Nunca... (160) "La Nueva York de La Mancha"
El
lunes 30 de Abril a las 12,30 se dio a conocer mi nuevo destino a través del
circuito interno. A continuación se comunicaba el nombramiento de Adolfo Arjona, procedente de Málaga, como nuevo director de
Radio Valladolid. Tras el puente del 1 de mayo se produjo la presentación de mi
sucesor y una cena posterior a la que acudió todo el personal de la emisora,
fijo y colaboradores, preocupados por la fama que precedía al nuevo director y
su forma de trabajar, que aquí no contaré porque solo tengo versiones de
personas que estuvieron a sus órdenes, y que a casi nadie dejó feliz hasta su
marcha de cada centro de trabajo. De hecho su llegada a la capital de Castilla
y León trajo además un maleficio que duraría tres años, porque cada director
nuevo que llegaba no duraba un año completo. Empezó a correr el rumor de
la “maldición de Juan de Dios”. Nada mas lejos de la realidad, si hubo una
maldición fue la “gestión del gerente”.
El viernes 18 de mayo Silvio me pedía que me trasladara a Albacete el martes
22, pero que antes pasara por Madrid para cobrar las 500.000 pesetas que me iba
a entregar de “indemnización por traslado”. Le dije que sería mejor poner otro
concepto porque de esa forma reconocía un error por el que me tenía que
indemnizar, pero lo dejó como estaba. Pregunté si Delkáder iba a venir a
Albacete y me dijo Mari Carmen que no estaba previsto que nadie fuera al relevo
de director.
Se presenta La Mancha
Manuel Herrera me había reservado para ese día una habitación en el Parador de la Mancha porque no había disponibles en el Hotel Los Llanos de la Avenida de España que estaba a cinco minutos de la emisora. Me acosté antes de ir a ver al director saliente de Radio Albacete. Al levantarme abrí la ventana y la contra de la habitación. El espectáculo del paisaje me paralizó: La Mancha me mostraba su cara mas cruda, bella y real con sus fuertes colores y contrastes entre el ocre, el amarillo de los campos segados y el azul de un cielo imponente. Ante mi se abría la fuerza de la naturaleza que solo los genios como Antonio López y Miguel de Cervantes habían sabido inmortalizar.
A
las 7 de la tarde Manuel me vino a buscar. Al salir del Parador,
frente a nosotros, rompiendo la línea del horizonte, se elevaban edificios que
rodeaban el parque y el contorno de la ciudad; “¿Ves, eso es por lo que a
Albacete la denominan la Nueva York de la Mancha?” Reímos, y le pregunté por
Manhattan… “el coctel viene después de la cena”, ironizó.
Nos
fuimos a dar un paseo por el Parque Abelardo Sánchez. Me habló del personal de
la emisora y la calidad de sus gentes. Todos personas entrañables que se
dejaban el alma por la radio, “su radio” de toda la vida. Fundamentalmente me
agradeció que pusiera fin a su periplo de viajes por la región para poder centrarse
en el arranque de Ser Toledo y el circuito regional en el que iba a tener una
dura competencia con la Rueda de Emisoras Rato y las nuevas emisoras que habían
proliferado por Castilla-La Mancha, legales, y sobre todo ilegales o piratas,
que no había gobierno que, en aras de una mal entendida libertad de expresión,
había dejado que proliferaran como setas. Agradeció mi experiencia en la región
de mis años en Guadalajara y establecimos una agenda de visitas
institucionales. Me avisó que estaba pendiente un cambio de frecuencia de la
emisora que ya estaba aprobado por el Ministerio de Transportes, Turismo y
Comunicaciones, cuya cartera portaba entonces José Barrionuevo.
La
cena tuvo su momento enólogo: Tras los años vividos en Valladolid degustaba y apreciaba
las calidad de los caldos de la Ribera del Duero en sus diferentes marcas y
bodegas desde Roa hasta Peñafiel. De hecho había participado en un curso en mi
estancia vallisoletana, pero Manuel me pidió que fuera acercándome a los vinos
de La Mancha, y concretamente de Albacete. Pidió un Estola y me hizo a valorar
los productos de esa tierra. Acepté el reto, y lo disfruté plenamente, no por
ello dejé de pensar que no traicionaba a, la hasta hacía un mes, mi tierra de
adopción.
Al
día siguiente me trasladé al Hotel Los Llanos en la Avenida de España muy
próximo a la casa en la que experimentamíamos fenómenos paranormales. A las 10,30 de la mañana, tras tomar un café cortado –en vaso por supuesto,
como sirven en La Mancha- en el bar ubicado bajo la emisora ubicada entonces en
la calle Concepción, 25, subí a ver a Manuel que esperaba en su despacho.
Allí
conocí a esa gente entregada de la que me había hablado la tarde anterior. De ellos
solo conocía, por haber tenido trato telefónico en mi época de director de Ser Guadalajara
a Enrique García Gaviría. Junto a él trabajaban en la emisora Irene Fernández
(informativos junto a Enrique), Augusto Jiménez (jefe técnico de alta
frecuencia), Pepe López e Inmaculada Ruiz (Programas), Loli Aroca (antigua
locutora y ahora agente comercial), Ramón Gómez Cabañero (Coordinador de 40
Principales), Trini Candel (Auxiliar Administrativo), José Ángel Candel
(técnico de baja), Fernando Domingo (Publicidad) y Francisco Hinojosa
(Administrador, recientemente trasladado de Valencia). Los deportes eran
responsabilidad de Luis Escribano al que poco después apoyaría José Antonio
Plaza.
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Hotel Los Llanos |
Por
la noche, mientras el Milan le ganaba la final de la Copa de Europa al Benfica
en Viena por 1-0. Nosotros fuimos de cena a Nuestro Bar, uno de los mas
recientes y mejores restaurantes de Albacete.
Atrás
quedaban tres años de una intensa gestión, con unas gentes que siempre tendré
en mi memoria y que, a pesar de mis dificultades de adaptación en los primeros
meses hicieron que todos los años vuelva a esas tierras para recordar momentos,
disfrutar de los buenos amigos y dar buena cuenta del lechazo y los caldos de
la Ribera del Duero. Cada vez que regreso intento acercarme a aquél rincón en
el que encontré la paz interior disfrutando de la belleza del lugar donde se
encuentran el Pisuerga y el Duero para convertir en un gigante el río que
venerara Gerardo Diego.
Epílogo vallisoletano
Y la demanda contra Demetrio Madrid por venta fraudulenta de la empresa familiar sobre la que Aznar construyó su carrera política llegó al final con las diferentes sentencias absolutorias de los diferentes tribunales, Superior y el Supremo. Como tiempo después recordaría Demetrio Madrid “Aznar ensayó conmigo lo que mas tarde aplicó contra Felipe González”.
Pero
aun quedaban una fuerte emoción por vivir antes de trasladarnos a Albacete. La
noche de San Juan de 1990 será imborrable en nuestras vidas; los vecinos y
amigos de El Pichón (Simancas), donde disfrutamos de la vida de 1987 a 1990 nos dieron una
fiesta de despedida que comenzó a las 9 de la noche y tras la cena, copas y
hogueras, nos sorprendió el amanecer en el embarcadero de la urbanización en la
ribera del Pisuerga brindando por la amistad y “aquellos maravillosos tres años”.
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