Nunca... (33) La discusión con María Ostíz

El canto de la cigarra 

A finales de aquél histórico 1976, y con motivo del “maldito” Festival de la OTI al que me referí escribiendo sobre la participación de Cecilia el año anterior con “Amor de medianoche”, tuve la ocasión de conocer a María Ostiz. Nueve años antes una joven cantautora asturiana de cuna y navarra de adopción y ejercicio, entraba de la mano –una mas- de Trabucchelli en Hispavox, y con El Gran Musical como plataforma, en el mundo de la música. Yo la vi por primera vez en el programa de TVE que realizaba y dirigía José Mª Quero, Tele-Ritmo, interpretando No sabes como sufrí y Rianxeira. Se casó con centrocampista del Real Madrid, Ignacio Zoco, y dejó la música a un lado para dedicarse a su familia. Joaquín me había hablado a menudo de ella como una mujer de fuerte carácter, las ideas muy claras, firme en sus valores, pero al mismo tiempo de una gran ternura y comprensión. Todo ello lo pude comprobar personalmente.

María había presentado su candidatura para representar a RTVE, es decir a España, en el Festival de la OTI, con una grabación de cassette sin mas arreglos que su propia voz acompañada por su guitarra como únicos instrumentos. La calidad de la Canta cigarra era alta y mas teniendo en cuenta que el objetivo era un festival, pero los problemas –las críticas hacia ella- empezaron por su elección. Se criticó a TVE porque la hubiera elegido sin llevar compañía de discos, por presentar una grabación casera y sin arreglos, que estaba retirada de la profesión, que si… En el fondo latía un sentimiento de acoso y derribo por ser una mujer “no casada” con ciertos convencionalismos de aquél momento y, para ahondar en el tema, se la hacía miembro del Opus Dei…, pero resulta que va y gana el dichoso Festival, y no solo eso, es que tras al actuación se cambia de vestido debido al calor y cuando tiene que volver a salir para recoger el premio e interpretar nuevamente la canción lo hizo en vaqueros… ¡Para que queremos mas!

En la conversación le fui comentando cada uno de los temas polémicos y con cada uno se “encendía” mas hasta tal punto que tuve que hacerle ver que yo era el de periodista y mi obligación era preguntarle por todos esos temas aunque fueran molestos. Le expliqué que personalmente me gustaba y que realmente le hacía un favor haciéndose explicar. Al final nos entendimos y una conversación de mas de media hora quedó convertida en una buena relación, pero yo me quedé muy molesto por tener que explicarle mi papel. Colgamos el teléfono con un tono bastante frío. Al día siguiente me dijo Joaquín que le había llamado María impresionada por mi entrevista, que le había gustado como se había desarrollado y que quería conocerme personalmente… Me costaba trabajo creerle y le conté mi versión. Luqui me dijo que su valoración había sido tan positiva que la semana siguiente venía a Madrid y quería que fuéramos a comer los tres. Y así fue.

Quedamos con Santiago Sánchez en Hispavox y de ahí nos fuimos a buscar a María para vernos en un restaurante próximo al Paseo de la Castellana. Era como le había imaginado, y tal cual se presentaba ante todo el mundo, era una mujer que iba de frente, con las ideas muy claras, algo que en un momento de “snobismos reformistas” chirriaba, pero era admirable por su forma de ser consecuente en todo lo que planteaba. Nos entendimos perfectamente aunque nuestras formas de pensar eran dispares, pero era alguien con quien se podía hablar y hasta discutir; Ahí surgió el tema del Opus Dei y lo que dio lugar a una segunda entrevista que se publicó un par de meses mas tarde.

No le gustaba la polémica, pero se sentía en la necesidad y casi en la obligación de manifestar lo que pensaba ya fuera en entrevistas o a través de sus canciones y no pequeña fue la polémica que surgió cuando publicó Un pueblo es, una canción que hoy sigue estando vigente y a la que se le dio una fuerte connotación política porque en aquél momento el rey estaba recorriendo el país para conocer a sus gentes de cerca.

María siempre había sido una “poeta de puerta adentro”, pero en ocasiones, como el Guadiana sentía la necesidad de aparecer, salir de su retiro para “cantar” lo que pensaba dejando de ser “una espectadora dormida nadando sola en el río”, ya era hora de que “pasara algo en su vida” y se reclamaba el derecho a cantar porque ya estaba llegando el día, su día…

No es bueno, mas bien es malo, que artistas como María Ostiz volvieran al ostracismo y se refugiaran en su nido porque siempre serán necesarios los juglares de cualquier época e ideología para trasladarnos sus pensares y sentires porque como decía Aguaviva; “No es mas hondo el poeta en su oscuro subsuelo encerrado, su canto asciende a mas profundo cuando abierto en el aire ya es de todos los hombres”.

Comentarios

  1. Una pena que se haya retirado tan pronto, tenia muy buena voz, y sus canciones eran un grito a la libertad

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