¿Podremos?

Viendo este fin de semana la asamblea de Podemos recordaba los diferentes momentos de ilusión que ha vivido este país y como sus dirigentes y el tiempo fueron laminando esa ilusión hasta matarla. Me venía a la mente el frenesí creativo de la década de los 70, como la ciudadanía se entregaba apasionadamente a los nuevos tiempos y participábamos en todo tipo de manifestación social, cultural y política, pero el paso con el tiempo el desencanto secuestro todo aquello en reiteradas ocasiones.

Foto: eldiario.es
Cuando pensábamos que la libertad había llegado para quedarse llegó el 23-F y el triste periodo del gobierno de Calvo Sotelo, pero la ilusión estaba latente y el Psoe de Felipe González supo levantarla hasta que, primero el referéndum de la Otan y posteriormente los escándalos de Juan Guerra, Filesa, la salida de Alfonso Guerra del gobierno y el Gal acabó por sepultar aquel entusiasmo alejando a los votantes de izquierdas de la urnas para dar paso tras la época de la conspiración de algunos medios a la llegada de Aznar, la burbuja innmobiliaria, el Prestige y la Guerra de Irak con sus mentiras.

Pero la ilusión volvió a renacer con la aparición de Zapatero, aunque apenas nos duró seis años; hasta que la crisis y las políticas de lo que Julio Anguita llamaba recientemente el IV Reich alemán de Angela Merkel, con la colaboración de los socialdemócratas, hicieron que el presidente del Gobierno traicionara sus principios. Siempre he sostenido que si en ese famoso mes de Mayo de 2010 Rodríguez Zapatero hubiera dimitido disolviendo las Cortes y trasladando el mensaje de no estar dispuesto a ahogar a su país con esas políticas, y hubiera plantado cara, nos hubiera ido de otra forma, y en cualquier caso él no habría traicionado a sus electores. De esa ocasión se aprovecharon Rajoy y su partido.

Foto: El Mundo
Llega Podemos y de nuevo nos encontramos ante una ilusión que nuevamente prende en la ciudadanía de izquierdas, y se ve que va en serio cuando el PP  la ataca de forma furibunda y el PSOE no sabe reaccionar ni que decir hasta quedarse entre dos aguas, que quizás le ahoguen. Ver el apasionamiento y convicción con los que se mueven las gentes de Pablo Iglesias y Pablo Echenique, la forma en que se organizan y el mensaje que trasladan vuelve a ilusionar a un país necesitado de mas igualdad, justicia, libertad, mejor educación y sanidad, transparencia… Es ilusionante al tiempo que estimula la sensatez con que dan pasos firmes y seguros para ir entrando en las instituciones intentando evitar que se introduzcan en sus filas personajes cancerígenos que al olor del poder pueden pudrid un nuevo tiempo.

Espero que tras esta montaña rusa de ilusión y desesperanza en la que llevamos montados demasiado tiempo llegue un tiempo de calma de escándalos políticos y financieros y se pueda reconstruir un país demasiado roto y desvertebrado. De nuevo surge la esperanza porque ocupe el puesto que ocupe Podemos su llegada ha despertado muchas conciencias y animado a una sociedad necesitada de se escuchada. ¿Se podrá? ¿Podremos? Cambiar los tiempos está en manos de todos.


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