260/ La Revista 40

Mediado el mes de julio de 2004 lanzamos el anuncio de la convocatoria del Primer Festival de Músicas Minúsculas que organizaba Pablo Motos y su equipo de No somos nadie con M80. Insistiendo en el valor de lo pequeño representado por las hormigas que definitivamente le acompañarían quería promocionar y dar a conocer las ‘músicas minúsculas’, aquellas piezas musicales creadas o adaptadas para ser interpretadas con instrumentos no convencionales o con otros que siéndolo se utilizaban de forma poco habitual. El Festival se celebraría del 25 de Septiembre al 26 de Octubre junto a una serie de talleres de trabajo en el Círculo de Bellas Artes de Madrid. La actuación inaugural corrió a cargo de Pascal Comelade que actuaba por primera vez en Madrid, quien además inauguraba una exposición con su colección particular de instrumentos musicales de juguete. Al regreso, y tras la presentación de la temporada que arrojó como novedad la salida de Ferreras de la Ser nos pusimos manos a la obra para la organización y convocatoria de los dos momentos inminentes y mas importantes de la música dentro de la radio y el grupo: El Festival de las Músicas Minúsculas en M80 y el lanzamiento de la Revista 40.

El día 26 en la rueda de prensa de presentación del festival Pablo Motos y su equipo estuvieron acompañados por Ester Sabando, Vicepresidenta de Fibrosis Quística, organización a la que se destinaban los fondos obtenidos con el desarrollo de las diversas actividades del festival. La organización de los preparativos no fue sencilla por falta de coordinación con el equipo de Motos que poseían una amplia agenda de contactos y amistades con los que en muchos casos coincidíamos solapándonos las convocatorias. En varias ocasiones traté el tema con él y con Manu Dávila, director de M80, pero tras las buenas palabras fue muy difícil el entendimiento profesional. A pesar de ello la convocatoria tuvo una muy aceptable concurrencia mediática, y apoyado por campañas de marketing y promoción de las demás cadenas de la radio el Festival tendría una importante notoriedad.

En el acto de presentación ante los medios el 24 de Septiembre intervinieron el propio Pablo Motos, Juan Herrera, Fernando Palacios que inauguraba el Festival, y la propia Esther Sabando, Vicepresidenta de la Federación de Fibrosis Quística. Pablo explicó como surgió la idea de un festival tan peculiar resaltando el papel de Juan Herrera, uno de los mas importantes miembros del equipo del programa: “que conocía antes que yo músicas que son capaces de emocionarte y que no son las de siempre, ni tienen  los ritmos de siempre. Cuando de pequeño uno tiene la necesidad vital de escuchar música para emocionarse, no sabe que después, con el paso del tiempo y con el de la educación uno pierde esa costumbre que le hace mucho menos feliz en la vida. La música es necesaria para existir y para darnos felicidad. Investigar en música y aprender de otras músicas y de formas de hacer música es una experiencia muy interesante en la que nos hemos metido”, manifestó Pablo Motos. La Vicepresidenta de la Federación de Fibrosís Quística realizó un breve resumen de lo que es la enfermedad agradeció a M80 la iniciativa y explicó a donde irán destinados los fondos obtenidos con el Festival: “hay varios proyectos de fisioterapia respiratoria, enfermeras a domicilio, guías y manuales para padres y profesores y nuestro último proyecto un poco más ambicioso es la adquisición de un piso para convertirlo en un centro tutelado donde se puedan acoger a las familias que tiene  que venir a Madrid por motivo de transplante”.

El 26 de Octubre, con la actuación de Mastretta se clausuraba el Primer Festival de las Músicas Minúsculas en el que se resaltó el trabajo en los Talleres que realizaron Fernando Marconi, Eliseo Parra, Xavi Lozano, Fátima Miranda y Robert Perry. Grandes maestros en la realización y composición de piezas maestras con “otros” instrumentos que impartieron su conocimiento a los aficionados que participaron en ellos. El Festival continuó celebrándose un par de años mas, hasta la marcha de Pablo Motos y su equipo a Cuatro de la mano de Daniel Gavela para presentar El Hormiguero.

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La Revista 40, la gran apuesta

Hacía nueve años que se había dejado de publicar El Gran Musical, el periódico-revista que semanal, quincenal o mensualmente había estado en los quioscos desde el 1 de Abril del 1969 hasta el 25 de Noviembre de 1995 con un silencio temporal entre 1992 y 1993. Como conté en la entrega 192 tuvo que ser en la tierra de adopción del entonces director de Los 40 Principales, Luis Merino, cuando a finales de 1995 se comunicaba en la Asamblea de Directores de la Ser en Valencia que el número 420 de El Gran Musical iba a ser el último en publicarse, quedando en máquinas y maquetado el siguiente con la portada de Antonio Banderas caracterizado como el “Che” Guevara. Quizás por ello en el subconsciente de Merino sobrevivió la idea de rescatar la música impresa ahora que era director del área de música del Grupo Prisa. Se había hecho un intento con 40 Magazine, pero no fructificó.

Me gusta jugar con esa idea y por eso esta vez no he querido hablar con él y que me rectificara haciéndome ver que todo fue menos romántico y mas realista y prosaico. El destino quiso que junto al equipo de Progresa de Ignacio Quintana se anunciara el lanzamiento de La Revista 40 como parte sustancial del Universo 40 en el que venía trabajando el propio Merino desde hacía varios años y que formaban la radio, la televisión, la web, la tarjeta bancaria y al que ahora se incorporaba la revista. Se confirmaba así a Los 40 Principales como la marca mas rentable de Prisa. Poco después llegaría la entrada en Latinoamérica.

Dedicamos gran parte de septiembre a trabajar en los preparativos de la presentación en coordinación –esta vez si- con Marketing, GDM, 40 TV y Progresa, la editora de revistas del grupo. Tras las diferentes reuniones, intercambios de correos y llamadas, se analizaron todos los temas sobre la fiesta de presentación de la publicación que tendría lugar en la Sala La Riviera de Madrid el miércoles 22 de Septiembre de 2004 a las ocho y media de la tarde con las actuaciones de Bebe (portada del primer número) y Fangoria. Se contaría con la participación de gogós (chicos y chicas), azafatas acompañadas por un mosquito (“la música te pica”) que rondarían por la fiesta haciendo fotos que los invitados se llevarían de recuerdo, chicos vestidos de fumigadores con una mochila-fumigadora a la espalda llena de sangría que repartirían por la sala, etc. Para todo ello habíamos conseguido el consentimiento de los propietarios del local siempre y cuando hicieran ellos la sangría. Las 900 invitaciones VIP tendrían la forma de un “mata-moscas” que se enviarían por mensajería. Dichas invitaciones deberían ser personales e intransferibles, válidas para una sola persona que debía confirmar su asistencia por teléfono,… Los poseedores de dichos pases accederían por un acceso previamente señalizado. Las 1800 entradas normales –también en forma de matamoscas- se recogerían en la radio. Se estableció una zona de photocall en la entrada VIP, distinta a las fiestas de Cadena Dial habilitada para fotógrafos, televisiones y redactores para los que se preparó una zona de barra libre de consumiciones. Se contaría con 10 azafatas con camisetas de la revista para la zona VIP y prensa.

La Revista 40 seconvertía en la nueva estrella del Universo 40 Principales. Se presentaba como nueva publicación mensual de 200 páginas a color abierta a todas las tendencias de la cultura joven en música, cine, tecnología y entretenimiento con una tirada de 200.000 ejemplares. La portada del primer número que se ponía a la venta en quioscos el 23 de septiembre presentaba a Bebe como protagonista rompedora de un extenso y completo reportaje. Otros protagonistas del primer número eran Juanes, Manolo García, Joss Stone, Green Day y un homenaje al rock español con Ozzy Orbourne, Marilyn Manson, Nelly y Fatboy Slim. Incluía reportajes sobre el nuevo rock americano, el festival Creamfields de Villaricos en Almería, un fin de semana a bordo de la autocaravana de Antonio Orozco o una auditoría a los costes de una gira como la de El Canto Del Loco.

La Revista 40 pretendía ser una pieza fundamental del Universo 40, todo un entramado de productos multimedia y de entretenimiento formado a partir de la marca 40 Principales. En ese momento el Universo 40 lo formaban la cadena musical con una audiencia cercana a los 3 millones de oyentes, segunda en audiencia absoluta, sólo superada por la Cadena SER, por los canales de televisión 40 TV y 40 Latino y por www.los40.com, la web que integraba toda la oferta musical de la SER en la red y, desde ese día por La Revista 40. Bajo la dirección de Luis Miguel Martínez el consejo editorial lo formaban entre otros Luis Merino, Jorge Flo, Jaume Baró y Alberto Vila. “Es una revista para gente joven hecha por una redacción muy joven, pero muy bien informada sobre lo que pasa en el mundo”, afirmaba Luis Miguel Martínez. “Hoy los jóvenes quieren estar en la vanguardia de todo lo nuevo, suceda donde suceda, ya sea en la costa oeste de los Estados Unidos o en Australia; las tendencias y los gustos se difunden a la velocidad de internet, o, si lo prefieren, a la velocidad con que los insectos propagan las plagas. Es por  eso por lo que hemos elegido a una pareja de mosquitos como imagen de la campaña de lanzamiento”, manifestaba Martínez en la presentación. El director de arte era Rubén Bruque que contaba con una dilatada experiencia y entre sus trabajos destacaba el diseño original de la revista H, una de las publicaciones gratuitas más reputadas en ese momento.

La rueda no paraba; es lo que tenía la llegada del otoño, presentaciones y mas presentaciones, actos, Asamblea de Oviedo, Premios Ondas, fiestas de Dial, elecciones norteamericanas con el equipo de Hoy por hpoy desplazado a Miami y Concierto Principales Solidarios que por tercera y última vez se celebraría en Zaragoza. En 2005 regresarían al nuevo Palacio de los Deportes de la Comunidad de Madrid.

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