Feliz cumpleaños JL

Tras leer la prensa del día, a las 10,30 de la mañana del lunes 22 de febrero de 1998, y mientras me tomaba un café con leche en el Bar de Pablo en Móstoles, recibí una llamada del director gerente de la Ser preguntándome si podía ir a verle a la una a su despacho. Le pregunté a cerca del tema sobre el que iba a tratar la conversación por si debía llevarme algún documento y me dijo que no era necesario. No me quiso desvelar nada mas y subí a la radio -entonces era director de Ser Móstoles- para decirle a los chicos que tenía que ir a Madrid y que les llamaría por la tarde.




Al llegar a la novena planta de Gran Vía 32 me dijo su secretaria que en ese momento no me podía recibir, pero que me avisaría y me fuí a la cafetería. En ese momento me encontré en las escaleras con Joaquín. Hacía mas de tres años que no nos veíamos y a pesar de lo poco efusivo que era en las distancias cortas nos permitimos la osadía de entrecruzarnos los dedos de la mano. Tras el “hello my friend” de rigor como si no hubiera pasado el tiempo desde la última vez que nos habíamos visto y preguntarnos por nuestros ídolos musicales y hablar sobre la marcha del Madrid, entramos en la cafetería y nos tomamos un café. El desmigajó una magdalena en el vaso mientras yo me tomaba un cortado en vaso pequeño –recuerdos de mi etapa manchega- y nos pusimos al día en apenas diez minutos porque con él no hacía falta estar horas contando historias, simplemente nos dábamos los titulares y quedamos para comer.


Le conté el motivo de mi presencia en la radio, mostró, como siempre un enorme interés por todo lo que sucedía en mi vida personal principalmente, me preguntó por Paloma y nuestras hijas, Celia y Elena, y cuando le tocó el turno a él se limitó a decir que era su cumpleaños. Como yo no sabía lo que iba a durar mi reunión y el no tenía compromiso para comer quedé en pasar a buscarle al terminar y “celebrar” juntos su día.


En ese momento me avisaron de dirección que ya podía pasar a ver al Director gerente. Quedé con Joaquín en pasar a buscarle a “su mesa” cuando hubiera terminado. En la reunión me comunicó que el director general quería verme para ofrecerme el puesto de Jefe del Gabinete de Prensa de la Ser. La reunión apenas duró diez minutos, vino el director de Recursos Humanos para confirmar todos los extremos y poco después pasamos al despacho del director general para tratar sobre el calendario de mi incorporación y la comunicación tanto interna como externa de mi nombramiento.


A las dos ya estaba todo hecho, llamé a casa para dar la noticia, todos nos alegramos y fui a ver a Joaquín para celebrar juntos su cumpleaños y mi nombramiento. Bajamos a Pagasarri, restaurante donde ya le conocían y allí nos pusimos al día sobre las diferentes novedades de cada uno.


No se trata aquí de desvelar las intimidades que “mi hermano” y yo compartíamos, simplemente quería recordar hoy que si estuviera con nosotros habríamos celebrado su cumpleaños, habríamos vuelto a hablar de Caparroso, hubiéramos recordado nuestros años juntos en El Gran Musical, los programa de Superventas LP’s, los viajes por Europa y las entrevistas a los mil y un cantantes y grupos, sobre su McCartney y mi Diamond… Sobre tantas cosas…


Dentro de unas semanas será el momento de recordar su marcha, la realidad de lo que pasó, las invenciones y mentiras de una cadena de televisión y la admiración, el respeto y cariño que se ganó de todos los estamentos estando entre nosotros siendo simplemente tal como era, sin apenas cambiar mas que en el físico, aquél muchacho que un día a finales de los 60 llegó de Navarra para conquistarnos a todos, darnos un poco de su energía, su fe y su alegría, y que cada 22 de febrero celebraba de forma discreta su cumpleaños.


Felicidades Joaquín. Hoy tomaré de postre queso con nata y membrillo y apagaré una vela por ti.


Comentarios

  1. Hello my friend, gracias a este emotivo artículo de Juan De Dios, he recordado la fecha de tu cumpleaños.
    Ahora que estás junto "al Número UNO" como tú siempre identificabas a Dios, te envio mi cariñoso recuerdo junto al de Tomás y Claudio.
    Como tú tantas veces has hecho cuando nos saludabamos, me hago la señal de la Cruz en el pecho como símbolo a tu recuerdo, y agradecimiento a tu bondad espiritual, personal y profesional, junto a tu inmeso amor a la música y su promoción, en cuya labor a tantas personas has ayudado comenzando por el que suscribe.
    Te envio un fuerte y agradecido abrazo, allá donde te encuentres. Tu amigo,
    Manolo Moreno

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