Feliz 70 cumpleaños, Neil Diamond

Momentos de diamante

Neil Leslie Diamond, o como el quiso llamarse al comienzo de su carrera Noah Kaminsky, cumple hoy 70 años. He estado pensando estos días cual sería el mejor homenaje que podría hacerle, y como mi regalo no le va a llegar, he decidido compartir con quienes acceden a este blog los recuerdos de mis dos encuentros con el “monstruo”, como le llamaron algunos comentaristas por su capacidad para hacer éxitos para si mismo y para otros.

Era uno de los primeros días de mayo de 1977 cuando,  estando en la redacción de El Gran Musical comentando con Joaquín Luqui los temas y entrevistas que teníamos que hacer para el siguiente número de la publicación, recibí la llamada de José Mª Cámara –alto ejecutivo de CBS, hoy Sony- para invitarme a ver a Neil Diamond en París el 7 de Junio. Era la fecha y el lugar que la compañía norteamericana había reservado para centralizar en Europa los encuentros que las filiales del viejo continente iban a tener con el artista norteamericano. Lógicamente mi sorpresa fue mayúscula e inmediatamente lo consulté con Rafael Revert, entonces director de programas musicales de la SER, y tras obtener su autorización acepté la invitación.

El autor del blog, N. Diamond y Javier Palomero
Recordé el primer encuentro –tres años antes- que José Luis Gil, cuando era director de internacional de la compañía- me había facilitado con el artista neoyorkino con motivo de la promoción de Serenade, su segundo LP con CBS. En aquella primera ocasión yo apenas llevaba un año como locutor de Los 40 Principales y Gil sabía de mi amor por la música de Diamond. En esa época yo estaba haciendo el servicio militar en la Policía Naval de Infantería de Marina y las tardes que tenía libre iba a hacer turnos de Los 40 en Radio Madrid FM. La cita fue en el Hotel Villamagna a las 2 de la tarde por lo que, tras pedir permiso al capitán de la compañía para salir una hora antes de la Agrupación, ir a mi primer encuentro con el artista admirado sin tiempo para cambiarme de ropa en compañía con mi amigo y compañero en Los 40 Javier Palomero.

Diamond estaba alojado en la suite principal del hotel y habían preparado todo para tener un breve encuentro de solo diez minutos y hacernos unas fotos. Apenas intercambiamos saludos, posamos para las fotos y recuerdo que el mostró interés por la cena que le tenían preparada esa noche en Segovia con la plana mayor de la compañía en España encabezada por Tomás Muñoz y todo el mundo artístico de la noche madrileña.

A París fui acompañado por Jesús Pérez, responsable del catálogo internacional del sello discográfico, en un viaje de 24 horas con el tiempo justo para llegar al hotel, ir a la compañía a retirar las localidades, callejear e ir al concierto en el viejo Palais des Sports. La crítica del concierto ocupo una página en el número extra de verano de El Gran Musical y en la cuña de promoción Pepe Domingo Castaño y Joaquín Luqui gritaban a duo “Juan de Dios pasó una noche con Neil Diamond en París”.

Tras la memorable actuación fuimos invitados a cenar con él a Maxim’s. Se habían habilitado unos reservados y tuvimos la fortuna de estar sentados cerca, pero no juntos, lo suficiente para intercambiar algún breve comentario y emplazarnos para hablar al terminar la cena. El me confirmó el interés que tenía por volver a España para actuar en directo, y recordó el excelente trato y promoción que se realizó cuando había estado un par de años antes. Sabía de su enorme penetración en España y estaba convencido que aquél “Beautiful Noise” que había producido Robbie Robertson iba a ser un gran éxito de ventas. Nos pidió que transmitiéramos a Tomás Muñoz un fuerte abrazo y tras mostrar interés por la situación política en nuestro país nos despedimos.

No volvimos a coincidir aunque un año después, en la Convención que anualmente celebraba la compañía en Estados Unidos, Tomás Muñoz le pidió un recuerdo para mí y es cuando firmó la foto que sirvió de portada para su siguiente álbum “I’m glad you’re here with me tonight”.

He seguido su obra a lo largo de todos estos años y celebré su regreso a los grandes momentos cuando con Rick Rubin editó “12 songs” en 2005 y “Home before dark” dos años después, logrando el número 1 en las listas de ventas, o el reencuentro con su amada Nueva York recogido en ese maravilloso doble CD y DVD “Hot August Night/NYC”, que contiene todo el concierto y extras con su paseo por las calles de su barrio y la casa en la que vivió de niño y, por supuesto, he disfrutado de su último trabajo de versiones, “Dreams” y del reconocimiento a toda su trayectoria al admitirle en el Hall of the fame of rock ‘n’ roll.

Por suerte su obra sigue creciendo y su inagotable deseo de llegar a sus seguidores le ha puesto de nuevo en la carretera y este invierno y primavera estará por Australia, Nueva Zelanda y Sudáfrica para a continuación seguir por Estados Unidos y volver a saltar a Europa. Parece que al final va a ser el único de los grandes que no haga conciertos en nuestro país, pero quien sabe porque también era el único que no había tenido un Nº 1 de ventas en su país y al final lo logró. La esperanza nunca se pierde.

Felicidades Neil y GRACIAS por todo. Efectivamente, el Diamante es para siempre.

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