Elvis, Aretha, Madonna y Groucho


Cada vez que un artista se nos va al olimpo musical una muesca, una arruga mas aparece en el alma -también a ti por muy joven que seas o te creas-. Precisamente cuando se conmemoran los 41 años de la muerte de Elvis nos deja Aretha. Ya no hay rey ni reina, del rock y del soul. Por fortuna su obra permanece haciéndoles inmortales y sus creaciones seguirán emocionándonos. Y Madonna cumple 60. Recuerdo como Luqui y Abellán (el Baby) se emocionaban con cada disco que la reina del pop –esta permanece y con energía para mucho tiempo- presentaba nuevo disco y en sus programas y crónicas no paraban de ensalzar sus creaciones artísticas. Cuando hace unos días se nos anunciaba el estado de extrema gravedad de la reina del soul era un aviso de lo que no tardaría en producirse. Su obra, su personalidad, sus reconocimientos serán inolvidables, imperecederos y como siempre, queda su obra para seguir emocionándonos.

Hace 41 años Rafa Revert se encontraba en Florida e inmediatamente se marchó a Memphis para desde allí trasladarnos cómo la sociedad americana, la industria y los medios informaban sobre el fallecimiento de Elvis y trazar los mil y un perfiles del rey del rock. Sin existir redes sociales el mundo colapsó. Y tres días después fallecía Groucho Marx. Hoy en día esa noticia habría bloqueado internet. No ha sucedido lo mismo con Aretha. Es cierto que todos los medidos se han hecho eco, pero no ha dejado de formar parte de las colas de los informativos o una excusa mas para poner alguna de sus canciones. Resulta llamativo que cuando estamos mas sobresaturados de soportes mediáticos haya una menor repercusión de temas trascendentales y dominen los inocuos. La música se ha quedado sin medios ni prescriptores, las canciones se consumen como chicles de usar y tirar como reflexionaba José Ramón Pardo. Las emisoras de radio repiten hasta la saciedad las mismas mil y una canciones hasta hacerlas aborrecer, y de ahí que la cobertura de la desaparición de Aretha Franklin a uno le reconforte por no quedarse en un mero recordatorio de lo que significó y será para siempre esa gran dama y señora de voz y estilo inimitables.

Sí, nos hacemos mayores y mientras tanto algunos seguiremos intentando recordar y hacer valer lo que algunos grandes artistas crearon para emocionarnos hasta hacerse inmortales.



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