Nunca... (6) Billy Paul, la Señora Jones y yo

La noticia de mi incorporación a Los 40, a la FM de Radio Madrid, corrió como la pólvora por toda la Agrupación de Infantería de Marina (AGRUMAD) y los compañeros no dejaban de hacerme preguntas sobre el funcionamiento de la radio, querían ir a ver los estudios y, sin quererlo, el consejo de Martín Ferránd sobre pasar desapercibido en la mili se diluyó. El capitán Del Corral me llamaba a su despacho, me preguntaba por discos, cantantes, músicos y apenas tenía tiempo para saciar su curiosidad, el brigada Varela me hacía recitar la listas de ministros y departamentos. Me estaba convirtiendo en el periodista musical del cuartel.

Una tarde de agosto en la FM, de paisano
Los primeros días en la radio no tenía tiempo para ir a casa. Los reclutas aspirantes a Policía Naval salíamos a las 5 de la tarde de la Agrupación e inmediatamente subía al autobús en dirección a la radio, "turno de 40" y vuelta al cuartel así que casi todos los días hacía el turno con el “traje de bonito”, lo que provocaba las típicas bromas en la radio como “a sus ordenes mi DJ”, “¿que manda hoy el infante de los 40?”, “¿Da su permiso para poner el siguiente disco?" y frases parecidas lo que me fue dando una aureola muy popular entre las oyentes que empezaban a llamar para ir a conocer al "nuevo", y de uniforme... Reconozco que el piloto del teléfono se encendía con mucha frecuencia y en ocasiones esas llamadas nos distraían. Muchas de ellas eran altamente estimulantes porque no solo se producían para pedir un disco. Debido al poco tiempo que tenía para "conocer a la audiencia personalmente", aprovechábamos la tarde del sábado o festivos, para los encuentros, pero no adelantemos acontecimientos.

El Sonido de Philadelphia

La jornada era igual todos los días; tras el toque de diana teníamos 15 minutos para levantarnos, ducha, hacer las camas, desayuno y formación para la instrucción diaria con carrera de fondo (10.000 metros), táctica y técnica militar y de policía, almuerzo a las 11, mas instrucción y finalización a las dos. Aseo y comida a las tres. A esa hora se marchaban los que habían jurado bandera (veteranos), mientras los aspirantes bajábamos las escaleras de la compañía y atravesando la plaza ajardinada de la Agrupación bajo un sol justiciero, sonaba por la megafonía uno de los himnos del TSOP (The sound of Philadelphia), Me and Mrs. Jones de Billy Paul.

Kenny Gumble y Leon Huff habían creado en 1971 PIR (Phliladelphia International Records), y con la mezcla adecuada de soul y funky generaron el sonido que se bailaría en todas las discotecas del mundo entre 1973 y 1978 de la mano del grupo base de la marca MFSB (Mother, Father, Sister and Brother), las espectaculares The Three Degrees, Harold Melvin and the Blue Notes, Intruders, O’Jays o People's Choice.

Ese sonido, que se repitió durante varios meses a la misma hora todos los días, se convirtió en la banda sonora de aquel tiempo hasta tal punto que 40 años después cada vez que escucho de nuevo esa canción -al margen de quien la versione- mi mente vuela a Arturo Soria y vuelvo a bajar las escaleras de la Compañía, atravieso el patio y me dirijo al comedor cual Bill Murray en Atrapado en el tiempo. Los domingos y festivos, paella.

La redacción de El Gran Musical

Tras la comida y una hora de relax o momento para escribir a las novias o familias los que eran de fuera de Madrid, el resto nos cambiábamos para salir. Aunque no tuviera turno yo iba a la radio todos los días. Crecía mi relación con Luqui, conocí a María Jesús Prieto, la secretaria de Revert, a Maruchi, a un jovencísimo Julián Ruíz, que alternaba su pasión por la música con el trabajo en la prensa deportiva y a Mariví Fernández Palacios, que ya eran pareja y poco después se casarían, a Nacho Artime, Fernando Salaverri, Asensi, el diseñador creativo del periódico… es decir a la redacción de El Gran Musical, el periódico que, primero quincenal y mas tarde mensualmente, se vendía en quioscos como la extensión en prensa del programa que Tomás Martín Blanco había creado en 1963.

La redacción se encontraba en la segunda planta del edificio de la radio. Se accedía a ella a través de una puerta de madera de doble hoja antes de entrar en las instalaciones de la radio. Allí, tras un mostrador en forma de “L” se creaba el periódico musical de mayor tirada de España. Al fondo de la redacción tenían sus despachos Rafael Revert y Tomás Martín Blanco, aunque poco después, dejaría ese lugar al jefe de emisiones cuando le nombraron director de programación de la cadena Ser y se subió a la novena planta .

Paréntesis radiofónico

Cabo 2º Policía Naval
Los fines de semana intentaba ponerme un poco al día con los apuntes de la facultad, pero no era posible compaginarlo todo así que le pedí a Romualdo que definitivamente cancelara todas mis convocatorias de exámenes hasta terminar la mili. La música y la mili lo invadían todo. Al finalizar el mes de septiembre juramos bandera, nos nombraron Policía Naval a los casi 180, de los 250 que iniciamos el curso. Los 8 primeros fueron destinados al Ministerio de Marina como escoltas del Ministro de Marina, Pita da Veiga y los 172 restantes cubrimos las plazas de los que se licenciaban, el resto pasó a la Unidad de Intervención Rápida (UNIR) o al Cuerpo de Gastadores de Infantería de Marina, pero a todos nos dieron 20 días de permiso.

Con tal motivo mi disponibilidad para la radio fue total esas tres semanas de octubre. Hice todos los turnos posibles, los siete días de la semana y me convertí en el comodín. Pero todo tiene un punto y aparte. Al finalizar el permiso me comunicaron que, aunque en las guardias – se llamaban servicios y teníamos una cada tres días- podíamos salir entre tres y cuatro horas, los horarios de la tarde, en los que yo podría ir a la radio, estaban cogidos por los veteranos por lo que no podría seguir en Los 40, al menos durante seis meses.

De la Vega y Revert lo entendieron asegurándome que a la vuelta de ese periodo contaban conmigo. Así que no quedó mas remedio que abrir un paréntesis radiofónico-musical entre el 20 de octubre de 1973 y el 14 de abril de 1974, pero el destino me tenía reservado vivir dentro de la Armada uno de los momentos mas duros y trágicos en la historia de nuestro país solo dos meses después de despedirme temporalmente de las ondas con The long train running de los Doobie Brothers.

Entre la segunda quincena de agosto y la primera de diciembre de 1973

El 19 de Agosto, Francia sigue haciendo explosiones nucleares en Mururoa (Pacífico Sur, el 22, Fraga es nombrado embajador de España en el Reino Unido y el 29, Amparo Muñoz es elegida Miss España.

El 11 de Septiembre, Pinochet da un golpe de estado en Chile, muere Salvador Allende, y el día 23, también en Chile, fallece Pablo Neruda.


El 10 de Octubre, Spiro Agnew, vicepresidente de los EE. UU., dimite por el caso Watergate, dos días después Gerarld Ford es propuesto como vicepresidente y el día 22 de ese mes muere en Puerto Rico Pau Casals.

El 20 de Noviembre, La Cabina de Antonio Mercero, protagonizada por José Luis López Vázquez, gana el Emmy al mejor programa de ficción.

El 9 de diciembre: Luis Ocaña, ganador del Tour, es elegido mejor ciclista profesional del año.

Los números 1 de esas semanas

Del 18 de agosto al 10 de noviembre el número 1 de Los 40 Principales fue América, América de Nino Bravo, la semana del 17 de noviembre ocupó ese puesto Goodbye my love, Goodbye de Demis Roussos y del 24 de noviembre al 22 de diciembre el lugar de honor fue para La estrella de David de Juan Bau.



Continuará

Próximo capítulo: Atentado de Carrero Blanco...

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