Pepe Domingo Castaño (y II)


Raúl y Pepe, el final de una era

Todo tiene un final, a veces triste, a veces feliz, otras nostálgico, pero siempre deja huella cuando quien dice adiós ha entregado lo mejor de si a lo largo de su carrera. Desde que iniciamos nuestra profesión sabemos que ese final ha de llegar, pero nunca pensamos en el, y así debe ser. Si al final del recorrido se nos alaba o recuerda de forma positiva es porque hemos dado lo mejor de nosotros. Para ello es imprescindible creer en nuestra actividad y amarla por encima de todo al margen de quien dirija las instituciones en cada momento.

Hoy se ha despedido Raúl González Blanco como futbolista del Real Madrid y comienza su despedida del futbol. Lo hará fuera de España, como Michel, Butragueño y Guardiola, futbolistas que fueron pilares básicos de sus clubes y de la selección nacional. El primero y el último se han convertido en grandes entrenadores, “el buitre” se preparó para el mundo empresarial y por ahí dedica su actividad profesional. El caso de Raúl es muy posible que se parezca mas al de los primeros, pero en cualquier caso la despedida de estos grandes ha sido un ejemplo, como lo fue su carrera profesional.

Los entrenadores y los directivos deciden el final del futbolista agradeciéndole los servicios prestados cuando se va por la puerta grande, y los aficionados de todas las edades recuerdan siempre a su ídolo y hablarán a sus hijos de lo que significó para la entidad ese profesional. En otras ocasiones el egoísmo de todas las partes, la imprudencia, las malas compañías –aunque creas que son tus mejores amigos-, la soberbia, etc. te impiden la reflexión sensata. Nunca se pueden tomar grandes decisiones en caliente y menos tras un periodo turbulento.

Si, estoy hablando del caso de Pepe Domingo Castaño -mi amigo, siempre- y su salida de la SER. Me hubiera gustado, como a él, que su despedida hubiera sido como la de Raúl y tras mas de 38 años de entrega a la SER y mas de 40 a la profesión se le hubiera reconocido su trayectoria, pero él lo ha sacrificado todo por la amistad de su amigo Paco González y eso le honra como persona. En estos tiempos Pepe ha quedado “tocado”, para su empresa de toda la vida, por unir su carrera a la sinrazón de su amigo, pero yo sé que cuando pasen los meses -los años- siempre será recordado por todo lo que aportó a “su casa”, la radio, y a la televisión desde la música, la publicidad y el deporte.

Podría recordar aquí sus títulos (programas de radio) como las mañanas de los domingos de Experimental Long Play a comienzos de los 70, las tardes de los sábados con las votaciones de Los 40 Principales con los fans en directo en las emisoras de radio, El Gran Musical (de los sábados y domingos por la mañana en la discoteca Cassette de Madrid o en los Parques de Atracciones), sus años como cantante a raíz del éxito de “Neniña” en España y México, su regreso a las ondas en los programas locales de Radio Madrid o al arranque del nuevo formato de las mañanas de la radio con Iñaki Gabilondo y Joaquín Prat, hasta su llegada al Carrusel Deportivo para sustituir a Andrés Caparrós. Todo eso no es sino el brevísimo resumen de lo que Pepe ha hecho por la radio y para la radio.

Pepe es un animal del medio, y su forma de hacer radio ha sido inigualable como lo fue la de Bobby Deglané, Juan de Toro o Joaquín Prat. El mismo en muchas ocasiones ha dicho que no se inspiró en nadie, que veía un micrófono y sentía una forma de expresarse y es la que utilizaba. En eso Pepe ha sido un genio porque es irrepetible.

Pepe Domingo Castaño deja la SER, deja su casa de casi 40 años y se va para retirarse, porque no se puede contar de otra manera; se retira a “su Schalke 04, a su Puebla o a su Brescia”. Desconozco si terminará la temporada en su nueva empresa, pero siempre se le recordará por la innovación y el ritmo que supo dar al Carrusel Deportivo de la era moderna, el Carrusel Deportivo que recreó y diseñó Antonio Martín Valbuena, dato que muy pocos conocen. La voz de Pepe ya no se escuchará en la Cadena Ser y el tampoco podrá volver a pronunciar con su estilo el nombre del programa decano de la radio en España. Yo sé que él no quería marcharse así porque llevaba algún tiempo pensando en jubilarse, pero la situación generada por su amigo ha marcado el final de su carrera.

No importa. Todo lo que Pepe ha entregado a la radio no lo puede empañar esta situación porque su aportación al medio ya está hecha y pase lo que pase y dure lo que dure, Pepe Domingo Castaño ya es historia –gran historia- de la SER, de la radio.

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