176/ Boda Minuto-80 y presiones políticas

Tras el regreso de las vacaciones de la Navidad de 1992-93 se ponía en marcha el nuevo proyecto del acuerdo entre Prisa y Godó con la fusión de Radio 80 y Cadena Minuto. La primera había nacido a raíz de las concesiones que había obtenido Editorial Católica (Edica), cuyo proyecto encabezaba Luis Ángel de la Viuda y sus socios en 1981, del gobierno de la UCD. La cadena realizaba una programación convencional entra la que destacaban nombres de la televisión como Iñigo y Chicho Ibáñez Serrador entre otros. Una de las mas significativas novedades la protagonizaba El Bus del Cole, un programa dirigido a los chavales en ruta al colegio entre las 8,00 y 10,00 de la mañana que presentaba José Luis Arriaza con colaboradores que tendrían una larga trayectoria profesional como Luis Figuerola-Ferretti.

La programación de la cadena duró apenas dos años. Como ya escribí en su momento a raíz del ahogamiento de deudas contraídas con los bancos los directivos de Radio 80 entablaron negociaciones con los Garrigues ofreciendo las emisoras a la Ser pero la cadena decana estaba también en una situación casi imposible de supervivencia por lo que no pudo aceptar la oferta. Finalmente se cerró al acuerdo con Antena 3 de Radio dando de esta forma un salto cualitativo en número de postes la cadena que un par de años antes había nacido al mando de Manuel Martín Ferrand. Una vez establecidas las pautas de funcionamiento y repartidos los postes entre Radio 80 y Antena 3 la primera cadena pasaba a emitir un formato musical basado en los éxitos de los 50, 60, 70 y 80 bajo la denominación de Radio 80 Serie Oro que dirigía José Ramón Pardo, y la segunda aumentaba considerablemente su presencia en toda España con programación convencional.

El 14 de Enero de 1993 se anunciaba a bombo y platillo la boda de “Dos estrellas de la radio que deciden casarse” que empezaría a emitir el lunes 18

Por su parte la Ser tenía en Madrid un acuerdo con Cambio 16 para la gestión de su emisora de Gran Vía 31, justo enfrente de la sede de la Ser, que se convirtió en la base de Cadena Minuto, una fórmula cuyo formato consistía en alternar información y música, además de una serie de programas que realizaban equipos que provenían de la fallida Radio El País. Al frente de la cadena Delkáder había puesto a Miguel Ángel Pascual, un joven vizcaíno de Zaratamo que siempre había estado ligado a la Ser desde 1983, primero como jefe de publicidad de SER Vitoria y SER Miranda de Ebro, emisoras que dirigiría mas tarde en una época en la que coincidí con él como director de Valladolid y del circuito de Castilla y León, y en la que conté con su total apoyo y colaboración. En la crisis de emisoras que realizaron Galdón ySilvio en 1990, fue nombrado director del grupo de emisoras de Radio Cádiz, cargo que ocupó hasta septiembre de 1992 cuando se incorporó en Madrid a la dirección de Cadena Minuto. En el resto del país se habían ido estableciendo acuerdos con diferentes asociados, pero ninguna de las dos lograron sus objetivos en un panorama radiofónico en plena ebullición y con un exceso de oferta y escasa especialización. Así las cosas era lógico pensar que la unión no tardaría en producirse. 

Evolución de los diferentes logos de la cadena hasta llegar al actual

El 14 de Enero de 1993 se anunciaba a bombo y platillo la boda de “Dos estrellas de la radio que deciden casarse” como rezaba el slogan de la campaña de presentación y lanzamiento que nacería el lunes 18 de enero con una fiesta que se celebraría el miércoles 20. Al frente de Radio 80 Serie Oro (denominación con la que se bautizó la unión) se puso a al director de Cadena Minuto, Miguel Ángel Pascual mientras que José Ramón Pardo era nombrado director de programas. Pardo era periodista, asturiano de Gijón y amante de la música que le llevaría a escribir varios libros. Había comenzazo su carrera en el diario Madrid y posteriormente la continuaría en Abc, fue redactor jefe de Radio España en Madrid, jefe de programas musicales en Radio Peninsular, programador en Radio Nacional, director de programas en Radio 80 y Antena 3, y director de Radiolé, así como guionista de programas musicales en TVE y Antena 3 televisión.

El Maestro de todos, Ángel Álvarez
A través de 32 emisoras se emitiría una programación totalmente musical con sonido digital y dirigida “a un público totalmente urbano con un gusto exigente”, manifestaba Pascual, en la línea de las emisoras norteamericanas de formato Adulto Contemporáneo. Radio 80 Serie Oro se instalaría en las principales ciudades con 24 horas de emisión, 20 de radiofórmula con música de los 60, 70 y 80, un “Morning” presentado y dirigido por Alfonso Arús de 8,00 a 10,00 de la mañana y por las noches de 22,00 a 24,00 Rafael Abitbol realizaba Área Classic, un programa que incluía conciertos, estrenos discográficos, programas especiales con artistas en los estudios, monográficos, Superventas, etc. Era el programa y la cadena que siempre había soñado hacer y dirigir. Intentaba no perderme el programa de Abitbol cada vez que iba a Madrid o a una localidad con Radio 80, Serie Oro porque desgraciadamente no teníamos una emisora en Albacete. Dentro del programa de Abitbol se ubicaría el legendario Vuelo 605 de Ángel Álvarez que llevaba 30 años en antena. Los fines de semana un jovencísimo Jorge Flo, una de las nuevas caras de los informativos de Canal+ junto a Carles Francino, realizaba Música Privada.

Presiones políticas

La actividad política manchega, y concretamente albaceteña estaba muy alterada. Se acercaban las elecciones legislativas de 1993 y el ascenso del PP de Aznar unido a la posible pérdida de la mayoría del PSOE en el Congreso tenía muy nerviosos a los socialistas e impacientes a los populares que se veían tocando poder y desbancando a Felipe González de La Moncloa. Empezaban las presiones, comidas, llamadas, reuniones,… y en medio, los medios.

El presidente regional del PSOE de Castilla-La Mancha y diputado por Albacete Juan de Dios Izquierdo me había propuesto en varias ocasiones tener una comida para dar un repaso general a la situación política en general, y a la regional y provincial en particular mas allá de los encuentros que manteníamos en diferentes actos. Finalmente le pedí a Pepe López, nuestro jefe de informativos que preparara la reunión. Izquierdo era profesor universitario y doctor en Filosofía por la Universidad Complutense de Madrid. Le consideraba una de las personas mas inteligentes y preparadas de la política manchega. La reunión privada empezó siendo mas que correcta, había mucha sintonía personal entre ambos, nos hacía gracia ser tocayos y bromeábamos con los deslices de la prensa escrita cuando mezclaban nuestros nombres y se veían obligados a las constantes aclaraciones sobre a cual de los dos se referían en sus informaciones. Pero el buen rollo se terminó cuando Pepe López tuvo que marcharse y nos quedamos solos Izquierdo y yo. Me mostró su malestar por el exceso de protagonismo que tenía Aznar en la cadena aunque era conocedor de que ese era un tema que se iba de mis manos. Le hablé sobre mi experiencia con el presidente del PP en su etapa castellanoleonesa, pero el tono de la conversación cambió cuando, primero de forma suave, pero en tono creciente a continuación, empezó a mostrar sus reticencias con nuestra forma de trabajar en Radio Albacete mostrando preocupación por las relaciones privadas del personal de la emisora y las ideologías de unos y otros, concretamente entre Irene Fernández, redactora de la emisora y Carlos Zuloaga, director de La Tribuna de Albacete. Incluso se atrevió a darme instrucciones de cómo tenía que dirigir los contenidos de la emisora.  

Algunos políticos siempre han sido muy aficionados a poner etiquetas o intentar acercar a los periodistas a su lado estableciendo relaciones que, en ocasiones, iban mas allá de la relación profesional para convertirse en amistad. Ese aspecto siempre lo rehuí, pensaba -y pienso- que para ser buen periodista o dirigir un medio no es necesario intimar mas allá de lo profesional con los representantes de lo público, pero no parecía un planteamiento mayoritario. En cualquier caso sabía poner límites, por eso cuando Izquierdo me mostró su “malestar” por la forma en que podía afectar al trabajo de la emisora la relación que Irene -de talante progresista e independiente- tenía con el director de La Tribuna de Albacete, mucho mas conservador y beligerante con todo lo que viniera del socialismo, me indigné. Le hice ver que mi manera de dirigir se basaba en dar plena libertad a mis profesionales y que no permitía ningún tipo de observación proveniente de un político en ese campo, y si tenía quejas por tendenciosidad, falsedad o interés en algún tema concreto me lo comentara pero que bajo ningún concepto permitía que se pusiera en entredicho el rigor de las informaciones de Radio Albacete ni la independencia de sus profesionales.

Entendió el mensaje y a partir de entonces, aunque las relaciones se enfriaron no volvieron a llegarme noticias sobre mas incidentes, comentarios, presiones y rumores. Les trasladé la conversación a Pepe, Irene e Inmaculada Ruíz para que fueran aún mas celosos de lo que dábamos y hacíamos pero sin tener que sentirnos observados por el poder. Así mismo lo comunique a Manuel Herrera, director regional y a Luis Fernández, director de informativos de la cadena. Nuestro único objetivo era nuestra profesionalidad y las necesidades de los oyentes, los ciudadanos. A fin de cuentas yo siempre entendí a los medios de comunicación como “eso” precisamente, medios para hacer llegar a los dirigentes las necesidades de los ciudadanos y a estos las decisiones de los políticos separando siempre información de opinión. 

La primavera fue dura en lo político y el 6 de Junio, fecha de las elecciones se presentaba como un momento muy crítico para el PSOE como partido de gobierno y para el PP en su papel de aspirante a ganador según daban muchas encuestas. Al final de ese proceso electoral se quedó en el camino, no solo el referente familiar tras el fallecimiento de Ramón Varela seis años antes, si no una gran perdida para la cultura y la intelectualidad de nuestro país, y uno de los hombres que mas había llegado a admirar, el hermano mayor de Paloma, Santiago Varela Díaz.

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