Una noche de otoño (XI)

Verano intenso (y 3)

Capitulo XI

La antigua amante y los Stones

Los esperé fuera del recinto. Quería agradecerle a Lucía el momento que me había dedicado, pero rodeada por el público solo pude ver a Chema que se acercó y me dio el mas fuerte, sentido, cálido y largo abrazo que recuerdo.
Con Lucía y Chema

Cuando nos dejaron solos a los cuatro –hacia las dos y medía de la madrugada- Lucía, Encarna, Chema y yo nos fuimos a tomar unos cafés -y un gin-tonic- y seguimos hablando casi una hora del concierto y la carrera de la artista lucense. Al despedirnos, y tras agradecerle de nuevo la noche que me habían regalado y recordando la conversación que tuvimos en la comida sobre Neil Diamond, les regalé el último disco -“12 songs”- que siempre llevo en el coche.

Tardé en dormir. A las 9 de la mañana bajé a desayunar y salí hacía Burgos por la misma carretera del día anterior, pero esta vez ya no veía el camino, iba transfigurado en un ser desconocido… me sentía diferente, especial. O soy un romántico o me estoy haciendo un sensible o... ¿Qué me está pasando Joaquín? ¿Es la influencia de los sentimientos que me provoca Ella?

Nada mas llegar a Burgos y al salir del parking de la Plaza Mayor una gitana “me asaltó" lanzándose sobre mi para leerme la mano. Me dejé sorprender, me ha había dado una rama de romero y se la rechacé, a lo que me contestó que eso nunca no se puede hacer. En mi inocente sorpresa me dejé coger una mano, luego la otra y, tras decirme que mi vida iba a dar un giro radical, hablarme de mi pasado, presente y futuro, me anunció que me iba a separar, que la chica con la que soñaba pensaba en mi y que tenía unas hijas maravillosas… me dejó en blanco, petrificado y sin… 10 euros.

Aprovechando que iba a pasar por Burgos había llamado un par de días antes a Myriam –¿la recuerdas?-; fue uno de los amores de mi vida, corto, pero de los mas intensos y siempre inolvidable. A pesar del tiempo transcurrido -29 años- nunca la he olvidado y guardo de ella un maravilloso recuerdo. También era artista -cantautora-, y en ocasiones sigo escuchando sus canciones, sobre todo dos de las que compuso y grabó en su segundo disco tras nuestra separación. Hoy se ha convertido en una gran amiga y se dedica a investigador documentos de la Castilla del medievo.

Cuando la escucho mi mente regresa a aquellos últimos meses del '76 recordando un amor apasionado, excitante y ardiente. Como ella misma decía en una de las canciones nunca olvidaré que una noche de invierno me enseño a volar; fueron tres meses desenfrenados de una pasión desbordada e intensa. Realmente tuve miedo en aquél momento y, aunque nunca me arrepentí de poner fin a nuestra relación, reconozco que con ella descubrí la mas hermosa forma de amar y sentir.

He tenido suerte con las mujeres que he amado, porque de todas ellas he aprendido, y todas me han enseñado a vivir con pasión y a entregarme sin límites. Hoy mantengo con todas ellas una maravillosa y estrecha relación.

Pasé un día muy hermoso con ella; le conté lo que estaba viviendo este último año y el concierto de Nájera; ella me habló de sus nuevos proyectos y de su nuevo amor. Fue una gran guía turística; me llevó por las zonas históricas de la ciudad, los lugares del Cid, me enseño su buhardilla --de la que tanto me había hablado-, recordamos las canciones que me dedicó y grabó, y regresé a Madrid con “Te quise libre” y “Me fui despacio” en la cabeza. De vuelta volví a escucharla.



Al llegar a casa envié un sms a Chema y a Lucía agradeciéndoles la mágica noche que me habían ofrecido, el día de su vida que me habían regalado, y les pedía que al acabar la actuación en Cambados me llamaran para contarme como había ido el concierto. 

A las tres de la mañana me enviaron un mensaje disculpándose por no llamar porque era muy tarde. Ví el sms y agradecí que no lo hicieran porque estaba roto entre las emociones, las sensaciones experimentadas y el cansancio.

A la mañana siguiente sonó el móvil: en la pantalla apareció el nombre de Chema pero al abrirlo oí la voz cariñosa, dulce, emocionada y cálida de Lucía contándome como había ido la actuación de la noche anterior y diciéndome que el disco de Neil Diamond les había encantado alabando la fuerza de las letras, la música y la producción... Decía que no hacían mas que avanzar y retroceder cada canción -realmente es un gran disco-, y Chema me dijo que me lo agradecía porque de esa manera el también seguía aprendiendo y evolucionando como productor, compositor y artista (¡). Quedamos en vernos a primeros de septiembre en Madrid.

Entrada del concierto "que no fue"
El 14 de agosto tocaban “tus” Rolling Stones en Valladolid y desde hacía tiempo estaba deseando que llegara esa fecha para revivir otro concierto de tus chicos, pero fallaron. Una “laringitis” de Mick Jagger les obligó a cancelar la actuación. Me enteré según entraba por la puerta del Hotel, el director nos había reservado dos suites para esa noche, pero ya había cancelado una la semana anterior. Fui a ver a Manu, entonces director de M80 Radio, tomamos unas tapas con su mujer y al caer la noche tras comprar una camiseta de recuerdo del “concierto que no fue” y dejar el hotel con la misma frustración de toda la gente que había ido a verlos, regresé a casa.

¿Iríamos a casa Lucio?
Unos días antes de volver a trabajar tenía que llevar el coche al taller. Para hacer tiempo hasta que me lo entregaran decidí dar un paseo por la ciudad, bajé a mi antiguo barrio de Argüelles, me detuve ante mi primera casa, volví a pasar por delante de mi colegio, recorrí el Parque del Oeste, fui hasta la Plaza de España y el Palacio Real… Sin darme cuenta mis pasos me llevaron a la Plaza Mayor, el Arco de Cuchilleros, la Cruz Verde y cuando me quise dar cuenta estaba ante “Casa Lucio”; no me lo podía creer. Se suponía que unos días después íbamos a comer allí unos huevos fritos.

Subí por la calle Toledo, atravesé la Plaza Mayor, crucé Sol y bajando por la carrera de San Jerónimo decidí entrar en el Prado. Me apetecía volver a ver las obras de Velázquez y Goya, pero sobre todo encontrarme con “Las Meninas”. Es sorprendente como sigo descubriendo matices y experimentando nuevas sensaciones cada vez que veo ese cuadro del genial pintor sevillano. Realmente es una obra cumbre del arte.

Las Meninas me sigue sorprendiendo
Disfrutando del lienzo llamaron del taller para decirme que habían detectado otros problemas en el coche y tardarían varios días en entregármelo. De esa forma tan poco lírica terminaron unas imborrables vacaciones. 


Me esperaban cuatro meses que iban a ser el final de una vida y el definitivo nacimiento de la nueva que empezaba a vislumbrar. Iban a ser cuatro meses imborrables con un impredecible final de año.

(Continuará)

Próximo capítulo: Septiembre, Carlos Llamas y una carta

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