200/ El futuro en la mano, regreso a Gran Vía

Una mañana del nuevo año cuando estaba desayunando en el bar de Pablo se me acercó una gitana y sin apenas darme cuenta me había cogido de la mano y se disponía a leerme la “buenaventura”. Mi primer gesto fue retirar inmediatamente la mano pero la sostuvo con fuerza y no me resistí a la tentación de escuchar lo que tenía que decirme. Fue breve y directa, me anunció cambios importantes e inminentes en mi vida profesional, a largo plazo también en lo personal, “descubrió” mis recurrentes cefaleas, me aconsejó de que no me fiara de un colaborador, me alertó sobre alguien muy próximo, me habló de mis dos hijas -que ni le había mentado-, me entregó unas semillas para que las dejara en la mesilla de noche, y me pidió la voluntad. Pablo se rió por el tiempo que la había concedido y dijo conocerla; “tiene fama por aquí de acertar mucho…” y volvimos a nuestra conversación futbolera madridista habitual de cada mañana. Gran Vía 32 (Foto: cincodias.com) Desde mis años con Antonio José Alé...