichos derechos participada inicialmente en un 40% por Grupo Zeta, 40% Sogecable y 20% por TV3. En Enero Polanco presentaba la nueva plataforma de televisión, Canal Satélite Digital

El Gobierno de José María Aznar explotó tomando medidas ante este pacto llevando adelante la Ley de Retransmisiones Deportivas (26 de junio de 1997) muy duramente criticada por su excesivo intervencionismo en medios de comunicación, única en la unión europea con la excusa del “interés general”.

Del fútbol a la guerra mediática total

No se había cumplido un año de la llegada de Aznar a la Moncloa cuando se declaró la “guerra mediática”, una de las etapas mas negras de la historia reciente de nuestra democracia en la que el gobierno, con aliados mediáticos, utilizaría todas las herramientas posibles e imposibles, para intentar acabar con un grupo de comunicación y sus empresas.

Así lo daba ABC
Tras el Pacto de Nochebuena la guerra estallaría en todos los frentes, y el primero fue la demanda que el director de la conservadora revista Época, el ultra-derechista Jaime Campmany, había presentado contra Sogecable el 28 de febrero por una supuesta apropiación indebida de las fianzas que depositaban los clientes por el alquiler de los equipos de Canal+, fianzas que se devolvían en caso de baja. A dicha demanda le acompañaban las querellas de Jesús Cacho, Manuel Murillo y Sainz Moreno pidiendo incluso prisión contra el presidente del Grupo, Jesús Polanco.

Para conocer mas a fondo:


Posteriormente la guerra que el gobierno había declarado al grupo de comunicación abría otro frente con la legislación sobre los decodificadores de Canal Satélite Digital –la plataforma de televisión creada tras el éxito de Canal + que, según el gobierno y la diputada Ana Mato, no eran compatibles con los de una plataforma denominada Vía Digital y que el presidente de gobierno intentaba convencer a su compañero de colegio, Juan Villalonga, al que había colocado al frente de Telefónica, para poner en marcha. Pero iremos viendo todo el proceso a medida que se desarrollen los acontecimientos, principalmente –como siempre- según a lo que yo fui asistiendo como testigo o sujeto paciente.

Aquellos meses asistíamos sorprendidos a las decisiones que cada día iba tomando el gobierno o las desinformaciones interesadas de la prensa afín al PP. En casa seguíamos los acontecimientos a través de las informaciones que ofrecía Carlos Llamas en Hora 25 con el análisis y comentarios de Carlos Mendo, Carlos Carnicero, Isabel San Sebastián, María Esperanza Sánchez o Miguel Ángel Aguilar, entre otros. Los primeros meses de 1997 produjeron un estado de nervios y preocupación interna que el propio Delkáder hacía lo imposible para que no nos llegara a los directores, intentando por todos los medios transmitir tranquilidad y serenidad, algo que alguno de sus colaboradores no sabía cumplir. El ambiente mediático-político se había enrarecido de tal forma que se habían creado dos bandos irreconciliables en el país, y algunos temas llegaron a afectar a las relaciones familiares. La política de Aznar empezaba a cosechar la cizaña sembrada cuatro años antes.

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De nuevo pregonero

Mis prioridades eran la emisora y el apoyo a Ramón Gabilondo en el desarrollo del circuito regional junto a Gorka Zumeta, su mano derecha. La primera reunión del año la celebramos en el Hotel Cisneros de Alcalá de Henares tras habernos llevado Antonio Gil, director de la emisora a recorrer las instalaciones de la Casa Grande de Torrejón de Ardoz. Debido al fracaso de la cabalgata comercial de Navidad en Ser Móstoles habíamos quedado todos muy tocados, aunque la inminente campaña taurina de San Isidro y las buenas expectativas junto a la contratación de un nuevo agente, habían empezado a elevar los ánimos. A todo ello se unió la invitación que José Mª Arteta, alcalde de Móstoles, me hizo para pronunciar el pregón de las Fiestas de Móstoles.
Con José Mª Arteta (en primer término)
en el balcón del Ayuntamiento
Los presupuestos de 1997 los había pasado sin problemas con el beneplácito, y sin contratiempos de Paco Vela que paulatinamente había ido desplazando a Javier Agustí de sus funciones. Incluso aprobó las colaboraciones extra que había previsto dar al personal de la emisora con motivo de la cobertura de la Feria de San isidro para la emisora y el circuito.
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Las clases magistrales de Robin; "Tocar, dar, mover"

Como todos los meses Relaño y yo seguíamos quedando a comer con la excusa de hablar de fútbol o toros, de lo que era un gran aficionado y auténtica enciclopedia. Al margen de las aficiones mutuas seguíamos hablando del desarrollo profesional, pero el argumento fundamental era el fútbol y la marcha de los respectivos campeonatos. En algunas ocasiones se apuntaban alguno de sus colaboradores del diario, la televisión o la radio.

Michael Robinson
Recordando los tiempos de Albacete con el propio Relaño o Ramos Marcos, Michael Robinson nos dio en una sobremesa una lección magistral sobre lo complejo que se hace el fútbol cuando es realmente sencillo. Nos habló de una de las enseñanzas básicas que aprendió en sus años de jugador juvenil; para su entrenador lo mas importantes era el trato del balón y la actitud con el compañero porque se trata de un deporte de equipo. Su preparador lo basaba en un concepto tan sencillo como “tocar, dar, mover”; así de simple. Te pasan el balón, lo controlas, lo pasas al compañero y te mueves para facilitar líneas de pase, y cuanto mas rápido mejor. Así de simple, grande y hermoso. Realmente parece fácil, pero Robin resaltaba lo difícil que es aplicar todo eso en un conjunto.

Las conversaciones giraban habitualmente sobre las posibilidades del Barça o del Madrid en Liga o Champions. Aquella temporada el equipo blaugrana que dirigía Bobby Robson tenía como jugadores mas destacados a Vitor Baía, Laurent Blanc, Sergi Barjuán, Popescu, Nadal, Figo, Ronaldo, Luis Enrique o Stoichkov como mas habituales. Por parte del Real Madrid, Lorenzo Sanz, el presidente que había defenestrado a Mendoza, había fichado a Fabio Capello como entrenador poniendo a sus órdenes entre otros a Bodo Illgner, Secretario, Roberto Carlos, Panucci, Mijatovic, Súker y Seedorf. Continuaban los Redondo, Alkorta, Sánchis, Milla, Cañizares, Hierro, Guti, etc.

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