Nunca... (144) Aznar no sabe, no contesta
El buen
ambiente, el constante aumento de las ventas en publicidad regional y el apoyo
mutuo entre los directores de las emisoras de la cadena regional hizo
que las relaciones profesionales entre nosotros fueran evolucionando hasta ser de complicidad. Radio Asturias entraba en los programas de cadena a través de Radio
Valladolid y, en ocasiones se producían incidencias que desde un primer momento
decidí cortar de raíz tratando los temas con la directora de la emisora asturiana y con Luciano García, su jefe de programas, ganándonos mutuamente la confianza. Así se formó un grupo de amigos y colegas integrado entre otros por Antonio Hernández (Segovia), Miguel Ángel González (Zamora), la propia directora de Asturias, José Manuel Vega (Salamanca), Pepe Castrillo (Palencia) y el matrimonio Beveride-García Astigarraga (Olga
y Enrique), directores de Radio León. Que se encargaron de organizar una reunión para que conociéramos mas detenidamente las peculiaridades de “su Reino de León”, y aquél duro invierno de comienzos de 1988 nos invitaron a degustar el famoso Cocido
Maragato en Castrillo de Polvazares, cerca de Astorga.
Al margen de los temas personales de cada uno, como es obvio hablamos de radio y de lo que estaba preparando el gobierno socialista de la segunda legislatura. Sergio González Otal, un hombre apasionado de la radio -y sobre todo de la Ser-, a la que se había entregado en cuerpo y alma desde su Algeciras natal primero, y posteriormente como alto directivo de la radio, era el director de expansión de la cadena.
Además de mantener, y acrecentar, los contactos con los propietarios de emisoras asociadas a la Ser, el objetivo principal de su trabajo consistía en hacer crecer el número de emisoras de la cadena para compensar la cicatería que desde los orígenes de la radio habían tenido los diferentes gobiernos con la cadena. En la dictadura de Primo de Rivera, la República, el franquismo, y la reciente democracia, la Ser siempre era maltratada en los diferentes planes de concesiones de emisoras a pesar del mensaje que la competencia y grupos afines intentaron siempre hacer creer, como se verá en su momento tras un trabajo exhaustivo de investigación que llevaríamos a cabo unos años después el mismo Sergio González, Francisco –Paco- Vela y quien suscribe.
La Ser, siempre perjudicada
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La reunión de Castrillo de Polvazares |
Al margen de los temas personales de cada uno, como es obvio hablamos de radio y de lo que estaba preparando el gobierno socialista de la segunda legislatura. Sergio González Otal, un hombre apasionado de la radio -y sobre todo de la Ser-, a la que se había entregado en cuerpo y alma desde su Algeciras natal primero, y posteriormente como alto directivo de la radio, era el director de expansión de la cadena.
Además de mantener, y acrecentar, los contactos con los propietarios de emisoras asociadas a la Ser, el objetivo principal de su trabajo consistía en hacer crecer el número de emisoras de la cadena para compensar la cicatería que desde los orígenes de la radio habían tenido los diferentes gobiernos con la cadena. En la dictadura de Primo de Rivera, la República, el franquismo, y la reciente democracia, la Ser siempre era maltratada en los diferentes planes de concesiones de emisoras a pesar del mensaje que la competencia y grupos afines intentaron siempre hacer creer, como se verá en su momento tras un trabajo exhaustivo de investigación que llevaríamos a cabo unos años después el mismo Sergio González, Francisco –Paco- Vela y quien suscribe.
La Ser, siempre perjudicada
Adelantaré sin embargo que en todas las concesiones que todos los gobiernos en casi cien años de historia de la radio en España la Ser fue siempre la cadena perjudicada y en cada plan de concesiones administrativas por lo general aparecían nuevas cadenas. Así pues en aquella comida les trasladé a mis compañeros la información que me había adelantado Sergio; el gobierno tenía previsto sacar un plan de 80 emisoras en Castilla y León en el plazo de un año (se publicaría en el BOE el 10 de Febrero del año siguiente), pero los primeros estudios técnicos ya se estaban elaborando. Establecimos un plan estratégico de actuación para conseguir aumentar el número de emisoras para la cadena cubriendo principalmente las zonas en las que no teníamos representación como Soria y Ávila, mientras que ellos pedirían las que necesitaban en su zona de influencia.
Por mi parte
tenía que hablar con Aznar para saber que grado de conocimiento tenía de dicho
plan del gobierno y los pasos que iba a dar, advirtiéndole que lo mas probable
era que los socialistas le “sembrarían” la región de emisoras de
empresarios afines a la Moncloa con el fin de inquietarle política e
informativamente en la región que gobernaba desde el pasado verano.
No sabe, no contesta
No sabe, no contesta
Llamé al presidente y, aprovechando uno de los días que había venido a la emisora para ser entrevistado como hacía todos los meses sobre la marcha de la región, le pedí que pasara al despacho para averiguar si tenía conocimiento de dicho plan de concesiones de emisoras, averiguar su planteamiento y en qué medida podíamos ayudarnos mutuamente. En esos momentos nuestra relación era fluida basada principalmente en las relaciones familiares. Siguiendo instrucciones de Sergio de tratar el tema con la máxima confidencialidad, y conocedor de lo dado que era el portavoz del gobierno a la indiscreción, le pedí a Miguel Ángel Rodríguez que me dejara a solas con el presidente para tratar un tema delicado y confidencial. Se sorprendió y mostró su malestar, pero el presidente le pidió que me hiciera caso.
Nos sentamos
en los sillones de la pared frente del balcón en el que habitualmente una
paloma solía anidar y le pregunté si conocía el Plan Técnico de las FM que
preparaba el gobierno. La conversación duró apenas un cuarto de hora porque me mostró su total desconocimiento, incredulidad e incluso, puso en duda mi información. Cuando le
confirmé los datos que obraban en mi poder insistió en no saber absolutamente
nada del tema. Le pregunté que pensaba hacer pero tampoco mostró ningún tipo de
preocupación ni inquietud, lo que me extrañó enormemente. Parecía que en aquél
momento sus prioridades y su mente estaban mas pendientes de Burgos donde la Federación de Arquitectos y Constructores había denunciado al alcalde José María Peña por el escándalo de la construcción, y de Madrid, dónde el senador Hernández Mancha intentaba dirigir
el partido que le había elegido presidente justo un año antes, que de otros
menesteres mas propios de la región, y así lo pudimos comprobar con las
constantes reuniones que tenía con los diferentes líderes políticos regionales
y nacionales de su partido, entre ellos el propio expresidente Fraga. Sobre
los temas de comunicación en la región me mostró su desconocimiento y ausencia
de preocupación. En ese momento nuestros caminos empezaron a ser divergentes si
alguna vez habían sido algo mas que paralelos. Comentando el resultado de la
reunión con Goyo Martínez y Carlos Blanco empezamos a seguir mas de cerca los
auténticos intereses de Aznar lo que llevaría a graves consecuencias como ya se verá.
Al salir de
la entrevista privada intenté hacer ver a Miguel Ángel Rodríguez lo delicado
del encuentro y que suponía que el presidente le informaría adecuadamente.
Siempre lo consideró un desplante y guardó su reacción hasta el momento en que
nació el tercer hijo de los Aznar, Alonso, apenas un par de meses después.
Reunión con Miguel Ángel Aguilar y la competencia
Reunión con Miguel Ángel Aguilar y la competencia
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Reunión con M. A. Aguilar, (tercero por la derecha), enfrente con jersey blanco Goyo Martínez |
Paralelamente la vida profesional seguía su curso. Siempre me gustó tener buenas relaciones con los colegas del resto de medios, principalmente de la radio, en los que veía mas allá que meros competidores a cómplices del medio mas intenso, directo y emotivo, la radio. Por supuesto que había rivalidad, pero tanto entre los directores como entre los redactores manteníamos buenas relaciones que en nuestro caso celebrábamos con reuniones y comidas de carácter mensual para tratar sobre los temas que mas nos afectaban en la provincia y región cuando no se producían otras de carácter general como la que organizó Miguel Ángel Aguilar en su calidad de director de la Agencia Efe, para conocer la realidad y necesidades de la profesión en Castilla y León que se celebró en el Hotel Olid de la capital castellano-leonesa.
Así llegamos a entablar una excelente relación con Charo Sacristán (RNE), Santos García (Antena 3 de Radio), Gerardo González y posteriormente Francisco Temprano, ambos de la Cope) y Manuela Repiso (Radio 80).
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