Nunca … (35) Cómo nació “Los Beatles que amo”


Joaquín Luqui era un dossier de prensa “sui generis”, viviente y parlante. Todos los que le conocimos pudimos ver el impresionante “desorden cabal” de su mesa. Hay que imaginar el mayor caos amontonado de papeles, discos, recortes, periódicos, revistas, folletos, etc. pues eso seria 'algo normal'. El orden desordenado, o viceversa, de Luqui estaba en otro nivel, otra categoría, pero ¡ojo! sabía perfectamente dónde estaba todo –o casi- y si alguien le tocaba un papel, lo notaba inmediatamente… Bueno, eso decía.

Un par de veces al año Revert le amenazaba advirtiéndole que iba a bajar a la redacción Tomás, pero pronto se inmunizó contra ese virus que le inoculaba Rafa, así tuvo que pasar a utilizar el nombre de Eugenio Fontán (director general), y contra ese aviso no había “vacuna” así que se ponía las pilas y su habitáculo pasaba a estar inmaculado las horas que duraba "la visita". Unos años después Javier Pons y Jaume Baró, directores sucesivamente de la cadena Los 40 Principales fueron los encargados de advertirle, pero sólo consiguió que le hiciera algo de caso Luis Merino, entre otros motivos porque, al margen de amenazas y gritos, se lo decía con cierto respeto, los demás incluso, en ocasiones, le humillaban públicamente Él respondía haciendo una reverencia con la cabeza y un "lo haré esta noche, my friend", a continuación abría su “agenda” y hacía una llamada…

Al explicar esta situación se entenderá mejor por qué Joaquín estructuró el libro como lo hizo; la primera parte por orden cronológico de fechas, como si fuera un diario, para a continuación desarrollar su relación con ellos individualmente porque nunca los trató como grupo, sus encuentros y canciones, para terminar manifestando su deseo de que nunca volvieran a reunirse, y menos por dinero.

Había reunido tal cantidad de material de los chicos de Liverpool que le llevó casi la mitad de 1976 juntar con cierto orden –para la mayoría de los mortales- toda su documentación, pero una vez que lo tuvo “colocado” se puso a escribir en su Olivettí a una velocidad endiablada con los índices de cada mano. No había necesitado mas que leer sus apuntes y, únicamente en alguna ocasión miraba alguna fecha, el resto estaba en su privilegiada memoria o en su miniagenda de letra minúscula.

Siempre recordaré la expresión de admiración con que le escuchaban los críticos musicales de la época

Desde los primeros años 60 Joaquín era un enamorado del rock & roll y del pop. Sus primeros amores musicales fueron Paul Anka y Los Shadows, pero cuando irrumpieron Los Beatles con Love me do en 1962 fue seducido y conquistado definitivamente. A partir de ese momento empezó a recortar todo lo que se publicaba de ellos, no solo en nuestro país si no también a través de las diferentes revistas musicales de las que fue haciendo acopio, y una vez en Madrid su acceso a las diferentes publicaciones lo hizo todo mas sencillo. Si había alguna novedad los quiosqueros de la Gran Vía le llamaban para avisarle cuando no se paraba él quien se paraba de preguntar. Llegaba a pasar tanto tiempo mirando y ojeando revistas en los quioscos como en el “abuelo pulcro”. En su piso de Calvo Asensio llegó a tener una habitación repleta con todo lo que había ido encontrando y que no podía guardar en la radio.

Pero ese afán por la documentación con lo que le apasionaba no se refería únicamente a la música, así era con todo; cine, teatro, comedia musical, televisión, etc. En resumen Joaquín era un erudito en todas las actividades que tenían que ver con el espectáculo y la cultura en general. Siempre recordaré la expresión de admiración con que le escuchaban los críticos musicales de la época, alguno de ellos hoy influyentes gurús musicales. En el viaje de ida y vuelta a Barcelona para ver a Chicago dio una auténtica lección de conocimientos que enmudeció a las más célebres plumas musicales de la época.

Tuvimos que alfombrar el suelo de pasillos de los estudios y despachos con las innumerables copias

Contraportada de Los Beatles que amo
Lo que más trabajo le costó fue “ordenar” los 22 capítulos porque en apenas un par de meses lo tuvo todo “acabado”. En este aspecto también tuvieron que sudar Rafa Revert y Tomás Martín Blanco para cumplir los plazos de entrega del original a la imprenta a través de Nuevas Ediciones S. A., la misma editorial que publicaba El Gran Musical, que quería crecer empezando a publicar una serie de libros de música con carácter trimestral. En efecto, los siguientes iban a ser Elvis Presley, The Rolling Stones, e incluso me dijeron que fuera pensando en uno sobre Neil Diamond.

Nunca se me olvidará la tarde en la que el propio Joaquín, Pilar -su amiga-, Ángeles -la mujer límite, de la que le gustaba su apellido, Carney- y yo, una vez terminado el libro nos pusimos a ordenar las páginas, capítulos y copias del original. Tenía que entregar un juego a Revert, otro a Tomás, uno mas a Basilio Gassent, director de El Gran Musical, a Eugenio Fontán (directo general), Ramón Varela (subdirector general), Pablo Caballero (directo de marketing), Alfonso Morata y Rafael de Benito (directores comerciales y de publicidad) y finalmente tres mas a la imprenta. No había mesas suficientes y tuvimos que alfombrar el suelo de pasillos de los estudios y despachos con las innumerables copias para, entre las diez de la noche y las 2 de la madrugada tener los juegos acabados, metidos en sobre y dejados en cada uno de los despachos.

Finalmente pudo irse de vacaciones de Navidad a Caparroso para ver a su madre, no sin antes pasar por la peluquería para “cortarse y arreglarse” el pelo porque a la Sra. Luqui no le gustaba que su hijo llevara “esos pelos”, al menos en casa, y él, en eso, como en tantas cosas era un hijo obediente.

El libro se imprimió finalmente en Gráficas Carlavilla de Guadalajara y se publicó a mediados del año siguiente con un gran apoyo mediático, no solo de la Ser y Los 40 Principales, si no del resto de medios teniendo que acudir a diferentes librerías y centros comerciales de toda España para firmar ejemplares porque además del libro, los fans de Los Beatles querían conocer personalmente a Joaquín Luqui.

Tuve la fortuna de ser destinatario de uno de los primeros ejemplares que se publicaron que él me entregó personalmente tras dedicármelo con todo el amor que él sabía dar.


***

En las ultimas semanas, con motivo de las consultas a la documentación de mi época en El Gran Musical, he frecuentado el despacho de Luis Merino, al que quiero agradecer desde este post las facilidades que me está dando para acceder a su material. Hemos hablado mucho sobre la forma de trabajar de Joaquín y su apasionamiento por los chicos de Liverpool. Luis sostiene que el amor de Luqui por Los Beatles le hacía exagerar, mientras que yo creo que en ocasiones podía mezclar los deseos con la realidad, pero que nunca mintió, y lo publicado en su libro es el resultado de un trabajo documental exhaustivo producto de un amor apasionado y total, que todos entendimos y la mayoría compartimos con él porque nos enseñó a amar la música de Paul, John, George y Ringo.

Diciembre de 1976

- El PSOE celebra su XXVII Congreso en Madrid.
- Kurt Waldheim es reelegido secretario general de Naciones Unidas.
- Es secuestrado en Madrid Antonio María de Oriol y Urquijo, presidente del Consejo de Estado.
- Los españoles votan “si” mayoritariamente en el referéndum de la reforma política.
- Santiago Carrillo y otros dirigentes comunistas son detenidos en Madrid.
- Se suprime en España el TOP (Tribunal de Orden Público, pasando el terrorismo a la jurisdicción ordinaria.
- Tras ser procesados y pagar fianza son puestos en libertad Santiago carrillo y los dirigentes comunitas que habían sido detenidos.

Próximo capítulo: El Hermoso ruido de 1977

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