298/ El amarre
Tomar
la decisión sobre el planteamiento que me había hecho Raúl no me llevó mucho
tiempo. Aproveché la calma en la radio de esos días navideños para meditarlo.
Cuando regresó de las vacaciones navideñas le di mi respuesta. No me convencía el planteamiento de la
nueva responsabilidad que me ofrecía a caballo entre España y Latinoamérica y
escogí la alternativa. En plena tormenta empresarial no veía claro mi futuro -ni el suyo
incluso-, aunque no se lo dije. En poco tiempo se habían producido detalles que
me habían ayudado a valorar la situación. Mi relación profesional contractual con Unión Radio, con la Ser, finalizaría el
31 de Enero de 2010, domingo.
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Gran Vía 32 en 2010, La radio se encuentra en las tres últimas plantas |
Ese mismo día se hacían efectivos los nuevos nombramientos en el departamento de marketing, comunicación y relaciones públicas que había propuesto Miguel Ángel Pascual: Marina González Ruíz, hasta ese momento Gerente de Marketing de la Ser pasaba a ocupar la misma función para Unión Radio en España y Susana Sánchez Riu se ocuparía del Marketing Corporativo y de América. Pascual se traía a Fernando Conde de Radio Mallorca para desempeñar la jefatura de marketing y Ana Londaiz dejaba Relaciones Públicas para ejercer como responsable de atención a emisoras. El 22 de Enero la dirección general de Unión Radio emitía un comunicado interno en el que anunciaba que el día 31 me desligaba de la empresa. En la nota se hacía un recorrido por mi vida profesional desde Agosto de 1973 en musicales, programas, dirección de las emisoras de Guadalajara, Móstoles, Valladolid, Albacete, y finalmente la Dirección del Gabinete de Prensa. En la nota de despedida Raúl añadía un cálido y breve texto en el que señalaba que a lo largo de “sus casi 37 años de servicio, Juan ha contribuido de manera entusiasta al desarrollo de la Compañía, y deja un grato recuerdo personal en su faceta de jefe, compañero y amigo, en este camino que durante tanto tiempo ha recorrido con todos nosotros”.
Rumbo a
puerto
La avalancha de
llamadas, correos y mensajes no se hicieron esperar. Unos sorprendidos, otros
dolidos o extrañados, pero todos con palabras de ánimo y apoyo mostrando su
generosidad; fue emocionante. Ante tal despliegue escribí una líneas de
despedida a todos ellos y al resto del personal tanto a los que seguían en la
casa o habían tenido que marcharse. El titulo de la carta era “La hora del
amarre” y decía…
Después de 36 años y medio
de travesía, ha llegado el momento de ir plegando velas y llevar la nave al
puerto para su amarre. A partir de ahora seguiré bogando ocasionalmente, pero
esas salidas serán mas breves y espaciadas. Es el momento de disfrutar de las
otras ondas, las suaves de la mar rizada o calma, de la brisa marina, surcar
mares mas tranquilos donde poder sentir la caricia del sol, la lluvia, los
paseos por cubierta o por el malecón recordando intensamente las grandes
navegaciones vividas, las enormes tormentas, las agradables travesías, pero también
las bellas sensaciones de cada viaje con cada una de las tripulaciones y de
cada uno de los capitanes que he tenido a bordo.
Me vas a permitir que en
este momento de fin de travesía recuerde a mi hermano Joaquín (Luqui) y sus
consejos, su apoyo, sus confidencias, nuestros programas juntos y separados,
nuestros viajes por toda Europa viendo conciertos, entrevistando artistas,
escribiendo crónicas para El Gran Musical, los programas en Los 40…, pero
también al maestro Ángel Álvarez, de su pasión por la música y del que tantos
conocimientos adquirí, de la independencia, categoría profesional y humana de
“Charly” Llamas, al que en su etapa de becario le hice protagonizar una versión
radiofónica de Jonathan Livingston Seagull y a Iñaki Gabilondo, de él no tengo
mas que palabras de admiración, cariño, respeto y complicidad porque cómo
explicar si no que cada vez que le escucho o veo solo me queda decir ‘Amén’.
Pero en este momento
quiero resaltar a Pepe Domingo, porque gracias a él entre a formar parte de
esta flota y me enseñó a navegar, primero como grumete en la FM de Radio Madrid
y después tantas y tantas experiencias… ¡Gracias Pepe!
Tampoco olvidaré aquellos
años de las noches en directo “De la Noche a la mañana” con artistas,
escritores, músicos, periodistas,… o los años en que pude botar y capitanear la
nave de Guadalajara, que flotamos un grupo de jóvenes profesionales con un
espíritu y un ímpetu que pocas veces he visto, o los años de mi amado
Valladolid y Castilla y León –chavales, seguiremos viéndonos todos los años en
Pucela o en Simancas- o las de Albacete, Móstoles, y el reencuentro, de nuevo,
con la gente de Madrid.
Compañero, compañera,
amigo, amiga, esto no es una despedida porque nos vamos a seguir viendo y allá
donde esté mi barco –ahora si, mas pequeño- siempre estará disponible para que
naveguemos juntos unas millas. La vida profesional y
personal ha sido generosa conmigo, siempre dentro de esta gran flota, ocupando
diferentes funciones en ella; ya fuera como grumete, marinero, capitán de
corbeta o fragata, en el puente, en cubierta o en maquinas, y ahora que para mi
llega el momento de poner rumbo a puerto quiero agradecerte la amistad,
compañía y camaradería que siempre me has brindado.
Entenderás que no
personalice este email, pero si lo recibes es porque estoy pensando en ti y
dedicándote estas líneas desde lo mas hondo de mi corazón. Compañero –que palabra mas
hermosa-, ya llego a puerto y es momento de agradecerte todo. A esta flota le
he entregado mas de dos tercios de mi vida, aquí me he casado, en su momento,
con un miembro de la tripulación, navegando tuve dos hijas maravillosas,
también me divorcié, y ahora que llego a puerto no sé si en mi previsible
retiro de Altea, en tierra adentro como Villaviciosa de Odón, o dónde el
destino me lleve, siempre estarás en mi corazón.
Sigue siempre adelante y
que te impulsen buenos vientos. Salud marinero, salud marinera… hombres y
mujeres de las ondas buen viento y buen bogar…
Juande
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¿Legado?
Antes de las vacaciones de verano, a petición de Miguel Ángel Pascual, había preparado con mis compañeras un trabajo sobre cómo entendíamos que debía funcionar el departamento dentro del nuevo área. Se trataba de una descripción sobre nuestra forma de entender la comunicación periodística en Unión Radio, con todas sus particularidades que denominamos ‘Plan Estratégico de Comunicación’.
Tras un exhaustivo análisis sobre la situación a la que se había llegado en los últimos tiempos se señalaban los errores para no repetirlos y se ofrecían alternativas y soluciones. Se necesitaban nuevas herramientas precisas para desarrollar nuestra actividad y poder prepararnos con antelación a la logística de las diferentes actividades. Planteábamos que no era preciso externalizar necesariamente la comunicación para eventos de gran envergadura. Era preferible ampliar el personal puntualmente el departamento, lo cual supondría además un ahorro de los costes.
Era imprescindible la tantas veces reclamada Virtual Press Room; No bastaba con diseñar y mantener un atractivo portal corporativo; había que dotar al departamento de un entorno digital público que fuera generador de información. “Ser, es ser percibido”. Desde dicho entorno nuestras actividades en América podrían tener también una mayor repercusión. El Gabinete de Prensa debía ser considerado como otro medio más en los eventos. A través de la mencionada Virtual Press Room, aquellos medios que no pudieran asistir podrían contar con nuestra crónica sobre los mismos. Definitivamente “Todo es comunicación”.
Se proponía reforzar y mejorar toda la comunicación sobre la organización. El DIRCOM tenía que “conocer la verdad” en todo momento sobre lo que se “cuece” en la casa. Era necesario que, además de participar en el comité de dirección formara parte del de gestión, y conociera otras reuniones mas informales que pudieran tener trascendencia. Era un documento en power point muy extenso y prolijo. Con el paso del tiempo llegué a considerar que aquél Plan General de Comunicación quizás podía ser considerado como mi legado.
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El viernes 29 de
Enero de 2010 alrededor de las 6 de la tarde salía por la puerta de Gran Vía
32, por la misma que casi 37 años antes había entrado para ver cómo se
preparaba Hora 25. Había bajado de la 9ª planta, la misma a la que había
accedido aquél lejano día de Enero de 1973 donde se encontraba la redacción del
informativo que dirigía Manuel Martín Ferrand. Me iba tranquilo, sereno,
consciente de haber entregado mi vida con alma y pasión, como rezaba el
bolero. Y feliz, muy feliz a pesar de los últimos malos tiempos porque me
sentía afortunado por haber vivido y trabajado en lo que había sido mi
vocación y devoción. Agradecido finalmente a lo que la profesión y la Ser me habían dado a
conocer como persona y profesional.
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