Nunca... (89) The Jazz Singer


Luciano Fuentes me llamo una tarde de aquél invierno; tenía “algo” para mi. Cenamos y en un sobre de EMI-Capitol estaba el objeto del deseo, el director de promoción de la compañía me entregaba la banda sonora de la primera aproximación al mundo del cine de Neil Diamond, The Jazz Singer, el remake de Al Jolsson. Como años después dijo Ángel Álvarez en el programa que se emitía a través de la Cadena Ser de 21,30 a 22,00 en el programa De mi para ti en una edición que me dedicó personalmente, la llegada a un público adulto le abrió las puertas de Hollywood. El film se iba a estrenar en España en primavera y en Estados Unidos y el Reino Unido estaba cosechando buenas recaudaciones.
Esa noche al comenzar el programa arranqué con Love on the Rocks, el tema que abría la banda sonora compuesto junto a Gilbert Becaud como Summerlove, On the Robert E. Lee, Hey Louise y Songs of life. Se trataba de una colaboración entre los dos músicos tras su primer encuentro en París en 1977 y que ya había tenido el refrendo popular con September Morn, entre otras composiciones. La repercusión en antena fue indescriptible, aquella noche no dejó de sonar el teléfono y abrí las líneas para que los oyentes se manifestaran sobra cada una de las canciones; Hello again, Love on the Rocks, Acapulco y principalmente America (canción compuesta como regalo y homenaje a sus abuelos emigrantes polacos), se llevaron la palma del aplauso de la audiencia. Además de Becaud colaboraron con Diamond en la composición de los temas tres de los miembros de su banda Richard Bennett, Alan Lindgren y Doug Rhone. Uri Frenkel fue el responsable de la adaptación de los temas tradicionales judios

Entre Capitol y Columbia

La grabación de la banda sonora produjo una paradoja; mientras pudo firmar para realizar la música del film con Capitol Records tuvo que trabajar en September Morn, el nuevo álbum para Columbia, con la que había renovado contrato lo que le privó de muchas horas de estudio y rodaje con Laurence Olivier que le hubieran ayudado en su interpretación de Jesse Rabinovitch. Richard Fleicher rodeó al músico de lo mejor en producción e interpretación, aunque no fue suficiente para la recreación del personaje que por primera vez llevó Al Jolsson al cine. Sir Laurence Oliver y Lucie Arnaz, la hija de Desi Arnaz y Lucille Ball, daban la réplica a Diamond interpretando al padre del músico y su descubridora.

No quise asistir a la premier del mes de abril, me apetecía ir a una sesión de tarde y al día siguiente del estreno compré una entrada en el Palacio de la Música para ver el film del productor Jerry Leider, en una adaptación de Stephen H. Foreman del guión de Herbert Barker, sobre la novela de Samson Raphaelson consagrada en el séptimo arte como la primera película sonora.
Al salir compré una nueva entrada y volví a entrar en la sala. Si bien la interpretación de Diamond era bastante mediocre, la historia conocida del hijo que quiere ser músico a pesar de la oposición de su familia estaba bien desarrollada y la música le iba como anillo al dedo, aunque la puesta en escena final mostraba la “deriva de lentejuelas” de su carrera en los siguientes años. El sábado presenté la Banda Sonora Original en Espiral 180. El disco fue el preferido de la audiencia y a Cañaveras le sorprendió incluso las partes interpretadas por Diamond en hebreo adaptadas por Uri Frenkel.

Mi ídolo entraba en un túnel de aburguesamiento musical con un montaje que le alejaba de sus orígenes, y a los que no regresaría hasta 25 años mas tarde de la mano de Rick Rubin, su nueva agente y actual esposa, Katie McNeil.

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