Nunca...(46) Negro agosto del '77

La muerte del Rey...

Era la mañana del 17 de agosto cuando escuché la voz entrecortada, precipitada a veces, con una mala señal telefónica, de Rafa Revert desde Memphis (Tennesse) dando la información de la muerte del “Rey del rock”; Elvis Aaron Presley había fallecido la tarde del 16 de agosto en su casa de un infarto; no me lo podía creer. Te acostumbras a vivir con tus ídolos, los conviertes en iconos, los sientes como algo propio, y es en esos momentos cuando te das cuenta de que son mortales en su dimensión humana, y a partir de ese instante pasan a la condición de miembros del Olimpo Musical e inmortal.

Portada del extra de otee El Gran Musical
Rafa se encontraba de vacaciones en Miami (Florida), como hacía casi todos los veranos, a no ser que te lo encontraras por el paseo marítimo de El Campello (Alicante). Nada mas oír en la radio la triste noticia, él que era junto a Fernando Salaverri uno de sus mayores fans en España, se puso en contacto con la radio y envió crónicas para Hora 25, Matinal y para los programas de la mañana de la emisión local de Madrid como para Mediodía Cadena Ser.

Desde los primeros momentos también la radio en su programación de OM como yo por la tarde en Superventas LP’s dedicamos la programación a recordar los mayores éxitos del Elvis en España, país en el que curiosamente solo había obtenido el número 1 de ventas con “In the Ghetto”. Fue emocionante escucharle y unas semanas después leer la crónica que hizo sobre los tres días que paso en Memphis siendo el único periodista español que acudió al entierro. Relató esos días con la pasión de un fan resaltando los aspectos mas importantes y curiosos de la carrera del Rey.

Se molestó cuando le contamos las miles de comentarios que circulaban en España sobre su abandono musical y personal, su gordura, sus trajes, sus galas excesivamente comerciales,… A todo ello Rafa contestó que siendo cierto el lamentable aspecto postrero del artista, este se merecía un respeto y consideración por todo lo que era y había significado para la música y el fenómeno “fan”, y lo contaba desde lo que estaba viviendo, observando la entrega y el amor que el público le estaba manifestando tanto a él como a su exmujer, Priscila y a su hija Lisa-Mary.

Explicaba la importancia de Elvis desde el punto de vista social, económico y cultural; resaltaba el cambio radical de la música que se había producido con su aparición en el mundo del espectáculo revolucionando plenamente lo que habían sido las actuaciones hasta ese momento para convertirlas en un auténtico fenómeno de fans.

Narró como un conductor había atropellado con su coche a varios fans que se encontraban en la puerta de la mansión causando la muerte de dos chicas y dejando muy malherida a una tercera, pero afortunadamente fue detenido instantes después.

Pudo ser acreditado para asistir al entierro junto al resto de periodistas americanos que se habían desplazado hasta Memphis, siendo llevados en autobuses que se habían habilitado para trasladar a la prensa desde Graceland, su mansión, hasta en cementerio. Nos contó como vió llegar a su padre, Vernon –su madre había fallecido a su misma edad, 42 años-, el gobernador de Tennesse, el Alcalde de Memphis, sus amigos del espectáculo Elizabeth Taylor, Ann Margret, Burt Reynolds, James Brown, Sammy Davis Jr., Caroline Kennedy,

Cuando regresó a Madrid entre él y Salaverry prepararon una edición especial de El Gran Musical extra de Otoño que se publicaría en octubre, dedicado a la figura de Elvis que, además de las dos páginas de su crónica en el número de Septiembre llevaría cinco mas sobre la vida y obra del rey del rock, así como preparar el siguiente libro de la colección que había iniciado Nuevas ediciones con Los Beatles que amo de Joaquín Luqui.

...y la del genio 

Solo tres días después del fallecimiento de Elvis el mundo del espectáculo recibía otro mazazo: a la edad de 86 años había fallecido en Los Ángeles Julius Henry Marx, “Groucho”, a causa de una neumonía.

Había visto sus películas a lo largo de los años 60 en la tele o en los pases de sesión continua de los cines de mi barrio, Sainz de Baranda, Ibiza y Narváez, y realmente eran el reclamo, mas allá de la película protagonista del pase de la tarde. En ocasiones nos quedábamos hasta la noche para ver la misma película de los Marx dos veces. Los días siguientes a ver una de sus “pelis” , las conversaciones con Tato, Uge, Héctor, Antonio, Sito o Tacho, eran sobre los momentos estelares creados por los Hermanos.

Me llamó la atención que en el primer viaje que hice a Londres con Carlos Juan Casado para ver a Doctor Feelgood, no dejara de leer “Sálvese quien pueda y otras historias inauditas”. En diferentes momentos del vuelo me leía en voz alta algunas de las reflexiones del hijo mayor de Minnie Schoenberg, autentica descubridora y genial explotadora del talento de sus hijos. Había disfrutado de sus películas, pero como en tantas ocasiones nos quedábamos en el superficie y Carlos Juan me enseño a profundizar algo mas en el conocimiento de los creadores, de los artistas.

El 19 de agosto de 1977 fallecía Groucho, nacido Julius Henry, y conocido para la posteridad como el “otro Marx”, pero por fortuna nos dejó un legado teatral y cinematográfico impagable. El pasado verano lo disfruté leyendo “Harpo habla”, un regalo para el intelecto, para disfrutar del absurdo y de unos tipos geniales…

No, no fue un buen mes aquél agosto de 1977

Próximamente: Cantautores cabreados

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