Un año de 'Joyas de vinilo'
El 17 de marzo de 2020, hace un año y un día que, con motivo de la reclusión, entonces mal llamado confinamiento y que la política obligó a la RAE a cambiar la definición para adaptarla al uso popular, y pendiente de mi traslado de Alicante a la Sierra de Guadarrama, o de Segovia como les gusta denominarla a los castellano y leoneses de esa zona, empecé a comentar en el blog una parte de los vinilos que me han acompañado en mi vida. He ido tratando de recordar obras de artistas imperecederos. Muchos de ellos aún vigentes y otros ya inmortales disfrutando del Olimpo. Hasta ahora he comentado 122 álbumes (50 en reclusión-confinamiento y 72 una vez que pudimos bajar de terrazas y balcones a la calle). El primero fue Tommy (The Who) y el último, de momento, estuvo dedicado a Janis Ian (“Aftertones” y “Between the lines”).
Parece mentira que ya haya transcurrido todo un año, y al menos ahora empieza a surgir una esperanza en forma de vacuna contra un elemento que cambió nuestra forma de vivir y relacionarnos, quizás para siempre. Pero la música, como la literatura, o la radio, ese eterno acompañante silencioso como reza el subtitulo del último libro dedicado al medio por Gorka Zumeta siempre han estado ahí.
Aunque ahora me encuentre centrado en atender a todos los que os habéis interesado por mi “Testigo de radio” sigo decidido a compartir con los que queráis acercaros al blog las emociones, pasiones y alegrías que esos vinilos me han regalado a lo largo de mi vida. Al cumplirse ese año de esta experiencia he querido recordarla y posar con una camiseta que me regaló Luis Merino con el sistema solar en forma de vinilo el primer día que pudimos salir de nuevo a la calle como parte de ese mismo compromiso para seguir escribiendo sobre música. De ahí precisamente que incluso cambiara el subtítulo del blog durante un tiempo por “joyas en vinilo”.
Os dejo con “The sounds of silence” de Paul Simon porque creo que esa canción puede representar los sueños silenciosos o pesadillas que a lo largo de este tiempo de reclusión, confinamiento, solidaridad y compromiso hemos podido sentir mas o menos todos lo manifestáramos en publico, privado o interiormente. Seguimos.
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