228/ 'Pase lo que pase, la Ser'; nace el Pulsómetro

Portada dossier 2000-01
Como ya se había hecho costumbre, el primer lunes de septiembre tenía lugar la puesta en marcha y presentación de la nueva temporada radiofónica. Cuando los medios me preguntaban sobre las novedades, les resaltaba secciones o colaboradores de los diferentes programas porque, como me reía con Antonio San José, nosotros no presentábamos nueva programación sino la nueva temporada. Una vez que los contenidos y conductores se habían estabilizado convirtiendo a la cadena en un medio de referencia en España el reto estaba en consolidar lo realizado mejorando, en la medida de lo posible, algunos detalles. Éramos conscientes, como el propio Gavela resaltaba en su mensaje de presentación en el dossier de la programación convencional, que “la tarea no iba a ser fácil porque, al margen de los movimientos de la competencia –principal beneficiaria el año anterior de las 350 nuevas emisoras concedidas por la Administración-, el punto de partida se situaba en una de las llegadas mas espectaculares de la historia de la radio en las últimas décadas”, con la Ser como protagonista al haber superado ampliamente la barrera de los 4 millones de oyentes.

El camino realizado que había llevado a la Ser al punto en el que se encontraba en otoño de 2000 obligaba a unos objetivos aún mas ambiciosos apoyados en el respaldo de la audiencia, el mantenimiento de los equipos y el estilo y estabilidad profesional. “Y a la radio se le ofrece –resaltaba el director de la Ser-, no ya cada temporada sino cada día, una nueva empresa: la de renovar la confianza de sus oyentes y ganar otros nuevos, ampliando y actualizando permanentemente sus contenidos”.

Para la temporada que arrancaba aquél lunes 4 de septiembre, el propósito y compromiso estaba en conectar con los cambios sociales y culturales que se producían en la sociedad, y como en repetidas ocasiones comentaba Iñaki Gabilondo, la radio es el medio que mejor se adapta a los tiempos. Con esos argumentos y razones se presentaba “una radio más viva, más plural, más abierta al mundo y más atenta a los oyentes, con la ayuda de nuevos medios, especialmente Internet, que sería también una apuesta de la temporada que arrancaba ese día”. La razón fundamental se resumía en la intención de llevar “al oyente, al ciudadano que, se encuentre donde se encuentre, cualquiera que sea su tendencia ideológica o su condición social, a cualquier hora del día o de la noche, en la información, en el análisis, en el deporte o en el entretenimiento, pase lo que pase, la SER”.

En la conferencia de prensa –como le gustaba denominar a Delkáder las comparecencias ante los medios- en el Círculo de Bellas Artes de Madrid, el consejero delegado de Unión Radio resaltó la apuesta por la continuidad, en tiempos de cambios y mudanzas en los demás, y por la profundización en las nuevas tecnologías: “ello hace que tengamos que replantearnos nuestras programaciones para ser difundidas simultánea y conjuntamente por los nuevos sistemas de difusión, así verán que la programación se difundirá por vía analógica, por vía digital y, además, utilizará la red para la interactividad de los oyentes de una manera  permanente y conjunta”.

Por su parte Daniel Gavela destacó en su comparecencia el mismo mensaje del dossier; la solidez de la empresa -¡que tiempos!- y la cohesión del equipo: “Es inevitable mirar hacía atrás, aunque vamos a mirar hacía adelante, es inevitable tener en cuenta que todo este equipo está impulsado por el éxito rotundo que obtuvo en la precedente –temporada-, por lo que nos obliga a un esfuerzo mayor porque no sólo vamos a tener que luchar contra una competencia que se ha reforzado sino que nuestro mayor desafío es luchar contra nuestros propios éxitos”. El director de la Ser resaltó “ningún capitán ha abandonado el barco”; es más, no lo ha abandonado ningún miembro de la tripulación”, remarcando que la Cadena SER se presentaba al completo, y con uno de los equipos profesionales más competentes. Finalmente remarcó que pase lo que pase, la SER iba a intentar mejorar y superar la expectativas que la gente tiene puestas en nosotros”.

Finalizada la inauguración oficial de la temporada y atender a los diferentes medios que acudieron, y como era habitual nos fuimos a comentar “lo mas importante de la mañana” en una comida con el equipo directivo y los conductores de los programas esperando la nota que por fax me enviaría Marta al restaurante.

Sidney 2000

La aplicación de las nuevas tecnologías ya se había puesto en marcha a lo largo del año de forma paulatina, pero una clara demostración se produjo con las Olimpiadas de Sidney. Con tal motivo se realizó un gran despliegue entre el 15 de septiembre y el 1 de Octubre enviando a un equipo de 12 personas encabezado por Manolo Lama y acompañado por David Alonso, Francisco José Delgado, José Ignacio Tornadijo, Xavier Saisó, José Luis López y Miguel Angel Zuabiarraín, entre otros.

Pero la aportación mas importante fue la apuesta por la cobertura de los juegos en Internet ofreciéndose un seguimiento constante del desarrollo de todas las pruebas. Para ello  se dispuso de un equipo de profesionales que trabajó tanto desde la capital australiana como desde la redacción central en Madrid en colaboración con los equipos de los diarios El País y As. Por todo ello intentamos destacar la web como el punto de referencia para el seguimiento de todas las competiciones de Sydney ’2000.

Nace ‘El Pulsómetro’

El 13 de Octubre era viernes, no hice puente, y a media mañana, tras la reunión de la papela y tomarme un café cortado, y un par de las mejores empanadillas caseras del mundo, en la cafetería de la radio que atendían Andrés, Jesús y su hijo Mario, y a la que me iré refiriendo frecuentemente, me llamó Gavela a través del zapatófono para que fuera a su despacho. Estaba terminando una nota que quería comentar conmigo, si bien la tenía muy adelantada, para enviarla a los medios al final de la mañana.

Cuando empezó a leerme el texto tras quitarse las gafas acercándose a la pantalla del ordenador, le pregunté si íbamos a recuperar el “Sermómetro” de los años 80, me dio un no, rotundo resaltando que se trataba de una encuesta semanal del Instituto Opina. Me preguntó si me había adelantado algo Ferreras y al ver mi desconocimiento del tema me concretó el acuerdo al que se había llegado con la empresa demoscópica de Barcelona que dirigía Josefina Elías. Se trataba de mostrar con frecuencia semanal un reflejo de la forma de pensar sobre diferentes aspectos de la sociedad española.

En sus aspectos mas destacables la nota hacía referencia a la intención de puntuar a los políticos y a preguntas sobre la actualidad mas candente. Se trataba de un sondeo continuo sobre la opinión de los españoles. A partir del 16 de octubre se ponía en marcha dicho sondeo cuyos resultados se darían a conocer cada lunes a las 9,30 de la mañana en Hoy por hoy con Iñaki Gabilondo. Finalmente se comunicarían a las 9 en antena y a continuación en la web de la ser.

El Pulsómetro se convertía así en una novedad en el panorama mediático español. Su puesta en marcha respondía a la voluntad de poner al servicio de los ciudadanos un instrumento nuevo y eficaz para detectar los estados de opinión y sus cambios, las tendencias de voto y las distintas sensibilidades de los españoles sobre los asuntos que les conciernen. En la nota de prensa Gavela manifestaba que “La puesta en marcha de este sondeo continuo de opinión pública supone un esfuerzo muy notable para una cadena de radio, pero entendemos que contribuirá a reforzar la posición de la SER como medio de referencia en la sociedad  española”.

Zapatero y Aznar los mejor valorados

Ese primer lunes, además de los datos clásicos como barómetro político y económico, el Pulsómetro de la SER daría cuenta de la opinión de los españoles sobre asuntos concretos como hasta qué punto consideran imprescindible al PNV para la solución del problema vasco, cuál sería el mejor gobierno para Euskadi entre las diversas alternativas, si debe dimitir ya Mayor Oreja como ministro del Interior en caso de que fuera el candidato del PP a Lehendakari, o qué opinan los españoles de la reparación de un submarino atómico británico en Gibraltar o quién es el principal responsable del fracaso olímpico en Sydney. Por lo tanto el Pulsómetro mediaría por primera vez en España el índice de popularidad de los líderes, herramienta preferida de los medios de comunicación norteamericanos para medir el día a día de la clase política.

Debido a que mas allá de experiencias aisladas, casi siempre coincidentes con periodos electorales, en España no existía una tradición de sondeos de opinión pública continuos, realizados por medios independientes, salvo los conocidos barómetros estacionales de algunos grandes periódicos. El Pulsómetro venía a llenar este vacío con una encuesta quincenal, realizada por el Instituto Opina, con una muestra de mil entrevistas telefónicas realizadas en toda España, proporcionales a la composición demográfica y sociopolítica del país. La presentación de los resultados sería semanal y quincenalmente habría datos nuevos de barómetro político y en las semanas alternas se ofrecerían datos sobre cuestiones concretas de actualidad. “Si a la radio española se le acusa con frecuencia de exceso de opiniones, la SER va a enriquecer el debate aportando al comienzo de cada semana datos objetivos sobre la realidad social española que darán mucho que hablar”, afirmaba Gavela.

Aquél primer Pulsómetro del 16 de octubre destacaba que sobre la situación del país vasco la mayoría de los encuestados creían que el PNV era imprescindible para una solución en Euskadi y que Mayor Oreja debía dimitir como ministro si iba a ser candidato a Lehendakari. Sobre política nacional los españoles aprobaban la gestión del gobierno de Aznar con una nota de 5,6; Rodríguez Zapatero era el líder político mejor valorado y el candidato que podría llevar al PSOE al Gobierno. Mayor Oreja (6,2%) y Rodrigo Rato (5,8%), eran mejor valorados que Aznar (5,6%). La diferencia de intención de voto entre PP y PSOE era de 8 puntos a favor de los populares. Entre los lideres políticos Rodríguez Zapatero (5,73%) lideraba la clasificación seguido por Aznar, Jordi Pujol (4,37%), Julio Anguita (4,06%), Juan José Ibarretxe (2,91%) y Xavier Arzallus (1,79%).

También preguntó en la primera encuesta por el fracaso deportivo en los Juegos de Sidney, y los españoles responsabilizaron en mayor medida a la gestión deportiva del gobierno (53,10%) frente a la entrega de los propios deportistas (22%).

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La Ser en el espacio

Con M. López Alegría en la sala 
de reuniones de Gavela (P. Menéndez)
En el otoño de 2000 se produjeron dos momentos relacionados con la investigación espacial en los que la Ser quiso estar muy presentes. Se trataba del viaje espacial de Miguel López-Alegría a bordo del Discovery en el que el astronauta español daría un par de paseos por el espacio. La misión STS-92 estaba compuesta por siete astronautas y su objetivo era transportar nuevos elementos a la Estación Espacial Internacional. A través de la web de la cadena Ser se podrían seguir las noticias de la misión espacial y recibir correos electrónicos del López-Alegria a través de los cuales iría comentando su experiencia. 

Con motivo de celebrarse en España en el mes de noviembre el Congreso Planetario de la Asociación de Exploradores del Espacio, contamos con la presencia de los dos astronautas españoles, Pedro Duque y el mencionado López-Alegria. Pedro Duque y Miguel López-Alegría encabezaban la delegación de la Asociación de Exploradores del Espacio que se reuniría en Madrid y Valencia bajo el lema “Por un nuevo espacio para la Humanidad”. El XVI Congreso Planetario de la Asociación de Exploradores del Espacio se inauguraba en Madrid y se clausuraba termina en Valencia con una cena de gala en la que los astronautas otorgarán su premio anual al Príncipe Felipe por su contribución al desarrollo espacial en nuestro país. Durante esos días 80 astronautas procedentes de veinte países analizarían proyectos tan importantes como la construcción órbita de la Estación Espacial Internacional, el primer viaje a Marte o los planes para establecer las primeras colonias en la Luna.

Luis Figo en El Larguero

Durante el verano, y a pesar de la consecución de la “Octava”, los madridistas despedíamos a Lorenzo Sanz y nos dejábamos seducir por los sueños de Florentino Pérez cuya primera acción fue quitarle al Barça a Luis Figo, una de las pesadillas madridistas en cada uno de los “clásicos”, principalmente para Roberto Carlos. El había desmentido las informaciones que le situaban en el club blanco en otoño, y de ahí finalmente el trauma que supuso el golpe en el barcelonismo.

Una vez empezada la temporada, el 3 de noviembre, Luis Figo se confesaba en El Larguero con José Ramón de la Morena reconociendo que “si Núñez hubiera querido, él se habría quedado en el Barça”, para llegar a afirmar que había pensado en dejar el fútbol. La entrevista se celebró en el reservado de un hotel madrileño próximo al Santiago Bernabeu a las siete de la tarde, y a ella asistieron, además del futbolista y director del programa, el propio Carlos Javier Bustillo, García Ferreras, Pedro Menéndez y el equipo de técnicos del programa, emitiéndose a la hora del programa. Preparamos la nota de prensa que enviamos a los medios dejándola embargada hasta la medianoche.

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