Mi carta de despedida a Iker Casillas

El futbolista que no supo ser capitán

Estimado Iker:

Ha llegado el momento de la despedida después de 25 años en el club de su vida y 16 como miembro de la primera plantilla. Es el momento de mirar hacia atrás para agradecer los servicios prestados y hacer un recorrido por su biografía personal y profesional, y debo decirle que me parece que en pocas ocasiones ha sabido estar a la altura del cometido fuera de la cancha. Lo que me hace pensar que el puesto de capitán no se debe obtener por los años de antigüedad en un club o selección. Para ello hay que tener algo mas que no lo da el paso de los años. En ocasiones sí es cierto que quien mas tiempo lleva en una entidad puede ser quien traslada los valores de un escudo –o logo- a los que llegan, pero eso también se aprende en el contacto diario con el resto de empleados del club, o empresa. No, creo que usted en los últimos años no estuvo a la altura del cargo. Lo demostró en cuanto tuvo que tomar las responsabilidades al marcharse Raúl González Blanco, un auténtico capitán que supo anteponer el club a sus personalismos y lo ha dejado patente a la hora de marcharse reclamando hasta el último euro obligando a su club de “toda la vida” y del que era capitán a realizar un esfuerzo “para complacerle”. Si, en la cancha usted ha dado lo mejor de si pero fuera de ella salía otra personalidad. 
Iker Casillas en el último encuentro con el Real Madrid
No estoy de acuerdo con los que dicen que cuando alguien se marcha de una empresa se le liquida hasta el último día. En ocasiones, y hay muchas, se negocia, y cuando se ama a la casa que te ha dado, y tú le has dado todo, no se racanea cuando, además hablamos de tantos millones de euros. Usted ha priorizado el amor a los colores del euro sobre los de la camiseta que ha vestido y el escudo que ha portado.  

Nunca fui admirador, precisamente, de Mourinho. Creo que ha sido el personaje que mas daño ha hecho a la entidad blanca en los últimos tiempos, y no le discuto sus méritos y valía como profesional, pero para ser entrenador del Real Madrid hay que tener algo mas que méritos, conocimientos y valía deportivos, como sucede con la capitanía de un vestuario. El vio su bajo nivel de preparación y le retiró la titularidad -¿o vio algo mas dentro de la plantilla?-, mientras usted se escudó en la capitanía, las conspiraciones de vestuario y los amigos periodistas para hacer crecer un peligroso tumor. 

Casillas en Málaga, el momento de empezar a madurar o caer
Ahí volvió a actuar como al principio de su carrera cuando –quizás- mal aconsejado fraguó una amistad con periodistas y directivos de diferentes medios a los que llamaba para llorarles por las bromas, tomaduras de pelo o novatadas que le hacían “padecer” sus compañeros. Aquello me llamó mucho la atención. Mientras los medios lo utilizaron presuntamente para tener un “corresponsal” en el vestuario. Su carrera subía y subía como la espuma porque siempre fue un gran guardameta y me alegro de verdad de sus éxitos porque han sido los de mi club y los de mi país. Pocos, muy pocos deportistas han conseguido levantar sus trofeos a nivel de club y selección, y eso se lo ha ganado a pulso en los terrenos de juego.

Es de justicia reconocer con usted que los dirigentes del club no han sabido estar a la altura de la situación, anteponiendo en algunos momentos cuestiones personales sobre las profesionales en una gestión empresarial claramente mejorable. En cualquier caso cada uno ha mirado por sus intereses legítimos: usted los suyos, pero el club debe mirar por la entidad y todos sus socios. 

Y como quien escribe no puede olvidar su actividad profesional, porque como decía un maestro de periodistas, uno deja de ejercer su oficio sólo cuando muere, ha sido un espectáculo poco ejemplarizante el que han dado los grupos mediáticos, alineándose con los respectivos bandos. De su lado Mediaset (Tele 5 y Cuatro), con sus aliados Diario As, Cope y Cadena Ser en un lado, y Atresmedia (Antena 3 y La Sexta) con Onda Cero y Marca, por parte de la planta noble, es decir presidente y director general, actuando cada grupo como portavoces de los respectivos entornos. Realmente es un caso para analizar en las facultades de comunicación el tratamiento dado a su caso y al de su compañero Sergio Ramos. 

Ahora que llega el momento de la salida de su club de toda la vida le deseo lo mejor en todos los sentidos, personales y profesionales, siempre que no se enfrente a mi equipo. Como decía José Ramón de la Morena “Tanta felicidad lleve como paz deja en el vestuario”. Veremos que hace ahora el “otro capitán” que también parece que tasa su madridismo y amor al escudo por los millones que recibe. Por eso nunca me ha gustado que los jugadores que llegan a un club bese el escudo, eso se hace al marcharse.

Sí, esta carta es agridulce y se echa mucho en cara, pero es como las separaciones, se recuerdan los buenos momentos, se hace balance de los últimos, los mas amargos que llevan a la ruptura y finalmente reclama lo que cada uno cree que es su derecho. A fin de cuentas nada nuevo bajo el sol. Imagino que dentro de unos años alguien le abrirá de nueva las puertas de su “casa de toda la vida” y le veremos regresar. Espero que para entonces haya madurado. 

Buena suerte en su futuro. 

Hasta siempre.  

PD: Entiendo el Comunicado oficial del Real Madrid y las palabras de agradecimiento y elogio que le dedica el club, pero tanto sus dirigentes como, sobre todo, usted y su entorno le han hecho mucho daño al escudo que dicen amar, y como ejemplo las declaraciones de su madre al diario Mundo Deportivo.

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