La hermana gemela de Lisa Gherardini

Conocí a la “gemela” de Lisa Gherardini en 1968. La primera que vez que la tuve ante mí quedé impresionado; no supe describir a “Clarito” si era por la mirada, las manos, la sonrisa enigmática que en ocasiones parecía gesto de reproche o angustia, o por el conjunto en sí. Era indescifrable. El no podía explicarnos su origen, pero la consideraba contemporánea de la original y sospechaba de su misma procedencia. A partir de aquél lunes, todas las semanas dedicaba la mitad del tiempo del recorrido por la selección de salas del Museo Prado que hacía “Clarito” a dos cuadros; Ella y Las Meninas, el mas impresionante lienzo de la pintura universal.

A la izquierda la obra original de Leonardo da Vinci y a la derecha la copia de uno de sus discípulos (El País/AFP)
Aquél años tras regresar de las vacaciones en Alicante tenía que acelerar los estudios y mis padres buscaron en el Diario Ya academias y centros de estudios para, que de forma libre pudiera acabar el bachillerato y hacer el “Preu”. Uno de los primeros que les llamó la atención fue la Academia Central, tras la llamada telefónica para concertar una reunión con el director quedé matriculado.

La Academia estaba en la primera planta del número 99 de la calle Ayala de Madrid. Era un piso de 250 metros cuadrados aproximadamente con siete habitaciones, cinco de ellas, las mas grandes, convertidas en aulas y las dos mas pequeñas las habían adaptado para despacho del director y la secretaría

Los encargados de dar alas a la imaginación y hacernos soñar con la libertad en aquél centro fueron Don José María -“Clarito” porque esa era su coletilla para preguntar si habíamos entendido algo- que nos daba Historia, Historia del Arte y Literatura. Todos los que llegamos aquellos años a la Academia no éramos en general buenos estudiantes, pero comprobé que teníamos unas cualidades que sobresalían por encima, y nos unían; amábamos la música, el cine, el teatro y la cultura en general, por encima de todo.

“Clarito” se encargó de despertar nuestro interés por el Arte y la Literatura de tal manera que sus clases eran las de mayor concurrencia. Íbamos a la Academia por las mañanas de 9 a 2, pero todos los lunes durante dos años nos citaba a las 4 de la tarde en la puerta de Velázquez para, que fuéramos de forma voluntaria, a visitar las diferentes salas del Prado. Hacíamos un recorrido que previamente nos había establecido por las diferentes escuelas pictóricas. Al día siguiente comentábamos en clase lo que habíamos visto con los apuntes que habíamos tomado, o lo que mas nos había llamado la atención.

El día que nos encontramos con Lisa nos detuvo ante ella y ya no fuimos a ninguna otra sala. Nueve años después con motivo de un viaje a París fui a ver a su hermana “original”, se lo debía, y lloré. La obra de Leonardo me había enamorado.  

                     
La exposición temporal de la Gioconda tendrá lugar del 21 de febrero al 13 marzo en la sala 49. Después será trasladada al Museo del Louvre para formar parte de la exposición La última obra de Leonardo da Vinci, Santa Ana, que se celebrará del 29 de marzo al 25 de junio. Al finalizar la exposición volverá a formar parte de la colección permanente del Prado.


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