Una noche de otoño (X)
Verano intenso (2)
(Lo mejor de mi)
Nájera es una pequeña población de unos 7.000 habitantes que se encuentra en los aledaños de la Sierra de la Demanda y es surcada por el río Najerilla que la divide en dos. Al este queda la Nájera moderna y al oeste la villa histórica. Es una población de origen prerromano llamada Naxara, lugar entre dos peñas, por los árabes. Sancho Garcés I la incorporó a Navarra y la donó a su hijo al crear el Reino de Nájera. Tiene una gran historia y es cuna de reyes y condes. Fue capital del reino Nájera-Pamplona en los siglos X y XI, y alcanzó su máximo esplendor en la época de Sancho Garcés III, el Mayor, que la constituyó en punto clave del Camino de Santiago. Se encuentra en la mitad del camino entre Logroño y Santo Domingo de la Calzada y allí, en el pueblo de Gloria, la mujer de Chema, en la Plaza de Santa María la Real, iba a tener lugar el momento mas emocionante del verano.
Salió Chema en primer lugar e interpretó sus primeros éxitos y algunas de las canciones que compuso y produjo para otros artistas como José Luis Rodríguez “El Puma” en sus años de Miami.
En esos instantes sentí un calambre que me estremeció. Su madre me hizo un gesto cariñoso y Marta me cogió del brazo sonriendo, pero yo solo tenía ojos y oídos para Lucía y mi mente para Ella. Miré al cielo estrellado y allí arriba a lo lejos la ví. Lucía cantaba mientras yo veía los ojos de mi protagonista reflejados en cada una de las parpadeantes estrellas del firmamento de Nájera. Aquella noche yo le decía con la mirada lo que Lucía cantaba. Esos minutos, esos instantes fueron inmensos, intensos, inolvidables e imperecederos.
Me quedé sin poder hablar, un nudo se fijó en mi garganta y enmudecí. Cerré los ojos para retener en mi mente toda la magia de aquellos instantes. Todo lo que sucedió a continuación: el resto de canciones, el final del concierto, los bises, todo me resulta imposible describir porque yo ya no estaba allí. Yo también era una estrella en el cielo de Nájera.
En menos de dos horas llegué a Burgos y de ahí tomé el desvío a Logroño. Iba disfrutando del paisaje y de una mañana espectacular de luz y sol. Al iniciar el recorrido por la N-102 introduje en el autoradio el CD de Lucía “El tiempo dirá”. Mientras la vista se recreaba en el paisaje; los oídos en la belleza de su voz y las canciones de Chema, la mente trasladaba mi imaginación a la bahía de Alcùdia, donde ella debía estar meciéndose en la barca mientras pescaba en su rincón favorito. Eran unos instantes de placer inmenso que deseaba poder compartir con la marinera y lo hice, mentalmente lo hice.
Poco después de mediodía entraba en la capital de La Rioja, habiendo sentido como propio el esfuerzo de los peregrinos a los que fui animando según me cruzaba con ellos en su camino a Compostela. Tras dejar el equipaje en la habitación baje a recepción para ojear la prensa riojana y esperar la llegada de Chema y Lucía.
Con Lucía en la Plaza del Mercado (Foto: C. Purón) |
Apenas había comenzado la lectura cuando les vi entrar; primero a Lucía y después a Chema. La cantante de O Incio es una criatura preciosa, alta, esbelta, de tez morena y larga melena rizada. Se mostró cariñosa, dulce y muy natural. Chema y yo nos fundimos en un gran abrazo.
Paseamos por el casco antiguo de Logroño y degustamos unos 'Riojas' con todo tipo de pinchos -entre los que destacó el de champiñón con gamba al ajillo- en la calle Laurel. La conversación fue variada emotiva. Nos sirvió para recordar viejos tiempos con Chema, hablar sobre la carrera de Lucía, de las canciones que mas me gustaban y, claro, de “Lo mejor de mi” -para mi, una de las mas hermosas canciones de Chema, con la que me identifico plenamente, y de mi primera canción.
La comida (Foto: C. Purón) |
Hablamos también -como no- del nuevo disco de Neil Diamond –Chema me consiguió su discografía completa cuando trabajaba en la discográfica que distribuía su material en España-, de los artistas en general y recordé a Harry W. Longfellow, el poeta norteamericano del siglo XIX, al que se le atribuya una frase que refleja como ninguna el porqué de la existencia de los artistas y la música: Dios envió a los artistas a la tierra para hacer felices a los hombres.
Alrededor de las cinco y media nos despedimos para que ellos pudieran ensayar y tomarse un descanso. La actuación era a las diez de la noche en la Plaza de Santa María la Real de Nájera. Quedamos a las 9.
Nájera
Santa María la Real (Nájera), lugar del concierto |
La impaciencia me vencía y a las 8 de la tarde salí en dirección a Nájera. El escenario estaba desnudo, solo el equipo de sonido, dos taburetes, dos atriles y el juego de luces con un fondo blanco era todo el decorado. Me entretuve hablando con los técnicos y al cabo de unos minutos conocí a Encarna, la madre de Lucía, una gallega maravillosa, amable, simpática y entrañable. Me sentaron entre ella y Marta, la alcaldesa de Nájera.
Este tipo de actuaciones las hacen con playback de música con la guitarra de Chema y voces totalmente en directo. En otras poblaciones, ante mas público, como en las fiestas de San Mateo en Logroño el pasado 17 de Septiembre, o en festivales de mayor envergadura, llevan a la banda en directo.
Chema Purón, telonero |
Alrededor de media hora después aparece Lucía toda vestida de blanco e interpreta varias canciones de su primer disco “Amores y amores” y casi la totalidad del segundo “El tiempo dirá”. Había una magia en aquella Plaza.
El público estaba correcto, educado y atento, en silencio, disfrutando cada una de las notas y momentos de la actuación; el respeto era contagioso y la explosión de agradecimiento se producía al final de cada canción. No nos atrevíamos a comentar nada entre nosotros mas que entre los aplausos. Era una noche deliciosa, la actuación de Lucía parecía que llegaba al final cuando le pidió a Chema que saliera a compartir con ella el escenario en los momentos finales. Interpretaron una canción a dúo y al finalizar Lucía le dijo a Chema que la siguiente canción era especial para ella y esa noche se la quería dedicar a “alguien que había venido desde muy lejos para verme cantar”; Dirigiéndose al público e intentando buscar a “alguien” con la mirada me encontró y dijo: se llama Juan, y hoy la canto para él (*).
(*) Versión en video editada por C. Purón y LV
Lucía en directo: Lo mejor de mi |
Joaquín, merece la pena vivir para sentir lo que yo experimenté aquella noche; algo tan extraordinario y maravilloso por alguien tan especial e irrepetible como Ella.
Me quedé sin poder hablar, un nudo se fijó en mi garganta y enmudecí. Cerré los ojos para retener en mi mente toda la magia de aquellos instantes. Todo lo que sucedió a continuación: el resto de canciones, el final del concierto, los bises, todo me resulta imposible describir porque yo ya no estaba allí. Yo también era una estrella en el cielo de Nájera.
(Continuará)
Próximo capítulo: 6-Diciembre-2011, Verano intenso (y 3)
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